Misa Diaria y Lecturas
¿No puede asistir a la Santa Misa? EWTN le ofrece las lecturas del día para permitirle seguir la Misa diaria en su transmisión por televisión. Las lecturas también son ideales para hallar tiempo durante el día para la reflexión espiritual. Escuche, vea o lea desde la comodidad de su hogar. Esta página incluye las lecturas del día y videos en línea, un recurso para todo el que desee vivir la vida de fe que agrada a nuestro Señor.
Viernes 3 de junio de 2022
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El Padre Joseph Mary Wolfe dice: «Hemos integrado este pequeño cuadernillo para ti, para ayudarte a unirte a la Iglesia Universal en todo el mundo a cantar las alabanzas del Señor mientras rezamos y cantamos juntos, unidos en el Sagrado Sacrificio de la Misa por EWTN».
San Carlos Lwanga y Compañeros, Mártires (Memoria)
Holy Spirit Novena – Day 8
Primera Opción
Segunda Opción
Primera Lectura
Hechos 25:13-21
13Pasados algunos días llegaron a Cesarea el rey Agripa y Berenice y fueron a saludar a Festo.
14Como se detuvieron allí unos días, Festo mencionó al rey el asunto de Pablo:
—Hay aquí un hombre que Félix dejó en prisión,
—Hay aquí un hombre que Félix dejó en prisión,
15contra quien los príncipes de los sacerdotes y los ancianos de los judíos presentaron acusación cuando estuve en Jerusalén, pidiendo sentencia condenatoria.
16Yo les contesté que, entre romanos, no es costumbre entregar a un hombre antes de que el acusado tenga delante de él a sus acusadores y la oportunidad de defenderse de la acusación.
17Cuando llegaron aquí, me senté al día siguiente en el tribunal, sin ninguna dilación, y ordené que trajeran a aquel hombre.
18Los acusadores se presentaron ante él, pero no alegaban ninguna acusación de los delitos que yo sospechaba.
19Tenían contra él ciertas cuestiones de su religión y de un tal Jesús, ya muerto, de quien Pablo afirma que vive.
20Perplejo por estas cuestiones, le propuse si deseaba ir a Jerusalén para ser juzgado allí de estas cosas.
21Pero como Pablo apeló para que su causa sea reservada a la decisión del César, mandé custodiarlo hasta que lo pueda enviar al César.
Salmo Responsorial
Salmo 103:1-2, 11-12, 19-20
1De David.
Bendice, alma mía, al Señor, y todo mi ser a su Nombre santo.
Bendice, alma mía, al Señor, y todo mi ser a su Nombre santo.
2Bendice, alma mía, al Señor,
no olvides ninguno de sus beneficios.
no olvides ninguno de sus beneficios.
11Pues cuanto se elevan los cielos sobre la tierra,
así prevalece su misericordia con los que le temen.
así prevalece su misericordia con los que le temen.
12Cuanto dista el oriente del occidente,
así aleja de nosotros nuestras iniquidades.
así aleja de nosotros nuestras iniquidades.
19El Señor estableció su trono en los cielos,
su reino domina todas las cosas.
su reino domina todas las cosas.
20Bendecid al Señor, ángeles suyos,
fuertes guerreros, que ejecutáis sus mandatos, prestos a obedecer a la voz de su palabra.
fuertes guerreros, que ejecutáis sus mandatos, prestos a obedecer a la voz de su palabra.
Evangelio
Juan 21:15-19
15Cuando acabaron de comer, le dijo Jesús a Simón Pedro:
—Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos? Le respondió: —Sí, Señor, tú sabes que te quiero. Le dijo: —Apacienta mis corderos.
—Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos? Le respondió: —Sí, Señor, tú sabes que te quiero. Le dijo: —Apacienta mis corderos.
16Volvió a preguntarle por segunda vez:
—Simón, hijo de Juan, ¿me amas? Le respondió: —Sí, Señor, tú sabes que te quiero. Le dijo: —Pastorea mis ovejas.
—Simón, hijo de Juan, ¿me amas? Le respondió: —Sí, Señor, tú sabes que te quiero. Le dijo: —Pastorea mis ovejas.
17Le preguntó por tercera vez:
—Simón, hijo de Juan, ¿me quieres? Pedro se entristeció porque le preguntó por tercera vez: «¿Me quieres?», y le respondió: —Señor, tú lo sabes todo. Tú sabes que te quiero. Le dijo Jesús: —Apacienta mis ovejas.
