Misa Diaria y Lecturas
¿No puede asistir a la Santa Misa? EWTN le ofrece las lecturas del día para permitirle seguir la Misa diaria en su transmisión por televisión. Las lecturas también son ideales para hallar tiempo durante el día para la reflexión espiritual. Escuche, vea o lea desde la comodidad de su hogar. Esta página incluye las lecturas del día y videos en línea, un recurso para todo el que desee vivir la vida de fe que agrada a nuestro Señor.
Lunes 20 de noviembre de 2023
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El Padre Joseph Mary Wolfe dice: «Hemos integrado este pequeño cuadernillo para ti, para ayudarte a unirte a la Iglesia Universal en todo el mundo a cantar las alabanzas del Señor mientras rezamos y cantamos juntos, unidos en el Sagrado Sacrificio de la Misa por EWTN».

Feria
Primera Lectura
1 Macabeos 1:10-15, 41-43, 54-57, 62-63
10De éstos brotó una raíz pecadora: Antíoco Epífanes, hijo del rey Antíoco, que había estado como rehén en Roma. Subió al trono en el año ciento treinta y siete de la dominación griega.
11En aquel tiempo, surgieron en Israel unos hijos malvados que sedujeron a muchos diciendo:
—Vayamos y establezcamos una alianza con los pueblos que nos rodean, pues desde que nos hemos separado de ellos nos han sobrevenido infinidad de males.
—Vayamos y establezcamos una alianza con los pueblos que nos rodean, pues desde que nos hemos separado de ellos nos han sobrevenido infinidad de males.
12Esta propuesta fue de su agrado
13y algunos del pueblo decidieron dirigirse al rey, que les concedió autorización para observar las costumbres de los gentiles.
14Entonces construyeron en Jerusalén un gimnasio según las tradiciones de los gentiles.
15Ocultaron la señal de la circuncisión, se apartaron de la alianza santa, se coaligaron con las naciones y se vendieron para obrar el mal.
41Entonces el rey Antíoco decretó para todo su reino que todos fuesen un solo pueblo
42y que cada cual renunciase a sus propias tradiciones. Todos los gentiles aceptaron el edicto del rey.
43Muchos en Israel adoptaron de buen grado su religión, ofrecieron sacrificios a los ídolos y profanaron el sábado.
54El día quince del mes de Kisleu, en el año ciento cuarenta y cinco, erigieron sobre el altar la abominación de la desolación. En las ciudades circundantes de Judá se levantaron altares
55y se empezó a quemar incienso ante las puertas de las casas y en las plazas.
56Rompieron y arrojaron al fuego todos los libros de la Ley que encontraron.
57Al que sorprendían en cualquier parte con el libro de la alianza, o al que observaba la Ley, el decreto del rey lo condenaba a muerte.
62Pero muchos en Israel se mantuvieron firmes y se llenaron de valor para no comer alimentos impuros.
63Prefirieron morir antes que mancharse con la comida o profanar la alianza santa. Y, en efecto, murieron
Salmo Responsorial
Salmo 119:53, 61, 134, 150, 155, 158
53Me comprime la indignación por los impíos,
por los que abandonan tu Ley.
por los que abandonan tu Ley.
61Los lazos de los impíos me envuelven;
pero no me olvido de tu Ley.
pero no me olvido de tu Ley.
134Líbrame de la opresión de los hombres
para observar tus mandatos.
para observar tus mandatos.
150Ya se acercan los que van tras las infamias,
están lejos de tu Ley.
están lejos de tu Ley.
155Lejos de los impíos está la salvación,
porque no buscan tus decretos.
porque no buscan tus decretos.
158Al ver a los traidores siento asco,
pues no guardan tus palabras.
pues no guardan tus palabras.
Evangelio
Lucas 18:35-43
35Cuando se acercaban a Jericó, un ciego estaba sentado al lado del camino mendigando.
36Al oír que pasaba mucha gente, preguntó qué era aquello.
37Le contestaron:
—Es Jesús Nazareno, que pasa.
—Es Jesús Nazareno, que pasa.
38Y gritó diciendo:
—¡Jesús, Hijo de David, ten piedad de mí!
—¡Jesús, Hijo de David, ten piedad de mí!
39Y los que iban delante le reprendían para que se estuviera callado. Pero él gritaba mucho más:
—¡Hijo de David, ten piedad de mí!
—¡Hijo de David, ten piedad de mí!
40Jesús, parándose, mandó que lo trajeran ante él. Y cuando se acercó, le preguntó:
41—¿Qué quieres que te haga?
—Señor, que vea —respondió él.
—Señor, que vea —respondió él.
42Y Jesús le dijo:
—Recobra la vista, tu fe te ha salvado.
—Recobra la vista, tu fe te ha salvado.
43Y al instante recobró la vista, y le seguía glorificando a Dios. Y todo el pueblo, al presenciarlo, alabó a Dios.