Misa Diaria y Lecturas

¿No puede asistir a la Santa Misa? EWTN le ofrece las lecturas del día para permitirle seguir la Misa diaria en su transmisión por televisión. Las lecturas también son ideales para hallar tiempo durante el día para la reflexión espiritual. Escuche, vea o lea desde la comodidad de su hogar. Esta página incluye las lecturas del día y videos en línea, un recurso para todo el que desee vivir la vida de fe que agrada a nuestro Señor.

Sábado 11 de febrero de 2023

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Con textos en español y latín, la Guía para la Misa Global Televisada te guía a lo largo de la Misa diaria que ofrecemos en EWTN.

El Padre Joseph Mary Wolfe dice: «Hemos integrado este pequeño cuadernillo para ti, para ayudarte a unirte a la Iglesia Universal en todo el mundo a cantar las alabanzas del Señor mientras rezamos y cantamos juntos, unidos en el Sagrado Sacrificio de la Misa por EWTN».

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Nuestra Señora de Lourdes (Memoria Libre)

Primera Opción
Segunda Opción

Primera Lectura

Génesis 3:9-24

9El Señor Dios llamó al hombre y le dijo:
—¿Dónde estás?
10Éste contestó:
—Oí tu voz en el jardín y tuve miedo porque estaba desnudo; por eso me oculté.
11Dios le preguntó:
—¿Quién te ha indicado que estabas desnudo? ¿Acaso has comido del árbol del que te prohibí comer?
12El hombre contestó:
—La mujer que me diste por compañera me dio del árbol y comí.
13Entonces el Señor Dios dijo a la mujer:
—¿Qué es lo que has hecho? La mujer respondió: —La serpiente me engañó y comí.
14El Señor Dios dijo a la serpiente:
—Por haber hecho eso, maldita seas entre todos los animales y todas las bestias del campo. Te arrastrarás sobre el vientre, y polvo comerás todos los días de tu vida.
15Pondré enemistad entre ti y la mujer,
entre tu linaje y el suyo; él te herirá en la cabeza, mientras tú le herirás en el talón.
16A la mujer le dijo:
—Multiplicaré los dolores de tus embarazos; con dolor darás a luz tus hijos; hacia tu marido tu instinto te empujará y él te dominará.
17Al hombre le dijo:
—Por haber escuchado la voz de tu mujer y haber comido del árbol del que te prohibí comer: Maldita sea la tierra por tu causa. Con fatiga comerás de ella todos los días de tu vida.
18Te producirá espinas y zarzas,
y comerás las plantas del campo.
19Con el sudor de tu frente comerás el pan,
hasta que vuelvas a la tierra, pues de ella fuiste sacado, porque polvo eres y al polvo volverás.
20El hombre llamó a su mujer Eva, porque ella habría de ser la madre de todos los vivientes.
21El Señor Dios hizo unas túnicas de piel para el hombre y su mujer, y los vistió.
22Y el Señor Dios dijo:
—He aquí que el hombre ha llegado a ser como uno de nosotros en el conocimiento del bien y del mal; que ahora no extienda la mano y tome también del árbol de la vida, coma y viva para siempre.
23Así, pues, el Señor Dios lo expulsó del jardín de Edén, para que trabajase la tierra de la que había sido tomado.
24Cuando lo hubo expulsado, puso, al oriente del jardín de Edén, querubines blandiendo espadas flameantes para guardar el camino del árbol de la vida.

Salmo Responsorial

Salmo 90:2-6, 12-13

2Antes de que fueran engendrados los montes
y la tierra y el orbe fuesen formados, desde siempre y para siempre, Tú eres Dios.
3Al polvo haces volver al hombre,
diciendo: «Volved, hijos de Adán».
4Pues mil años a tus ojos
son como un día de ayer, que pasó, como una vigilia de la noche.
5Tú los arrastras, son un sueño al amanecer,
como hierba que brota:
6por la mañana florece y crece,
por la tarde es segada, y se seca.
12Enséñanos a llevar buena cuenta de nuestros días,
para que logremos un corazón sabio.
13¡Vuélvete, Señor! ¿Hasta cuándo…?
Ten piedad con tus siervos.

