Misa Diaria y Lecturas

¿No puede asistir a la Santa Misa? EWTN le ofrece las lecturas del día para permitirle seguir la Misa diaria en su transmisión por televisión. Las lecturas también son ideales para hallar tiempo durante el día para la reflexión espiritual. Escuche, vea o lea desde la comodidad de su hogar. Esta página incluye las lecturas del día y videos en línea, un recurso para todo el que desee vivir la vida de fe que agrada a nuestro Señor.

Viernes 25 de agosto de 2023

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Con textos en español y latín, la Guía para la Misa Global Televisada te guía a lo largo de la Misa diaria que ofrecemos en EWTN.

El Padre Joseph Mary Wolfe dice: «Hemos integrado este pequeño cuadernillo para ti, para ayudarte a unirte a la Iglesia Universal en todo el mundo a cantar las alabanzas del Señor mientras rezamos y cantamos juntos, unidos en el Sagrado Sacrificio de la Misa por EWTN».

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San Luis IX de Francia, Rey, Patrón de la Tercera Orden (Memoria)

Primera Opción
Segunda Opción
Tercera Opción

Primera Lectura

Rut 1:1, 3-6, 14-16, 22

1En los días de los jueces hubo una gran hambre en el país, y un hombre de Belén de Judá se marchó a vivir a los campos de Moab junto con su mujer y sus dos hijos.
3Cuando murió Elimélec, el marido de Noemí, ella se quedó con sus dos hijos;
4éstos tomaron mujeres moabitas, una se llamaba Orpá y la otra Rut, y permanecieron allí unos diez años
5al cabo de los cuales murieron los dos, Majlón y Quilyón. La mujer se quedó sin su marido y sin sus dos hijos.
6Entonces, como Noemí había oído en los campos de Moab que el Señor había visitado a su pueblo para darles pan, se dispuso a volver desde los campos de Moab con sus dos nueras.
14Entonces ellas de nuevo prorrumpieron en llanto. Orpá besó a su suegra y después se marchó; sin embargo Rut se quedó con ella.
15Noemí le insistió:
—Mira que tu cuñada regresa a su pueblo y a sus dioses, ¡vete con ella!
16Pero Rut le respondió:
—No me obligues a marcharme y a alejarme de ti, pues adonde vayas iré y donde pases las noches las pasaré yo; tu pueblo será mi pueblo y tu Dios será mi Dios;
22De este modo regresó Noemí desde los campos de Moab acompañada de su nuera Rut, la moabita; llegaron a Belén al comienzo de la siega de la cebada.

Salmo Responsorial

Salmo 146:5-10

5Dichoso el que tiene su auxilio en el Dios de Jacob,
su esperanza en el Señor, su Dios,
6que hizo los cielos y la tierra,
el mar y cuanto hay en él; que guarda fidelidad eternamente;
7que hace justicia a los oprimidos,
da pan a los hambrientos. El Señor libera a los cautivos;
8el Señor abre los ojos a los ciegos;
el Señor endereza a los que se encorvan; el Señor ama a los justos.
9El Señor guarda a los extranjeros,
sustenta al huérfano y a la viuda, pero tuerce el camino de los impíos.
10El Señor reina eternamente,
tu Dios, Sión, de generación en generación. 

Evangelio

Mateo 22:34-40

34Los fariseos, al oír que había hecho callar a los saduceos, se pusieron de acuerdo,
35y uno de ellos, doctor de la ley, le preguntó para tentarle:
36—Maestro, ¿cuál es el mandamiento principal de la Ley?
37Él le respondió:
—Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu mente.
38Éste es el mayor y el primer mandamiento.
39El segundo es como éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
40De estos dos mandamientos dependen toda la Ley y los Profetas.

Primera Lectura

Isaías 58:6-11

6¿El ayuno que prefiero no es más bien
romper las cadenas de la iniquidad, soltar las ataduras del yugo, dejar libres a los oprimidos y quebrar todo yugo?
7¿No es compartir tu pan con el hambriento,
e invitar a tu casa a los pobres sin asilo? Al que veas desnudo, cúbrelo y no te escondas de quien es carne tuya.
8Entonces tu luz despuntará como la aurora,
y tu curación aparecerá al instante, tu justicia te precederá y la gloria del Señor cerrará tu marcha.
9Entonces clamarás, y el Señor te responderá,
pedirás socorro, y Él te dirá: «Aquí estoy». Si apartas de en medio de ti el yugo, el señalar con el dedo, y la maledicencia,
10y ofreces tu propio sustento al hambriento,
y sacias el alma afligida, entonces tu luz despuntará en las tinieblas y tu oscuridad será como el mediodía.
11El Señor te guiará de continuo,
saciará tu alma en las regiones áridas, dará fuerza a tus huesos, y serás como huerto regado, como manantial cuyas aguas no se agotan.

