Misa Diaria y Lecturas

¿No puede asistir a la Santa Misa? EWTN le ofrece las lecturas del día para permitirle seguir la Misa diaria en su transmisión por televisión. Las lecturas también son ideales para hallar tiempo durante el día para la reflexión espiritual. Escuche, vea o lea desde la comodidad de su hogar. Esta página incluye las lecturas del día y videos en línea, un recurso para todo el que desee vivir la vida de fe que agrada a nuestro Señor.

Viernes 13 de septiembre de 2024

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Con textos en español y latín, la Guía para la Misa Global Televisada te guía a lo largo de la Misa diaria que ofrecemos en EWTN.

El Padre Joseph Mary Wolfe dice: «Hemos integrado este pequeño cuadernillo para ti, para ayudarte a unirte a la Iglesia Universal en todo el mundo a cantar las alabanzas del Señor mientras rezamos y cantamos juntos, unidos en el Sagrado Sacrificio de la Misa por EWTN».

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San Juan Crisóstomo, Obispo, Doctor de la Iglesia (Memoria)

Primera Opción
Segunda Opción

Primera Lectura

1 Corintios 9:16-19, 22-27

16Porque si evangelizo, no es para mí motivo de gloria, pues es un deber que me incumbe. ¡Ay de mí si no evangelizara!
17Si lo hiciera por propia iniciativa, tendría recompensa; pero si lo hago por mandato, cumplo una misión encomendada.
18¿Cuál es entonces mi recompensa? Predicar el Evangelio entregándolo gratuitamente, sin hacer valer mis derechos por el Evangelio.
19Porque siendo libre de todos, me hice siervo de todos para ganar a cuantos más pueda.
22Me hice débil con los débiles, para ganar a los débiles. Me he hecho todo para todos, para salvar de cualquier manera a algunos.
23Y todo lo hago por el Evangelio, para tener yo también parte en él.
24¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos sin duda corren pero uno solo recibe el premio? Corred de tal modo que lo alcancéis.
25Los que compiten se abstienen de todo; y ellos para alcanzar una corona corruptible; nosotros, en cambio, una incorruptible.
26Así pues, yo corro no como a la ventura, lucho no como quien golpea al aire,
27sino que castigo mi cuerpo y lo someto a servidumbre, no sea que, después de haber predicado a otros, quede yo descalificado.

Salmo Responsorial

Salmo 84:3-6, 12

3Mi alma añora, desfallece por los atrios del Señor;
mi corazón y mi carne se alegran por el Dios vivo.
4Hasta el pajarillo encuentra una casa,
y la golondrina su nido, donde poner sus polluelos: ¡tus altares, Señor de los ejércitos, mi Rey y Dios mío!
5Dichosos los que habitan en tu Casa
te alabarán por siempre.
6Dichoso el hombre que tiene su auxilio en Ti,
y en su corazón decide peregrinar.
12Porque el Señor Dios es sol y escudo;
el Señor concede gracia y gloria; no niega sus bienes a los que caminan en integridad.

Evangelio

Lucas 6:39-42

39Les dijo también una parábola:
—¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo?
40»No está el discípulo por encima del maestro; todo aquel que esté bien instruido podrá ser como su maestro.
41»¿Por qué te fijas en la mota del ojo de tu hermano y no reparas en la viga que hay en tu propio ojo?
42¿Cómo puedes decir a tu hermano: «Hermano, deja que saque la mota que hay en tu ojo», no viendo tú mismo la viga que hay en el tuyo? Hipócrita: saca primero la viga de tu ojo, y entonces verás con claridad cómo sacar la mota del ojo de tu hermano.

Primera Lectura

Efesios 4:1-7, 11-13

1Así pues, os ruego yo, el prisionero por el Señor, que viváis una vida digna de la vocación a la que habéis sido llamados,
2con toda humildad y mansedumbre, con longanimidad, sobrellevándoos unos a otros con caridad,
3continuamente dispuestos a conservar la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz.
4Un solo Cuerpo y un solo Espíritu, como habéis sido llamados a una sola esperanza: la de vuestra vocación.
5Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo,
6un solo Dios y Padre de todos: el que está sobre todos, por todos y en todos.
7A cada uno de nosotros, sin embargo, ha sido dada la gracia en la medida en que Cristo quiere otorgar sus dones.
11Él constituyó a algunos como apóstoles, a otros profetas, a otros evangelizadores, a otros pastores y doctores,
12a fin de que trabajen en perfeccionar a los santos cumpliendo con su ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo,
13hasta que lleguemos todos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, al hombre perfecto, a la medida de la plenitud de Cristo,

