Misa Diaria y Lecturas
¿No puede asistir a la Santa Misa? EWTN le ofrece las lecturas del día para permitirle seguir la Misa diaria en su transmisión por televisión. Las lecturas también son ideales para hallar tiempo durante el día para la reflexión espiritual. Escuche, vea o lea desde la comodidad de su hogar. Esta página incluye las lecturas del día y videos en línea, un recurso para todo el que desee vivir la vida de fe que agrada a nuestro Señor.
Viernes 19 de enero de 2024
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El Padre Joseph Mary Wolfe dice: «Hemos integrado este pequeño cuadernillo para ti, para ayudarte a unirte a la Iglesia Universal en todo el mundo a cantar las alabanzas del Señor mientras rezamos y cantamos juntos, unidos en el Sagrado Sacrificio de la Misa por EWTN».

Feria
Primera Lectura
1 Samuel 24:3-21
3Tomó entonces tres mil hombres selectos de todo Israel y marchó en busca de David y sus hombres hacia los roquedales de Yeelim.
4Llegó a unos apriscos que hay junto al camino donde había una cueva y Saúl entró en ella para sus necesidades. David y sus hombres estaban escondidos en el fondo de la cueva.
5Los hombres de David le dijeron:
—Mira, hoy es el día que te anunció el Señor: «Pongo a tu enemigo en tus manos para que hagas con él lo que mejor te parezca». David se levantó y cortó sigilosamente la punta del manto de Saúl.
—Mira, hoy es el día que te anunció el Señor: «Pongo a tu enemigo en tus manos para que hagas con él lo que mejor te parezca». David se levantó y cortó sigilosamente la punta del manto de Saúl.
6Después de esto el corazón de David latía con fuerza por haber cortado la punta del manto de Saúl,
7y dijo a sus hombres:
—Dios me libre de hacer ningún daño a mi señor, al ungido del Señor, de alzar mi mano contra el que es el ungido del Señor.
—Dios me libre de hacer ningún daño a mi señor, al ungido del Señor, de alzar mi mano contra el que es el ungido del Señor.
8Amonestó a sus hombres con palabras enérgicas y les prohibió lanzarse contra Saúl. Saúl salió de la cueva y siguió su camino.
9Después salió también David de la cueva y gritó detrás de él:
—Señor mío, mi rey. Saúl volvió la vista atrás y David inclinándose se postró ante él rostro en tierra,
—Señor mío, mi rey. Saúl volvió la vista atrás y David inclinándose se postró ante él rostro en tierra,
10y le dijo:
—¿Por qué escuchas a la gente que va diciendo que David busca tu desgracia?
—¿Por qué escuchas a la gente que va diciendo que David busca tu desgracia?
11Hoy han visto tus ojos que el Señor te ha puesto en mis manos en la cueva; me decían que te matara, pero te he respetado, pues me dije: «No alzaré mi mano contra mi señor, puesto que es el ungido del Señor».
12Padre mío, mira en mi mano la punta de tu manto. Si al cortar la punta de tu manto no llegué a matarte, reconoce con claridad que no hay maldad ni delito en mis manos, que nunca he pecado contra ti. Tú, en cambio, me acechas para quitarme la vida.
13Que el Señor juzgue entre tú y yo. Que Él me vengue de ti, porque mi mano nunca caerá sobre ti.
14Como dice el antiguo proverbio: «De los malos brota la maldad». Mi mano nunca caerá sobre ti.
15¿Contra quién ha salido el rey de Israel? ¿A quién persigues? A un perro muerto, a una pulga.
16Que el Señor sea juez y dictamine entre tú y yo. Que Él examine y defienda mi causa librándome de tus manos.
17Cuando David terminó de decir todo esto a Saúl, éste respondió:
—¿No es ésta tu voz, hijo mío, David? Y alzando la voz rompió a llorar.
—¿No es ésta tu voz, hijo mío, David? Y alzando la voz rompió a llorar.
18Mientras, decía a David:
—Más justo eres tú que yo. Tú me has proporcionado bienes y yo te he devuelto males.
—Más justo eres tú que yo. Tú me has proporcionado bienes y yo te he devuelto males.
19Hoy me has demostrado que te portas bien conmigo, que Dios me ha puesto en tus manos y no me has matado.
20¿Qué hombre encuentra a su enemigo y le deja seguir tranquilo su camino? Que el Señor te pague el bien que hoy has hecho conmigo.
21Ahora he comprendido que con toda certeza serás rey y que el reino de Israel se consolidará en tus manos.
Salmo Responsorial
Salmo 57:2-4, 6, 11
2Ten piedad de mí, Dios mío, ten piedad de mí,
que en Ti se refugia mi alma; a la sombra de tus alas me refugio hasta que pase el peligro.
que en Ti se refugia mi alma; a la sombra de tus alas me refugio hasta que pase el peligro.
3Invoco al Dios Altísimo,
a Dios que me lo ha hecho todo.
a Dios que me lo ha hecho todo.
4Enviará desde los cielos a salvarme
afrentará a quien me pisotea. Enviará Dios su misericordia y su fidelidad.
afrentará a quien me pisotea. Enviará Dios su misericordia y su fidelidad.
6¡Álzate sobre los cielos, oh Dios,
sobre toda la tierra sea tu gloria!
sobre toda la tierra sea tu gloria!
11Porque tu misericordia es más grande que los cielos,
tu fidelidad, más alta que las nubes.
tu fidelidad, más alta que las nubes.
Evangelio
Marcos 3:13-19
13Y subiendo al monte llamó a los que él quiso, y fueron donde él estaba.
14Y constituyó a doce, para que estuvieran con él y para enviarlos a predicar
15con potestad de expulsar demonios:
16a Simón, a quien le dio el nombre de Pedro;
17a Santiago el de Zebedeo y a Juan, el hermano de Santiago, a quienes les dio el nombre de Boanerges, es decir, «hijos del trueno»;
18a Andrés, a Felipe, a Bartolomé, a Mateo, a Tomás, a Santiago el de Alfeo, a Tadeo, a Simón el Cananeo
19y a Judas Iscariote, el que le entregó.