Misa Diaria y Lecturas

¿No puede asistir a la Santa Misa? EWTN le ofrece las lecturas del día para permitirle seguir la Misa diaria en su transmisión por televisión. Las lecturas también son ideales para hallar tiempo durante el día para la reflexión espiritual. Escuche, vea o lea desde la comodidad de su hogar. Esta página incluye las lecturas del día y videos en línea, un recurso para todo el que desee vivir la vida de fe que agrada a nuestro Señor.

Domingo 16 de abril de 2023

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Con textos en español y latín, la Guía para la Misa Global Televisada te guía a lo largo de la Misa diaria que ofrecemos en EWTN.

El Padre Joseph Mary Wolfe dice: «Hemos integrado este pequeño cuadernillo para ti, para ayudarte a unirte a la Iglesia Universal en todo el mundo a cantar las alabanzas del Señor mientras rezamos y cantamos juntos, unidos en el Sagrado Sacrificio de la Misa por EWTN».

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II Domingo de Pascua o de la Divina Misericordia

Gloria – Creed

Primera Lectura

Hechos 2:42-47

42Perseveraban asiduamente en la doctrina de los apóstoles y en la comunión, en la fracción del pan y en las oraciones.
43El temor sobrecogía a todos, y por medio de los apóstoles se realizaban muchos prodigios y señales.
44Todos los creyentes estaban unidos y tenían todas las cosas en común.
45Vendían las posesiones y los bienes y los repartían entre todos, según las necesidades de cada uno.
46Todos los días acudían al Templo con un mismo espíritu, partían el pan en las casas y comían juntos con alegría y sencillez de corazón,
47alabando a Dios y gozando del favor de todo el pueblo. Todos los días el Señor incorporaba a los que habían de salvarse.

Salmo Responsorial

Salmo 118:2-4, 13-15, 22-24

2Diga Israel: «El Señor es bueno.
Eterna es su misericordia».
3Diga la casa de Aarón:
«Eterna es su misericordia».
4Digan los que temen al Señor:
«Eterna es su misericordia».
13Me empujaban con violencia para hacerme caer,
pero el Señor me socorrió.
14El Señor es mi fuerza y mi vigor,
Él es mi salvación.
15Gritos de júbilo y de victoria
hay en las tiendas de los justos: «La diestra del Señor hace proezas;
22La piedra que desecharon los constructores
ésta ha llegado a ser la piedra angular.
23Es el Señor quien ha hecho esto
y es admirable a nuestros ojos.
24Éste es el día que hizo el Señor,
exultemos y alegrémonos en él.

Segunda Lectura

1 Pedro 1:3-9

3Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que por su gran misericordia nos ha engendrado de nuevo —mediante la resurrección de Jesucristo de entre los muertos— a una esperanza viva,
4a una herencia incorruptible, inmaculada y que no se marchita, reservada en los cielos para vosotros,
5que, por el poder de Dios, estáis custodiados mediante la fe hasta alcanzar la salvación preparada ya para ser manifestada en el tiempo último.
6Por eso os alegráis, aunque ahora, durante algún tiempo, tengáis que estar afligidos por diversas pruebas,
7para que la calidad probada de vuestra fe —mucho más preciosa que el oro perecedero que, sin embargo, se acrisola por el fuego— sea hallada digna de alabanza, gloria y honor, cuando se manifieste Jesucristo:
8a quien amáis sin haberlo visto; y en quien, sin verlo todavía, creéis y os alegráis con un gozo inefable y glorioso,
9alcanzando así la meta de vuestra fe, la salvación de las almas.

Evangelio

Juan 20:19-31

19Al atardecer de aquel día, el siguiente al sábado, con las puertas del lugar donde se habían reunido los discípulos cerradas por miedo a los judíos, vino Jesús, se presentó en medio de ellos y les dijo:
—La paz esté con vosotros.
20Y dicho esto les mostró las manos y el costado.
Al ver al Señor, los discípulos se alegraron.
21Les repitió:
—La paz esté con vosotros. Como el Padre me envió, así os envío yo.
22Dicho esto sopló sobre ellos y les dijo:
—Recibid el Espíritu Santo;
23a quienes les perdonéis los pecados, les son perdonados; a quienes se los retengáis, les son retenidos.
24Tomás, uno de los doce, llamado Dídimo, no estaba con ellos cuando vino Jesús.
25Los otros discípulos le dijeron:
—¡Hemos visto al Señor! Pero él les respondió: —Si no le veo en las manos la marca de los clavos, y no meto mi dedo en esa marca de los clavos y meto mi mano en el costado, no creeré.
26A los ocho días, estaban otra vez dentro sus discípulos y Tomás con ellos. Aunque estaban las puertas cerradas, vino Jesús, se presentó en medio y dijo:
—La paz esté con vosotros.
27Después le dijo a Tomás:
—Trae aquí tu dedo y mira mis manos, y trae tu mano y métela en mi costado, y no seas incrédulo sino creyente.
28Respondió Tomás y le dijo:
—¡Señor mío y Dios mío!
29Jesús contestó:
—Porque me has visto has creído; bienaventurados los que sin haber visto hayan creído.
30Muchos otros signos hizo también Jesús en presencia de sus discípulos, que no han sido escritos en este libro.
31Sin embargo, éstos han sido escritos para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo tengáis vida en su nombre.