Misa Diaria y Lecturas

¿No puede asistir a la Santa Misa? EWTN le ofrece las lecturas del día para permitirle seguir la Misa diaria en su transmisión por televisión. Las lecturas también son ideales para hallar tiempo durante el día para la reflexión espiritual. Escuche, vea o lea desde la comodidad de su hogar. Esta página incluye las lecturas del día y videos en línea, un recurso para todo el que desee vivir la vida de fe que agrada a nuestro Señor.

Miércoles 4 de febrero de 2026

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Con textos en español y latín, la Guía para la Misa Global Televisada te guía a lo largo de la Misa diaria que ofrecemos en EWTN.

El Padre Joseph Mary Wolfe dice: «Hemos integrado este pequeño cuadernillo para ti, para ayudarte a unirte a la Iglesia Universal en todo el mundo a cantar las alabanzas del Señor mientras rezamos y cantamos juntos, unidos en el Sagrado Sacrificio de la Misa por EWTN».

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San José de Leonessa, Capuchino, Presbítero (Memoria)

Primera Opción
Segunda Opción

Primera Lectura

2 Samuel 24:2, 9-17

2El rey dijo a Joab y a los jefes de su ejército que estaban con él:
—Recorred todas las tribus de Israel, desde Dan hasta Berseba, y haced el censo del pueblo para que yo conozca el número de personas.
9Joab dio al rey el resultado del censo del pueblo: ochocientos mil guerreros adiestrados para manejar la espada, en Israel, y quinientos mil, en Judá.
10Pero le remordió la conciencia a David después de haber hecho el censo del pueblo y dijo al Señor:
—He pecado mucho por haber hecho esto; pero ahora, Señor, te ruego que perdones la iniquidad de tu siervo, porque he obrado con gran necedad.
11Antes de que David se levantara a la mañana siguiente, le fue dirigida esta palabra del Señor al profeta Gad, el vidente de David:
12—Vete a decirle a David: «Esto ha dicho el Señor: “Tres castigos te propongo; elige uno y lo ejecutaré”».
13Se presentó, pues, Gad ante David y le dijo:
—¿Qué prefieres: tres años de hambre en tu país, tres meses de constante huida de tus enemigos que estarán siempre persiguiéndote, o tres días de peste en tu país? Ahora reflexiona y decide qué debo responder al que me ha enviado.
14David dijo a Gad:
—Estoy en un grave aprieto. Pero es mejor caer en manos del Señor, cuya entrañable misericordia es grande, que caer en manos de los hombres.
15Así que David eligió la peste. Era el tiempo de la siega del trigo. El Señor envió la peste sobre Israel desde esa mañana hasta el momento fijado, y murieron setenta mil hombres del pueblo, desde Dan hasta Berseba.
16Cuando el ángel iba a extender la mano sobre Jerusalén para destruirla, el Señor tuvo compasión por tanto daño y dijo al ángel que exterminaba al pueblo:
—Basta, detén tu mano. El ángel de Dios estaba junto a la era de Arauná, el jebuseo.
17David, al ver al ángel que azotaba al pueblo, dijo al Señor:
—Yo soy el que ha pecado. Yo soy el culpable. Estas ovejas, ¿qué han hecho? Que caiga tu mano sobre mí y sobre la casa de mi padre.

Salmo Responsorial

Salmo 32:1-2, 5-7

1De David. Masquil.
Dichoso el que es perdonado de la culpa, y le ha sido cubierto su pecado.
2Dichoso el hombre a quien el Señor no le imputa delito
y en cuyo espíritu no hay dolo.
5Te declaré mi pecado, no te oculté mi delito.
Dije: «Confesaré mis culpas al Señor». Y Tú perdonaste mi culpa y mi pecado.
6Por eso, que todo fiel te suplique
en tiempo de necesidad: cuando inunden aguas caudalosas a él no le alcanzarán.
7Tú eres mi refugio, me salvas de la angustia,
me rodeas del gozo de la salvación.

Evangelio

Marcos 6:1-6

1Salió de allí y se fue a su ciudad, y le seguían sus discípulos.
2Y cuando llegó el sábado comenzó a enseñar en la sinagoga, y muchos de los que le oían decían admirados:
—¿De dónde sabe éste estas cosas? ¿Y qué sabiduría es la que se le ha dado y estos milagros que se hacen por sus manos?
3¿No es éste el artesano, el hijo de María, y hermano de Santiago y de José y de Judas y de Simón? ¿Y sus hermanas no viven aquí entre nosotros?
Y se escandalizaban de él.
4Y les decía Jesús:
—No hay profeta que sea menospreciado, si no es en su tierra, entre sus parientes y en su casa.
5Y no podía hacer allí ningún milagro; solamente sanó a unos pocos enfermos imponiéndoles las manos.
6Y se asombraba por su incredulidad.
Y recorría las aldeas de los contornos enseñando.
From the Franciscan Lectionary

Primera Lectura

Isaías 52:7-10

7Qué hermosos son sobre los montes
los pies del mensajero que anuncia la paz, del mensajero de la buena nueva que anuncia la salvación, del que anuncia a Sión: «¡Reina tu Dios!».
8¡La voz de tus centinelas! Alzan la voz,
lanzan a una gritos de alegría, porque ven con sus propios ojos que el Señor regresa a Sión.
9¡Gritad de alegría, alborozaos a una,
ruinas de Jerusalén, que el Señor ha consolado a su pueblo, ha redimido a Jerusalén!
10El Señor ha desnudado su brazo santo
a los ojos de todas las naciones, y todos los confines de la tierra verán la salvación de nuestro Dios.

Salmo Responsorial

Salmo 126:1-5

1Canto de las subidas.
Cuando el Señor hizo volver a los cautivos de Sión, nos parecía soñar.
2Se nos llenaba de risas la boca,
la lengua, de cantares de alegría. Entonces se decía entre las naciones: «El Señor ha hecho con ellos cosas grandes».
3El Señor ha hecho con nosotros cosas grandes:
estamos llenos de alegría.
4Haz volver, Señor, a nuestros cautivos
como los torrentes del Négueb.
5Los que siembran con lágrimas
cosechan entre cantares de alegría.

Evangelio

Mateo 10:16-25

16»Mirad que yo os envío como ovejas en medio de lobos. Por eso, sed sagaces como las serpientes y sencillos como las palomas.
17Guardaos de los hombres, porque os entregarán a los tribunales, os azotarán en sus sinagogas,
18y seréis llevados ante los gobernadores y reyes por causa mía, para que deis testimonio ante ellos y los gentiles.
19Pero cuando os entreguen, no os preocupéis de cómo o qué debéis decir; porque en aquel momento se os comunicará lo que vais a decir.
20Pues no sois vosotros los que vais a hablar, sino que será el Espíritu de vuestro Padre quien hable en vosotros.
21Entonces el hermano entregará a la muerte al hermano, y el padre al hijo; y se levantarán los hijos contra los padres para hacerles morir.
22Y seréis odiados por causa de mi nombre; pero quien persevere hasta el fin, ése será salvado.
23Cuando os persigan en una ciudad, huid a otra; en verdad os digo que no acabaréis las ciudades de Israel antes que venga el Hijo del Hombre.
24No está el discípulo por encima del maestro, ni el siervo por encima de su señor.
25Al discípulo le basta llegar a ser como su maestro, y al siervo como su señor. Si al amo de la casa le han llamado Beelzebul, cuánto más a los de su misma casa.