Evangelio

Marcos 8:1-10

1En aquellos días, reunida de nuevo una gran muchedumbre que no tenía qué comer, llamando a los discípulos les dijo:
2—Me da mucha pena la muchedumbre, porque ya llevan tres días conmigo y no tienen qué comer;
3y si los despido en ayunas a sus casas desfallecerán en el camino, porque algunos han venido desde lejos.
4Y le respondieron sus discípulos:
—¿Cómo podrá alguien alimentarlos de pan aquí, en un desierto?
5Les preguntó:
—¿Cuántos panes tenéis? —Siete —respondieron ellos.
6Entonces ordenó a la multitud que se acomodase en el suelo. Tomando los siete panes, después de dar gracias, los partió y los fue dando a sus discípulos para que los distribuyeran; y los distribuyeron a la muchedumbre.
7Tenían también unos pocos pececillos; después de bendecirlos, mandó que los distribuyeran.
8Y comieron y quedaron satisfechos, y con los trozos sobrantes recogieron siete espuertas.
9Eran unos cuatro mil. Y los despidió.
10Y subiendo enseguida a la barca con sus discípulos, se fue hacia la región de Dalmanuta.

Primera Lectura

Isaías 66:10-14

10¡Alegraos con Jerusalén y regocijaos por ella
cuantos la amáis; exultad de gozo con ella cuantos le hacíais duelo!
11Pues os amamantaréis hasta saciaros
del pecho de sus consuelos, beberéis hasta deleitaros de la ubre de su gloria.
12Porque esto dice el Señor:
«Mirad: Yo hago discurrir hacia ella, como un río, la paz, y, como un torrente desbordado, la gloria de las naciones. Os amamantaréis, seréis llevados en brazos, y acariciados sobre las rodillas.
13Como alguien a quien su madre consuela,
así Yo os consolaré, y en Jerusalén seréis consolados.
14Lo veréis y se alegrará vuestro corazón,
y vuestros huesos florecerán como la hierba. La mano del Señor se manifestará a sus siervos, y su furor, a sus enemigos».

Salmo Responsorial

Judit 13:18-19

18Ozías entonces dijo a Judit:
—Bendita seas tú de parte de Dios altísimo, hija, por encima de todas las mujeres de la tierra, y bendito sea Dios, que creó los cielos y la tierra, que te ha guiado para herir en la cabeza al príncipe de nuestros enemigos.
19Porque la esperanza que tú has tenido no se alejará del corazón de los hombres que se acuerden para siempre del poder de Dios.

Evangelio

Juan 2:1-11

1Al tercer día se celebraron unas bodas en Caná de Galilea, y estaba allí la madre de Jesús.
2También fueron invitados a la boda Jesús y sus discípulos.
3Y, como faltó vino, la madre de Jesús le dijo:
—No tienen vino.
4Jesús le respondió:
—Mujer, ¿qué nos va a ti y a mí? Todavía no ha llegado mi hora.
5Dijo su madre a los sirvientes:
—Haced lo que él os diga.
6Había allí seis tinajas de piedra preparadas para las purificaciones de los judíos, cada una con capacidad de unas dos o tres metretas.
7Jesús les dijo:
—Llenad de agua las tinajas. Y las llenaron hasta arriba.
8Entonces les dijo:
—Sacadlo ahora y llevadlo al maestresala. Así lo hicieron.
9Cuando el maestresala probó el agua convertida en vino, sin saber de dónde provenía —aunque los sirvientes que sacaron el agua lo sabían—, llamó al esposo
10y le dijo:
—Todos sirven primero el mejor vino, y cuando ya han bebido bien, el peor; tú, al contrario, has reservado el vino bueno hasta ahora.
11Así, en Caná de Galilea hizo Jesús el primero de los signos con el que manifestó su gloria, y sus discípulos creyeron en él.