Misa Diaria y Lecturas
¿No puede asistir a la Santa Misa? EWTN le ofrece las lecturas del día para permitirle seguir la Misa diaria en su transmisión por televisión. Las lecturas también son ideales para hallar tiempo durante el día para la reflexión espiritual. Escuche, vea o lea desde la comodidad de su hogar. Esta página incluye las lecturas del día y videos en línea, un recurso para todo el que desee vivir la vida de fe que agrada a nuestro Señor.
Miércoles 28 de enero de 2026
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El Padre Joseph Mary Wolfe dice: «Hemos integrado este pequeño cuadernillo para ti, para ayudarte a unirte a la Iglesia Universal en todo el mundo a cantar las alabanzas del Señor mientras rezamos y cantamos juntos, unidos en el Sagrado Sacrificio de la Misa por EWTN».

Santo Tomás de Aquino, Presbítero, Doctor de la Iglesia (Memoria)
Primera Opción
Segunda Opción
Primera Lectura
2 Samuel 7:4-17
4Pero esa misma noche la palabra del Señor llegó sobre Natán en estos términos:
5—Vete y dile a mi siervo David: «Así dice el Señor: “¿Eres tú el que va a edificar una casa para que Yo habite en ella?
6Nunca he habitado en una casa desde el día en que hice subir a los hijos de Israel de Egipto hasta el día de hoy, sino que he caminado siempre en una tienda y en un tabernáculo.
7Y cuando he caminado por todas partes con el pueblo de Israel ¿me he quejado a alguno de los jueces a quienes encargué que apacentaran a mi pueblo Israel, de que no me edificaran una casa de cedro?”».
8»Y ahora así dirás a mi siervo David: «Así dice el Señor de los ejércitos: “Yo te he tomado del aprisco, de detrás del rebaño para que seas príncipe sobre mi pueblo Israel;
9he estado contigo en todas tus andanzas, he eliminado a todos tus enemigos ante ti y he hecho tu nombre grande entre los grandes de la tierra.
10Asignaré un lugar para mi pueblo Israel y lo plantaré para que habite allí y nadie le moleste; los malvados no volverán a oprimirlo como antes,
11cuando constituí jueces sobre mi pueblo Israel. Te concederé la paz con todos tus enemigos. El Señor te anuncia que Él te edificará una casa.
12Cuando hayas completado los días de tu vida y descanses con tus padres, suscitaré después de ti un linaje salido de tus entrañas y consolidaré su reino.
13Él edificará una casa en honor de mi nombre y yo mantendré el trono de su realeza para siempre.
14Yo seré para él un padre y él será para mí un hijo; si algo hace mal le castigaré con vara de hombres y con golpes humanos.
15Pero no apartaré de él mi amor como lo aparté de Saúl a quien alejé de tu presencia;
16tu casa y tu reino permanecerán para siempre en mi presencia y tu trono será firme también para siempre”».
17Natán comunicó a David todas estas palabras y esta visión.
Salmo Responsorial
Salmo 89:4-5, 27-30
4«Una alianza sellé con mi elegido,
juré a David, mi siervo:
juré a David, mi siervo:
5“Afirmaré tu descendencia para siempre,
construiré tu trono por todas las generaciones”». (Pausa)
construiré tu trono por todas las generaciones”». (Pausa)
27Él me invocará: “Tú eres mi Padre,
mi Dios, la Roca de mi salvación”.
mi Dios, la Roca de mi salvación”.
28Yo lo constituiré mi primogénito,
el más eximio entre los reyes de la tierra.
el más eximio entre los reyes de la tierra.
29Le guardaré por siempre mi misericordia,
mi alianza con él será firme.
mi alianza con él será firme.
30Asentaré su linaje para siempre,
y su trono como los días de los cielos.
y su trono como los días de los cielos.
Evangelio
Marcos 4:1-20
1De nuevo comenzó a enseñar al lado del mar. Y se reunió en torno a él una muchedumbre tan grande, que tuvo que subir a sentarse en una barca, en el mar, mientras toda la muchedumbre permanecía en tierra, en la orilla.
2Les explicaba con parábolas muchas cosas, y les decía en su enseñanza:
3—Escuchad: salió el sembrador a sembrar.
4Y ocurrió que, al echar la semilla, parte cayó junto al camino, y vinieron los pájaros y se la comieron.
5Parte cayó en terreno pedregoso, donde no había mucha tierra, y brotó pronto, por no ser hondo el suelo;
6pero cuando salió el sol se agostó, y se secó porque no tenía raíz.