Salmo Responsorial

Salmo 112:1-9

1Aleluya.
(Alef) Dichoso el hombre que teme al Señor, (Bet) y se complace de lleno en sus mandamientos.
2(Guímel) Poderoso en la tierra será su linaje.
(Dálet) Bendita será la descendencia de los rectos.
3(He) En su casa habrá fortuna y riqueza;
(Vav) su justicia permanecerá para siempre.
4(Záin) Para los rectos brilla como luz en las tinieblas,
(Het) el clemente, compasivo y justo.
5(Tet) Feliz el hombre compasivo y que presta,
(Yod) y que administra sus asuntos con justicia;
6(Kaf) no vacilará jamás.
(Lámed) El justo será siempre recordado;
7(Mem) no temerá las malas noticias;
(Nun) su corazón está firme, confiado en el Señor;
8(Sámek) su corazón está seguro, sin temer,
(Áin) hasta que mire por encima a sus enemigos.
9(Pe) Reparte generosamente a los pobres;
(Sade) su justicia permanece para siempre; (Qof) lleva alta su frente con honor.

Evangelio

Mateo 22:34-40

34Los fariseos, al oír que había hecho callar a los saduceos, se pusieron de acuerdo,
35y uno de ellos, doctor de la ley, le preguntó para tentarle:
36—Maestro, ¿cuál es el mandamiento principal de la Ley?
37Él le respondió:
—Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu mente.
38Éste es el mayor y el primer mandamiento.
39El segundo es como éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
40De estos dos mandamientos dependen toda la Ley y los Profetas.
From the Franciscan Lectionary

Primera Lectura

Sabiduría 10:10-14

10Ella, al justo que huía de la ira de su hermano
lo condujo por senderos rectos; le mostró el Reino de Dios y le concedió la ciencia de las cosas santas. Le dio éxito en las fatigas y llenó de fruto sus trabajos.
11Le asistió frente a la codicia de los opresores
y lo hizo rico.
12Le defendió de sus enemigos
y le mantuvo seguro de los que le acechaban. Le otorgó el premio tras el duro combate, para que supiera que la piedad es lo más fuerte de todo.
13Ella no abandonó al justo vendido a precio,
sino que le libró de caer en pecado;
14bajó con él a la prisión
y no le abandonó en las cadenas, hasta traerle el cetro real y el poder sobre los que le oprimían. Manifestó que quienes le acusaban eran unos mentirosos y le otorgó gloria eterna.

Salmo Responsorial

Salmo 89:8, 12, 20, 22, 27-28

8Dios es temible en el consejo de los santos,
grande y terrible sobre cuantos le rodean.
12Tuyos son los cielos, tuya es la tierra;
el orbe y cuanto lo llena, Tú los fundaste.
20Un día hablaste en visión
a tus fieles, diciéndoles: «He prestado mi ayuda a un héroe, he exaltado entre el pueblo a un elegido.
22Mi mano estará firme con él,
mi brazo le hará fuerte.
27Él me invocará: “Tú eres mi Padre,
mi Dios, la Roca de mi salvación”.
28Yo lo constituiré mi primogénito,
el más eximio entre los reyes de la tierra.

Evangelio

Lucas 19:12-19

12Dijo pues:
—Un hombre noble marchó a una tierra lejana a recibir la investidura real y volverse.
13Llamó a diez siervos suyos, les dio diez minas y les dijo: «Negociad hasta mi vuelta».
14Sus ciudadanos le odiaban y enviaron una embajada tras él para decir: «No queremos que éste reine sobre nosotros».
15Al volver, recibida ya la investidura real, mandó llamar ante sí a aquellos siervos a quienes había dado el dinero, para saber cuánto habían negociado.
16Vino el primero y dijo: «Señor, tu mina ha producido diez».
17Y le dijo: «Muy bien, siervo bueno, porque has sido fiel en lo poco, ten potestad sobre diez ciudades».
18Vino el segundo y dijo: «Señor, tu mina ha producido cinco».
19Le dijo a éste: «Tú ten también el mando de cinco ciudades».