Misa Diaria y Lecturas

¿No puede asistir a la Santa Misa? EWTN le ofrece las lecturas del día para permitirle seguir la Misa diaria en su transmisión por televisión. Las lecturas también son ideales para hallar tiempo durante el día para la reflexión espiritual. Escuche, vea o lea desde la comodidad de su hogar. Esta página incluye las lecturas del día y videos en línea, un recurso para todo el que desee vivir la vida de fe que agrada a nuestro Señor.

Lunes 16 de septiembre de 2024

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Con textos en español y latín, la Guía para la Misa Global Televisada te guía a lo largo de la Misa diaria que ofrecemos en EWTN.

El Padre Joseph Mary Wolfe dice: «Hemos integrado este pequeño cuadernillo para ti, para ayudarte a unirte a la Iglesia Universal en todo el mundo a cantar las alabanzas del Señor mientras rezamos y cantamos juntos, unidos en el Sagrado Sacrificio de la Misa por EWTN».

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San Cornelio, Papa, Mártir y San Cipriano, Obispo, Mártir (Memoria)

Primera Opción
Segunda Opción

Primera Lectura

1 Corintios 11:17-26, 33

17Al recomendaros esto, no os alabo, porque no os reunís para vuestro bien espiritual, sino para vuestro daño.
18En primer lugar oigo que, cuando os reunís en asamblea litúrgica, hay divisiones entre vosotros, y en parte lo creo,
19pues conviene que haya entre vosotros disensiones, para que se descubran entre vosotros los de virtud probada.
20Pues, cuando os reunís, no es ya para tomar la Cena del Señor;
21porque al comer, cada uno se adelanta a tomar su propia cena, y mientras uno pasa hambre, otro está ebrio.
22¿No tenéis casas para comer y beber? ¿O despreciáis la Iglesia de Dios y avergonzáis a los que no tienen nada? ¿Qué voy a deciros? ¿Os alabaré? En esto no os alabo.
23Porque yo recibí del Señor lo que también os transmití: que el Señor Jesús, la noche en que fue entregado, tomó pan,
24y dando gracias, lo partió y dijo: «Esto es mi cuerpo, que se da por vosotros; haced esto en memoria mía».
25Y de la misma manera, después de cenar, tomó el cáliz, diciendo: «Este cáliz es la nueva alianza en mi sangre; cuantas veces lo bebáis, hacedlo en memoria mía».
26Porque cada vez que coméis este pan y bebéis este cáliz, anunciáis la muerte del Señor, hasta que venga.
33Por tanto, hermanos míos, cuando os reunáis para comer, esperaos unos a otros.

Salmo Responsorial

Salmo 40:7-10, 17

7No quisiste sacrificio ni ofrenda,
pero me abriste el oído. No pediste holocausto ni sacrificio de expiación;
8entonces dije: «Aquí estoy
—como está escrito acerca de mí en el Libro—
9para hacer tu voluntad, Dios mío».
Ése es mi querer, pues llevo tu Ley dentro de mí.
10He anunciado la justicia en la gran asamblea;
no he cerrado mis labios, Señor, Tú lo sabes bien.
17Que se gocen y se alegren en Ti
todos los que te buscan. Digan sin cesar: «¡Grande es el Señor!», los que aman tu salvación.

Evangelio

Lucas 7:1-10

1Cuando terminó de decir todas estas palabras al pueblo que le escuchaba, entró en Cafarnaún.
2Había allí un centurión que tenía un siervo enfermo, a punto de morir, a quien estimaba mucho.
3Habiendo oído hablar de Jesús, le envió unos ancianos de los judíos para rogarle que viniera a curar a su siervo.
4Ellos, al llegar donde Jesús, le rogaban encarecidamente diciendo:
—Merece que hagas esto,
5porque aprecia a nuestro pueblo y él mismo nos ha construido la sinagoga.
6Jesús, pues, se puso en camino con ellos. Y no estaba ya lejos de la casa cuando el centurión le envió unos amigos para decirle:
—Señor, no te tomes esa molestia, porque no soy digno de que entres en mi casa,
7por eso ni siquiera yo mismo me he considerado digno de ir a tu encuentro. Pero dilo de palabra y mi criado quedará sano.
8Pues también yo soy un hombre sometido a disciplina y tengo soldados a mis órdenes. Le digo a uno: «Vete», y va; y a otro: «Ven», y viene; y a mi siervo: «Haz esto», y lo hace.
9Al oír esto, Jesús se admiró de él, y volviéndose a la multitud que le seguía, dijo:
—Os digo que ni siquiera en Israel he encontrado una fe tan grande.
10Y cuando volvieron a casa, los enviados encontraron sano al siervo.

Primera Lectura

2 Corintios 4:7-15

7Pero llevamos este tesoro en vasos de barro, para que se reconozca que la sobreabundancia del poder es de Dios y que no proviene de nosotros:
8en todo atribulados, pero no angustiados; perplejos, pero no desesperados;
9perseguidos, pero no abandonados; derribados, pero no aniquilados,
10llevando siempre en nuestro cuerpo el morir de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo.
11Porque nosotros, aunque vivimos, nos vemos continuamente entregados a la muerte por causa de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal.
12De manera que en nosotros actúe la muerte, y en vosotros la vida.
13Pero teniendo el mismo espíritu de fe —según lo que está escrito: Creí, por eso hablé—, también nosotros creemos, y por eso hablamos,
14sabiendo que quien resucitó al Señor Jesús también nos resucitará con Jesús y nos pondrá a su lado con vosotros.
15Porque todo es para vuestro bien, a fin de que la gracia, multiplicada a través de muchos, haga abundar la acción de gracias para la gloria de Dios.

Salmo Responsorial

Salmo 126:1-6

1Canto de las subidas.
Cuando el Señor hizo volver a los cautivos de Sión, nos parecía soñar.
2Se nos llenaba de risas la boca,
la lengua, de cantares de alegría. Entonces se decía entre las naciones: «El Señor ha hecho con ellos cosas grandes».
3El Señor ha hecho con nosotros cosas grandes:
estamos llenos de alegría.
4Haz volver, Señor, a nuestros cautivos
como los torrentes del Négueb.
5Los que siembran con lágrimas
cosechan entre cantares de alegría.
6Al marchar iban llorando,
llevando las semillas. Al volver vienen cantando, trayendo sus gavillas. 

Evangelio

Juan 17:11-19

11»Ya no estoy en el mundo, pero ellos están en el mundo y yo voy a Ti. Padre Santo, guarda en tu nombre a aquellos que me has dado, para que sean uno como nosotros.
12Cuando estaba con ellos yo los guardaba en tu nombre. He guardado a los que me diste y ninguno de ellos se ha perdido, excepto el hijo de la perdición, para que se cumpliera la Escritura.
13Pero ahora voy a Ti y digo estas cosas en el mundo, para que tengan mi alegría completa en sí mismos.
14»Yo les he dado tu palabra, y el mundo los ha odiado porque no son del mundo, lo mismo que yo no soy del mundo.
15No pido que los saques del mundo, sino que los guardes del Maligno.
16No son del mundo lo mismo que yo no soy del mundo.
17Santifícalos en la verdad: tu palabra es la verdad.
18Lo mismo que Tú me enviaste al mundo, así los he enviado yo al mundo.
19Por ellos yo me santifico, para que también ellos sean santificados en la verdad.