—Simón, hijo de Juan, ¿me quieres? Pedro se entristeció porque le preguntó por tercera vez: «¿Me quieres?», y le respondió: —Señor, tú lo sabes todo. Tú sabes que te quiero. Le dijo Jesús: —Apacienta mis ovejas.
18En verdad, en verdad te digo: cuando eras más joven te ceñías tú mismo y te ibas adonde querías; pero cuando envejezcas extenderás tus manos y otro te ceñirá y llevará adonde no quieras
19—esto lo dijo indicando con qué muerte había de glorificar a Dios.
Y dicho esto, añadió: —Sígueme.
Y dicho esto, añadió: —Sígueme.
Primera Lectura
2 Macabeos 7:1-2, 9-14
1Sucedió asimismo que siete hermanos, que habían sido detenidos con su madre, eran obligados por el rey a comer carne de cerdo prohibida, flagelándoles con látigos y vergajos.
2Uno de ellos, haciendo de portavoz, habló así:
—¿Qué quieres preguntarnos o saber de nosotros? Estamos dispuestos a morir antes que transgredir las leyes de nuestros padres.
—¿Qué quieres preguntarnos o saber de nosotros? Estamos dispuestos a morir antes que transgredir las leyes de nuestros padres.
9Estando en el último suspiro dijo:
—Tú, malvado, nos borras de la vida presente, pero el rey del mundo nos resucitará a una vida nueva y eterna a quienes hemos muerto por sus leyes.
—Tú, malvado, nos borras de la vida presente, pero el rey del mundo nos resucitará a una vida nueva y eterna a quienes hemos muerto por sus leyes.
10Después de éste comenzó a ser torturado el tercero, y, cuando se lo mandaron, sacó inmediatamente la lengua y extendió voluntariamente las manos.
11Y dijo con dignidad:
—De Dios he recibido estos miembros, y, por sus leyes, los desprecio; pero espero obtenerlos nuevamente de Él.
—De Dios he recibido estos miembros, y, por sus leyes, los desprecio; pero espero obtenerlos nuevamente de Él.
12De esta forma el rey mismo y los que le acompañaban quedaron admirados de la valentía del joven, como si no diera ninguna importancia a los tormentos.
13Muerto éste, empezaron a torturar al cuarto aplicándole los mismos tormentos;
14y cuando estaba en las últimas habló de este modo:
—Es preferible morir a manos de los hombres con la esperanza que Dios da de ser resucitados de nuevo por Él; para ti, en cambio, no habrá resurrección a la vida.
—Es preferible morir a manos de los hombres con la esperanza que Dios da de ser resucitados de nuevo por Él; para ti, en cambio, no habrá resurrección a la vida.
Salmo Responsorial
Salmo 124:2-5, 7-8
2si el Señor no hubiera estado a favor nuestro
cuando los hombres se alzaron contra nosotros,
cuando los hombres se alzaron contra nosotros,
3nos habrían tragado vivos
en el ardor de su ira;
en el ardor de su ira;
4nos habrían arrastrado las aguas,
el torrente nos habría sumergido;
el torrente nos habría sumergido;
5nos habrían sumergido las aguas impetuosas.
7Nuestra alma, como un pájaro,
se escapó del lazo de los cazadores: el lazo se rompió y nosotros escapamos.
se escapó del lazo de los cazadores: el lazo se rompió y nosotros escapamos.
8Nuestro auxilio es el Nombre del Señor,
el que hizo cielo y tierra.
el que hizo cielo y tierra.
Evangelio
Mateo 5:1-12
1Al ver Jesús a las multitudes, subió al monte; se sentó y se le acercaron sus discípulos;
2y abriendo su boca les enseñaba diciendo:
3—Bienaventurados los pobres de espíritu, porque suyo es el Reino de los Cielos.
4»Bienaventurados los que lloran, porque serán consolados.
5»Bienaventurados los mansos, porque heredarán la tierra.
6»Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque quedarán saciados.
7»Bienaventurados los misericordiosos, porque alcanzarán misericordia.
8»Bienaventurados los limpios de corazón, porque verán a Dios.
9»Bienaventurados los pacíficos, porque serán llamados hijos de Dios.
10»Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque suyo es el Reino de los Cielos.
11»Bienaventurados cuando os injurien, os persigan y, mintiendo, digan contra vosotros todo tipo de maldad por mi causa.
12Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo: de la misma manera persiguieron a los profetas de antes de vosotros.
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