Misa Diaria y Lecturas

¿No puede asistir a la Santa Misa? EWTN le ofrece las lecturas del día para permitirle seguir la Misa diaria en su transmisión por televisión. Las lecturas también son ideales para hallar tiempo durante el día para la reflexión espiritual. Escuche, vea o lea desde la comodidad de su hogar. Esta página incluye las lecturas del día y videos en línea, un recurso para todo el que desee vivir la vida de fe que agrada a nuestro Señor.

Sábado 15 de febrero de 2025

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El Padre Joseph Mary Wolfe dice: «Hemos integrado este pequeño cuadernillo para ti, para ayudarte a unirte a la Iglesia Universal en todo el mundo a cantar las alabanzas del Señor mientras rezamos y cantamos juntos, unidos en el Sagrado Sacrificio de la Misa por EWTN».

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Sábado Memoria de la Santísima Virgen María

Primera Lectura

Génesis 3:9-24

9El Señor Dios llamó al hombre y le dijo:
—¿Dónde estás?
10Éste contestó:
—Oí tu voz en el jardín y tuve miedo porque estaba desnudo; por eso me oculté.
11Dios le preguntó:
—¿Quién te ha indicado que estabas desnudo? ¿Acaso has comido del árbol del que te prohibí comer?
12El hombre contestó:
—La mujer que me diste por compañera me dio del árbol y comí.
13Entonces el Señor Dios dijo a la mujer:
—¿Qué es lo que has hecho? La mujer respondió: —La serpiente me engañó y comí.
14El Señor Dios dijo a la serpiente:
—Por haber hecho eso, maldita seas entre todos los animales y todas las bestias del campo. Te arrastrarás sobre el vientre, y polvo comerás todos los días de tu vida.
15Pondré enemistad entre ti y la mujer,
entre tu linaje y el suyo; él te herirá en la cabeza, mientras tú le herirás en el talón.
16A la mujer le dijo:
—Multiplicaré los dolores de tus embarazos; con dolor darás a luz tus hijos; hacia tu marido tu instinto te empujará y él te dominará.
17Al hombre le dijo:
—Por haber escuchado la voz de tu mujer y haber comido del árbol del que te prohibí comer: Maldita sea la tierra por tu causa. Con fatiga comerás de ella todos los días de tu vida.
18Te producirá espinas y zarzas,
y comerás las plantas del campo.
19Con el sudor de tu frente comerás el pan,
hasta que vuelvas a la tierra, pues de ella fuiste sacado, porque polvo eres y al polvo volverás.
20El hombre llamó a su mujer Eva, porque ella habría de ser la madre de todos los vivientes.
21El Señor Dios hizo unas túnicas de piel para el hombre y su mujer, y los vistió.
22Y el Señor Dios dijo:
—He aquí que el hombre ha llegado a ser como uno de nosotros en el conocimiento del bien y del mal; que ahora no extienda la mano y tome también del árbol de la vida, coma y viva para siempre.
23Así, pues, el Señor Dios lo expulsó del jardín de Edén, para que trabajase la tierra de la que había sido tomado.
24Cuando lo hubo expulsado, puso, al oriente del jardín de Edén, querubines blandiendo espadas flameantes para guardar el camino del árbol de la vida.

Salmo Responsorial

Salmo 90:2-6, 12-13

2Antes de que fueran engendrados los montes
y la tierra y el orbe fuesen formados, desde siempre y para siempre, Tú eres Dios.
3Al polvo haces volver al hombre,
diciendo: «Volved, hijos de Adán».
4Pues mil años a tus ojos
son como un día de ayer, que pasó, como una vigilia de la noche.
5Tú los arrastras, son un sueño al amanecer,
como hierba que brota:
6por la mañana florece y crece,
por la tarde es segada, y se seca.
12Enséñanos a llevar buena cuenta de nuestros días,
para que logremos un corazón sabio.
13¡Vuélvete, Señor! ¿Hasta cuándo…?
Ten piedad con tus siervos.

Evangelio

Marcos 8:1-10

1En aquellos días, reunida de nuevo una gran muchedumbre que no tenía qué comer, llamando a los discípulos les dijo:
2—Me da mucha pena la muchedumbre, porque ya llevan tres días conmigo y no tienen qué comer;
3y si los despido en ayunas a sus casas desfallecerán en el camino, porque algunos han venido desde lejos.
4Y le respondieron sus discípulos:
—¿Cómo podrá alguien alimentarlos de pan aquí, en un desierto?
5Les preguntó:
—¿Cuántos panes tenéis? —Siete —respondieron ellos.
6Entonces ordenó a la multitud que se acomodase en el suelo. Tomando los siete panes, después de dar gracias, los partió y los fue dando a sus discípulos para que los distribuyeran; y los distribuyeron a la muchedumbre.
7Tenían también unos pocos pececillos; después de bendecirlos, mandó que los distribuyeran.
8Y comieron y quedaron satisfechos, y con los trozos sobrantes recogieron siete espuertas.
9Eran unos cuatro mil. Y los despidió.
10Y subiendo enseguida a la barca con sus discípulos, se fue hacia la región de Dalmanuta.