Misa Diaria y Lecturas
¿No puede asistir a la Santa Misa? EWTN le ofrece las lecturas del día para permitirle seguir la Misa diaria en su transmisión por televisión. Las lecturas también son ideales para hallar tiempo durante el día para la reflexión espiritual. Escuche, vea o lea desde la comodidad de su hogar. Esta página incluye las lecturas del día y videos en línea, un recurso para todo el que desee vivir la vida de fe que agrada a nuestro Señor.
Sábado 5 de julio de 2025
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El Padre Joseph Mary Wolfe dice: «Hemos integrado este pequeño cuadernillo para ti, para ayudarte a unirte a la Iglesia Universal en todo el mundo a cantar las alabanzas del Señor mientras rezamos y cantamos juntos, unidos en el Sagrado Sacrificio de la Misa por EWTN».

Sábado Memoria de la Santísima Virgen María
Primera Lectura
Génesis 27:1-5, 15-29
1Isaac envejeció y sus ojos se debilitaron hasta perder la vista. Llamó a su hijo mayor Esaú, y le dijo:
—¡Hijo mío! Éste le respondió: —Aquí estoy.
—¡Hijo mío! Éste le respondió: —Aquí estoy.
2Dijo el padre:
—Mira, soy viejo y desconozco el día de mi muerte;
—Mira, soy viejo y desconozco el día de mi muerte;
3toma, pues, por favor, tus armas, tu aljaba y tu arco, ve al campo y cázame alguna pieza;
4luego me preparas un buen guiso, como a mí me gusta, y me lo traes para comer con el fin de bendecirte antes de que muera.
5Rebeca había escuchado la conversación de Isaac con su hijo Esaú. Esaú salió al campo a cazar algo que traerle.
15Luego Rebeca tomó los mejores vestidos de su hijo mayor, Esaú, que había en casa, y vistió a Jacob, su hijo menor.
16Recubrió sus manos y la parte lampiña de su cuello con las pieles de los cabritos
17y puso el sabroso guiso y el pan que había preparado en las manos de su hijo Jacob.
18Él se acercó a su padre y le dijo:
—¡Padre mío! Éste respondió: —Aquí estoy. ¿Quién eres tú, hijo mío?
—¡Padre mío! Éste respondió: —Aquí estoy. ¿Quién eres tú, hijo mío?
19Jacob repuso a su padre:
—Soy Esaú, tu primogénito; he hecho lo que me mandaste. Incorpórate, ponte sentado y come de mi caza, con el fin de que me bendigas.
—Soy Esaú, tu primogénito; he hecho lo que me mandaste. Incorpórate, ponte sentado y come de mi caza, con el fin de que me bendigas.
20Isaac respondió a su hijo:
—¡Qué rápido has sido en encontrarla, hijo mío! Él replicó: —Porque el Señor tu Dios me la ha puesto delante.
—¡Qué rápido has sido en encontrarla, hijo mío! Él replicó: —Porque el Señor tu Dios me la ha puesto delante.
21Isaac dijo a Jacob:
—Acércate para que pueda tocarte, hijo mío, a ver si eres mi hijo Esaú o no.
—Acércate para que pueda tocarte, hijo mío, a ver si eres mi hijo Esaú o no.
22Jacob se acercó a su padre Isaac quien lo palpó y dijo:
—La voz es la de Jacob, pero las manos son las de Esaú.
—La voz es la de Jacob, pero las manos son las de Esaú.
23No lo reconoció porque sus manos estaban velludas como las de su hermano Esaú, y le bendijo.
24Aún le preguntó:
—¿Eres tú mi hijo Esaú? Él respondió: —Yo soy.
—¿Eres tú mi hijo Esaú? Él respondió: —Yo soy.
25Dijo Isaac:
—Acércame la caza, hijo mío, y la comeré con el fin de bendecirte. Se la acercó y comió; le dio vino y bebió.
—Acércame la caza, hijo mío, y la comeré con el fin de bendecirte. Se la acercó y comió; le dio vino y bebió.
26Y le dijo su padre Isaac:
—Acércate y bésame, hijo mío.
—Acércate y bésame, hijo mío.
27Se acercó y le besó. Entonces percibió el olor de su vestido, y le bendijo diciendo:
—El olor de mi hijo es como el olor de un campo que ha bendecido el Señor.
—El olor de mi hijo es como el olor de un campo que ha bendecido el Señor.
28Que Dios te conceda el rocío del cielo
y la riqueza de la tierra; abundancia de trigo y de vino.
y la riqueza de la tierra; abundancia de trigo y de vino.
29Que los pueblos te sirvan
y las naciones se postren ante ti; que seas señor de tus hermanos y se te postren los hijos de tu madre. Maldito el que te maldiga y bendito el que te bendiga.
y las naciones se postren ante ti; que seas señor de tus hermanos y se te postren los hijos de tu madre. Maldito el que te maldiga y bendito el que te bendiga.
Salmo Responsorial
Salmo 135:1-6
1¡Aleluya!
Alabad el Nombre del Señor, alabadlo, siervos del Señor,
Alabad el Nombre del Señor, alabadlo, siervos del Señor,
2los que estáis en la Casa del Señor,
en los atrios de la Casa de nuestro Dios.
en los atrios de la Casa de nuestro Dios.
3Alabad al Señor, porque el Señor es bueno.
Entonad salmos a su Nombre, porque es amable,
Entonad salmos a su Nombre, porque es amable,
4porque el Señor se eligió a Jacob,
a Israel como propiedad suya.
a Israel como propiedad suya.
5Yo sé que el Señor es grande,
que nuestro Dios está sobre todos los dioses.
que nuestro Dios está sobre todos los dioses.
6Todo cuanto quiere el Señor
lo hace, en los cielos y en la tierra, en los mares y en los abismos:
lo hace, en los cielos y en la tierra, en los mares y en los abismos:
Evangelio
Mateo 9:14-17
14Entonces se le acercaron los discípulos de Juan para decirle:
—¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos con frecuencia y, en cambio, tus discípulos no ayunan?
—¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos con frecuencia y, en cambio, tus discípulos no ayunan?
15Jesús les respondió:
—¿Acaso pueden estar de duelo los amigos del esposo mientras el esposo está con ellos? Ya vendrá el día en que les será arrebatado el esposo; entonces, ya ayunarán.
—¿Acaso pueden estar de duelo los amigos del esposo mientras el esposo está con ellos? Ya vendrá el día en que les será arrebatado el esposo; entonces, ya ayunarán.
16»Nadie pone un remiendo de paño nuevo a un vestido viejo, porque lo añadido tira del vestido y se produce un desgarrón peor.
17Ni se echa vino nuevo en odres viejos; porque entonces los odres revientan, y el vino se derrama, y los odres se pierden. El vino nuevo lo echan en odres nuevos y así los dos se conservan.