Misa Diaria y Lecturas

¿No puede asistir a la Santa Misa? EWTN le ofrece las lecturas del día para permitirle seguir la Misa diaria en su transmisión por televisión. Las lecturas también son ideales para hallar tiempo durante el día para la reflexión espiritual. Escuche, vea o lea desde la comodidad de su hogar. Esta página incluye las lecturas del día y videos en línea, un recurso para todo el que desee vivir la vida de fe que agrada a nuestro Señor.

Sábado 25 de enero de 2025

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El Padre Joseph Mary Wolfe dice: «Hemos integrado este pequeño cuadernillo para ti, para ayudarte a unirte a la Iglesia Universal en todo el mundo a cantar las alabanzas del Señor mientras rezamos y cantamos juntos, unidos en el Sagrado Sacrificio de la Misa por EWTN».

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Conversión de San Pablo, Apóstol (Fiesta)

Gloria

Primera Lectura

Primera Opción
Segunda Opción

Hechos 22:3-16

3—Yo soy judío, nacido en Tarso de Cilicia, educado en esta ciudad e instruido a los pies de Gamaliel según la observancia de la Ley patria, y estoy lleno de celo de Dios como lo estáis vosotros en el día de hoy.
4Yo perseguí a muerte este Camino, encadenando y encarcelando a hombres y mujeres,
5como me lo puede atestiguar el sumo sacerdote y todo el Sanedrín. De ellos recibí cartas para los hermanos y me encaminé a Damasco para traer aherrojados a Jerusalén a quienes allí hubiera, con el fin de castigarlos.
6»Pero cuando iba de camino, cerca de Damasco, hacia el mediodía, me envolvió de repente una gran luz venida del cielo,
7caí al suelo y oí una voz que me decía: «Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?»
8Yo respondí: «¿Quién eres, Señor?» Y me contestó: «Yo soy Jesús Nazareno, a quien tú persigues».
9Los que estaban conmigo vieron la luz, pero no oyeron la voz del que me hablaba.
10Yo dije: «¿Qué tengo que hacer, Señor?» Y el Señor me respondió: «Levántate y entra en Damasco: allí se te dirá todo lo que debes hacer».
11Como yo no veía a causa del resplandor de aquella luz, tuve que entrar en Damasco conducido de la mano de mis acompañantes.
12»Ananías, un varón piadoso según la Ley y acreditado por todos los judíos que allí vivían,
13vino y de pie delante de mí me dijo: «Saulo, hermano, recobra tu vista». Y en el mismo instante le pude ver.
14Él me dijo: «El Dios de nuestros padres te ha elegido para que conocieras su voluntad, vieras al Justo y oyeras la voz de su boca,
15porque serás su testigo ante todos los hombres de lo que has visto y oído.
16Ahora, ¿qué esperas? Levántate y recibe el bautismo y lava tus pecados, invocando su nombre».

Hechos 9:1-22

1Saulo, respirando todavía amenazas y muerte contra los discípulos del Señor, se presentó ante el sumo sacerdote
2y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, con el fin de llevar detenidos a Jerusalén a cuantos encontrara, hombres y mujeres, seguidores del Camino.
3Pero mientras se dirigía allí, al acercarse a Damasco, de repente le envolvió de resplandor una luz del cielo.
4Cayó al suelo y oyó una voz que le decía:
—Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?
5Respondió:
—¿Quién eres tú, Señor? Y él: —Yo soy Jesús, a quien tú persigues.
6Levántate, entra en la ciudad y se te dirá lo que tienes que hacer.
7Los hombres que le acompañaban se detuvieron estupefactos, puesto que oían la voz pero no veían a nadie.
8Se levantó Saulo del suelo y, aunque tenía abiertos los ojos, no veía nada. Le condujeron de la mano a Damasco,
9donde estuvo tres días sin vista y sin comer ni beber.
10Había en Damasco un discípulo, de nombre Ananías, a quien el Señor habló en una visión:
—¡Ananías! Él respondió: —Aquí estoy, Señor.
11El Señor le dijo:
—Levántate y vete a la calle que se llama Recta, y busca en casa de Judas a uno de Tarso, de nombre Saulo, que está orando
12—y vio Saulo en una visión que un hombre llamado Ananías entraba y le imponía las manos, para que recobrase la vista.
13—Señor —respondió Ananías—, he oído a muchos cuánto mal ha causado este hombre a tus santos en Jerusalén,
14y que tiene aquí poderes de los príncipes de los sacerdotes para prender a todos los que invocan tu nombre.
15El Señor le dijo:
—Vete, porque éste es mi instrumento elegido para llevar mi nombre ante los gentiles, los reyes y los hijos de Israel.
16Yo le mostraré lo que deberá sufrir a causa de mi nombre.
17Marchó Ananías, entró en la casa, le impuso las manos y dijo:
—Saulo, hermano, me ha enviado el Señor Jesús, el que se te apareció en el camino por donde venías, para que recobres la vista y te llenes del Espíritu Santo.
18Al instante cayeron de sus ojos una especie de escamas y recobró la vista; se levantó y fue bautizado,
19y tomando algo de comer recuperó las fuerzas.
Estuvo algunos días con los discípulos que había en Damasco,
20y enseguida empezó a predicar a Jesús en las sinagogas:
—Éste es el Hijo de Dios.
21Todos los que le oían se asombraban y decían:
—¿Pero no es éste el que atacaba en Jerusalén a los que invocaban este nombre, y que vino aquí para llevarlos detenidos ante los príncipes de los sacerdotes?
22Saulo cobraba cada vez más fuerza y desconcertaba a los judíos que habitaban en Damasco, demostrando que Jesús es el Cristo.

Salmo Responsorial

Salmo 117:1-2

1¡Aleluya!
Alabad al Señor todas las naciones, aclamadlo todos los pueblos.
2Porque firme es con nosotros su misericordia,
la fidelidad del Señor permanece para siempre. 

Evangelio

Marcos 16:15-18

15Y les dijo:
—Id al mundo entero y predicad el Evangelio a todo lo creado.
16El que crea y sea bautizado será salvado; pero el que no crea será condenado.
17A los que crean acompañarán estos signos: en mi nombre expulsarán demonios, hablarán lenguas nuevas,
18agarrarán serpientes con las manos y, si bebieran algún veneno, no les dañará; impondrán las manos sobre los enfermos y quedarán curados.