ORACIONES DE LA MAÑANA
Procura levantarte cada día a una hora fija y temprano. Así tendrás tiempo para todo.
Te levantarás con prontitud, fervor y modestia:
Hecha devotamente la señal de la Cruz y, después de haberte vestido y arreglado (pues estarás en presencia de Dios especialmente al ofrecer tu día), puedes rezar las siguientes oraciones, y mejor si lo haces de rodillas, delante de alguna imagen.
Por la mañana, al medio día y por la noche reza el "Angelus" o el "Regina Caeli""
Rezar cada cierto tiempo alguna jaculatoria te mantendrá en presencia de Dios y te evitará caer en pecado.
Señor Dios Omnipotente, que nos has permitido llegar al principio de este día, guárdanos hoy con tu poder, para que no caigamos en pecado, antes bien, todos nuestros pensamientos, palabras y obras se dirijan a cumplir tu Santa Ley.
Padre Nuestro, Ave María, Credo.
Señor Dios del Cielo y de la tierra dígnate dirigir, santificar, guiar y gobernar en este día nuestros corazones y nuestros cuerpos, nuestros sentidos, palabras y acciones según tu Ley y por el camino de tus mandamientos, para que aquí y en la eternidad merezcamos, por tu favor, ser salvados y libres. ¡Oh, Salvador del mundo!, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
Encomiéndate a la Santísima Virgen, diciendo:
¡Oh Virgen y Madre de Dios! Yo me entrego por hijo tuyo, y en honor y gloria de tu pureza, te ofrezco mi alma y cuerpo, mis potencias y sentidos y te suplico me alcances la gracia de no cometer jamás pecado alguno. Amén.
Madre aquí tienes a tu hijo. – Madre aquí tienes a tu hijo. – Madre aquí tienes a tu hijo. En ti Madre mía dulcísima he puesto toda mi confianza, jamás quedaré confundido. Amén.
Ave María.
Angel de Dios que eres custodio mío; ya que la soberana Piedad a Ti me encomendó, ilumíname, guíame, rígeme y gobiérname en este día. Amén.