Salmo Responsorial

Salmo 40:2, 4, 7-11

2Esperaba confiadamente en el Señor;
Él se inclinó a mí y escuchó mi clamor.
4Ha puesto en mi boca un cántico nuevo,
una alabanza a nuestro Dios. Muchos, al verlo, temerán y esperarán en el Señor.
7No quisiste sacrificio ni ofrenda,
pero me abriste el oído. No pediste holocausto ni sacrificio de expiación;
8entonces dije: «Aquí estoy
—como está escrito acerca de mí en el Libro—
9para hacer tu voluntad, Dios mío».
Ése es mi querer, pues llevo tu Ley dentro de mí.
10He anunciado la justicia en la gran asamblea;
no he cerrado mis labios, Señor, Tú lo sabes bien.
11No he escondido tu justicia dentro de mi corazón;
he proclamado tu fidelidad y tu salvación, no he ocultado tu bondad y tu lealtad a la gran asamblea.

Evangelio

Primera Opción
Segunda Opción

Marcos 4:1-10, 13-20

1De nuevo comenzó a enseñar al lado del mar. Y se reunió en torno a él una muchedumbre tan grande, que tuvo que subir a sentarse en una barca, en el mar, mientras toda la muchedumbre permanecía en tierra, en la orilla.
2Les explicaba con parábolas muchas cosas, y les decía en su enseñanza:
3—Escuchad: salió el sembrador a sembrar.
4Y ocurrió que, al echar la semilla, parte cayó junto al camino, y vinieron los pájaros y se la comieron.
5Parte cayó en terreno pedregoso, donde no había mucha tierra, y brotó pronto, por no ser hondo el suelo;
6pero cuando salió el sol se agostó, y se secó porque no tenía raíz.
7Otra parte cayó entre espinos; crecieron los espinos y la ahogaron, y no dio fruto.
8Y otra cayó en tierra buena, y comenzó a dar fruto: crecía y se desarrollaba; y producía el treinta por uno, el sesenta por uno y el ciento por uno.
9Y decía:
—El que tenga oídos para oír, que oiga.
10Y cuando se quedó solo, los que le acompañaban junto con los doce le preguntaron por el significado de las parábolas.
13Y les dice:
—¿No entendéis esta parábola? ¿Y cómo podréis entender las demás parábolas?
14El que siembra, siembra la palabra.
15Los que están junto al camino donde se siembra la palabra son aquellos que, en cuanto la oyen, al instante viene Satanás y se lleva la palabra sembrada en ellos.
16Los que reciben la semilla sobre terreno pedregoso son aquellos que, cuando oyen la palabra, al momento la reciben con alegría,
17pero no tienen en sí raíz, sino que son inconstantes; y después, al venir una tribulación o persecución por causa de la palabra, enseguida tropiezan y caen.
18Hay otros que reciben la semilla entre espinos: son aquellos que han oído la palabra,
19pero las preocupaciones de este mundo, la seducción de las riquezas y los apetitos de las demás cosas les asedian, ahogan la palabra y queda estéril.
20Y los que han recibido la semilla sobre la tierra buena son aquellos que oyen la palabra, la reciben y dan fruto: el treinta por uno, el sesenta por uno y el ciento por uno.

Marcos 4:1-9

1De nuevo comenzó a enseñar al lado del mar. Y se reunió en torno a él una muchedumbre tan grande, que tuvo que subir a sentarse en una barca, en el mar, mientras toda la muchedumbre permanecía en tierra, en la orilla.
2Les explicaba con parábolas muchas cosas, y les decía en su enseñanza:
3—Escuchad: salió el sembrador a sembrar.
4Y ocurrió que, al echar la semilla, parte cayó junto al camino, y vinieron los pájaros y se la comieron.
5Parte cayó en terreno pedregoso, donde no había mucha tierra, y brotó pronto, por no ser hondo el suelo;
6pero cuando salió el sol se agostó, y se secó porque no tenía raíz.
7Otra parte cayó entre espinos; crecieron los espinos y la ahogaron, y no dio fruto.
8Y otra cayó en tierra buena, y comenzó a dar fruto: crecía y se desarrollaba; y producía el treinta por uno, el sesenta por uno y el ciento por uno.
9Y decía:
—El que tenga oídos para oír, que oiga.