7Otra parte cayó entre espinos; crecieron los espinos y la ahogaron, y no dio fruto.
8Y otra cayó en tierra buena, y comenzó a dar fruto: crecía y se desarrollaba; y producía el treinta por uno, el sesenta por uno y el ciento por uno.
9Y decía:
—El que tenga oídos para oír, que oiga.
—El que tenga oídos para oír, que oiga.
10Y cuando se quedó solo, los que le acompañaban junto con los doce le preguntaron por el significado de las parábolas.
11Y les decía:
—A vosotros se os ha concedido el misterio del Reino de Dios; en cambio, a los de fuera todo les llega con parábolas,
—A vosotros se os ha concedido el misterio del Reino de Dios; en cambio, a los de fuera todo les llega con parábolas,
12de modo que los que miran miren y no vean,
y los que oyen oigan pero no entiendan, no sea que se conviertan y se les perdone.
y los que oyen oigan pero no entiendan, no sea que se conviertan y se les perdone.
13Y les dice:
—¿No entendéis esta parábola? ¿Y cómo podréis entender las demás parábolas?
—¿No entendéis esta parábola? ¿Y cómo podréis entender las demás parábolas?
14El que siembra, siembra la palabra.
15Los que están junto al camino donde se siembra la palabra son aquellos que, en cuanto la oyen, al instante viene Satanás y se lleva la palabra sembrada en ellos.
16Los que reciben la semilla sobre terreno pedregoso son aquellos que, cuando oyen la palabra, al momento la reciben con alegría,
17pero no tienen en sí raíz, sino que son inconstantes; y después, al venir una tribulación o persecución por causa de la palabra, enseguida tropiezan y caen.
18Hay otros que reciben la semilla entre espinos: son aquellos que han oído la palabra,
19pero las preocupaciones de este mundo, la seducción de las riquezas y los apetitos de las demás cosas les asedian, ahogan la palabra y queda estéril.
20Y los que han recibido la semilla sobre la tierra buena son aquellos que oyen la palabra, la reciben y dan fruto: el treinta por uno, el sesenta por uno y el ciento por uno.
Primera Lectura
Sabiduría 7:7-10, 15-16
7Por eso, rogué prudencia y se me concedió;
invoqué un espíritu de sabiduría y vino a mí.
invoqué un espíritu de sabiduría y vino a mí.
8La antepuse a cetros y tronos
y, comparada con ella, tuve en nada la riqueza.
y, comparada con ella, tuve en nada la riqueza.
9La piedra más preciosa no la iguala,
porque, a la vista de ella, todo el oro es un poco de arena y, ante ella, la plata vale lo que el barro.
porque, a la vista de ella, todo el oro es un poco de arena y, ante ella, la plata vale lo que el barro.
10La quise más que la salud y la belleza
y preferí tenerla como luz, porque su resplandor no tiene ocaso.
y preferí tenerla como luz, porque su resplandor no tiene ocaso.
15Que Dios me conceda hablar juiciosamente
y tener sentimientos dignos de los dones recibidos, pues Él es el guía de la sabiduría y el que dirige rectamente a los sabios.
y tener sentimientos dignos de los dones recibidos, pues Él es el guía de la sabiduría y el que dirige rectamente a los sabios.
16En sus manos estamos nosotros y nuestras palabras,
el ser prudentes y el saber obrar.
el ser prudentes y el saber obrar.
Salmo Responsorial
Salmo 119:9-14
9(Bet) ¿Cómo podrá un joven mantener limpio su sendero?
Guardando tus palabras.
Guardando tus palabras.
10Con todo el corazón te busco;
no permitas que me desvíe de tus mandamientos.
no permitas que me desvíe de tus mandamientos.
11En mi corazón he guardado tus palabras
para no pecar contra ti.
para no pecar contra ti.
12Bendito eres, Señor,
enséñame tus preceptos.
enséñame tus preceptos.
13Con mis labios proclamo
todas las normas de tu boca.
todas las normas de tu boca.
14En el camino de tus preceptos me deleito
más que en todas las riquezas.
más que en todas las riquezas.
Evangelio
Mateo 23:8-12
8Vosotros, al contrario, no os hagáis llamar rabbí, porque sólo uno es vuestro maestro y todos vosotros sois hermanos.
9No llaméis padre vuestro a nadie en la tierra, porque sólo uno es vuestro Padre, el celestial.
10Tampoco os dejéis llamar doctores, porque vuestro doctor es uno sólo: Cristo.
11Que el mayor entre vosotros sea vuestro servidor.
12El que se ensalce será humillado, y el que se humille será ensalzado.