Ángelus del domingo 6 de noviembre de 1988

Autor: Juan Pablo II

JUAN PABLO II

ÁNGELUSDomingo 6 de noviembre de 1988

Queridísimos hermanos y hermanas:

1. Al pueblo cristiano le gusta invocar a la Virgen con el título de "Stella Matutina", "Estrella de la Mañana", porque María apareció en la historia humana precediendo y anunciando la salvación en Cristo.

Con una invocación parecida, la de "Stella Orientis", suelen dirigirse los fieles a la Señora en el famoso santuario de Montserrat, en las montañas de Cataluña, no lejos de la ciudad de Barcelona. Allí, ante la Virgen, tuve la alegría de rezar el 7 de noviembre de hace seis años, durante mi viaje apostólico a España.

2. Las primeras noticias que se tienen sobre la existencia en aquel lugar de una capillita dedicada a la Virgen se remontan al siglo IX: a la imagen de la Virgen, que se venera allí, se le llama popularmente la "Moreneta" debido a su color oscuro, característico de la iconografía Mariana del siglo XII, a la que se atribuye ese icono.

El santuario recibió un gran impulso cuando el anexo monasterio fue elevado a la categoría de abadía.

Durante siglos, la abadía ha sido y continúa siendo un centro eminente de evangelización, de renovación litúrgica, de estudio de la Sagrada Escritura y, sobre todo, un faro para la fe del Pueblo de Dios que busca refugio y protección en la Virgen.

Pero el acontecimiento decisivo que dio al santuario su actual relieve fue la proclamación de la Virgen de Montserrat, por el Papa León XIII, como Patrona de Cataluña.

3. Entre los cristianos de aquella región existe la costumbre de la "visita espiritual" a la Virgen de Montserrat; consiste en dirigir el pensamiento, durante las actividades de la jornada, al santuario de la Virgen recogiéndose espiritualmente en breve oración. Quisiera invitaros a todos vosotros a que os unáis a mí en este momento, para realizar una visita espiritual así a la "Mare de Déu", y, en la lengua de aquella región, rezar la oración confiada "Seu de la saviesa... aconseguiu-nos aquella fe que enfonsa les muntanyes, omple les valls, i fa planer el camí de la vida".

Pidamos a la "Moreneta" la fortaleza de la fe, la honestidad en la vida pública y privada, la fraternidad de los corazones, la unidad entre los pueblos, la paz y el bien de todos los hombres de buena voluntad. ¡Que los fieles y las familias cristianas vuelvan a invocarla con asiduidad y fervor, especialmente mediante la bella oración del rosario! María obtendrá del Señor la gracia de una nueva primavera para la Iglesia en el ya próximo amanecer del tercer milenio de la era cristiana.

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