Ángelus del martes 6 de enero de 1987

Autor: Juan Pablo II

JUAN PABLO II

ÁNGELUS

Martes 6 de enero de 1987
Solemnidad de la Epifanía del Señor

1. Hoy ―día de la solemnidad de la Epifanía― tres hombres llegan a Belén: Son los Magos de Oriente.

Entran en una casa que les ha indicado la estrella, y encuentran "al Niño con María, su Madre" (Mt 2, 10). Cayendo de rodillas lo adoran. Y, abriendo sus cofres, le ofrecen los dones: oro, incienso y mirra.

2. Hoy ―día de la Santa Epifanía― la Iglesia reza: "Que todos los pueblos le sirvan" (Sal 71, 7). Reunidos para el Ángelus con la Madre de Dios, hagamos nuestra esta plegaria de la Iglesia.

Recemos pidiendo la luz que ilumina a todo hombre que viene a este mundo; recemos para que en esta luz encuentren el camino de Dios, a la luz de la fe, y de la inteligencia iluminada por la fe.

Recemos por aquellos que han perdido esta luz, y por aquellos que la vuelven a descubrir.

Y recemos también por los que comparten esta luz con los demás. Y por los que deben compartirla: porque la luz no es para meterla debajo del celemín, sino para que alumbre a todos (cf. Mt 5, 15).

3. Recemos, pues, por toda la Iglesia para que sea servidora incansable de la Epifanía de Dios, en cualquier parte y para todos.

Recemos por los misioneros y las misioneras. Recemos por las vocaciones misioneras. Recemos para que la Iglesia sea fundamentalmente misionera.

Recemos por los nuevos obispos, que hoy en la basílica de San Pedro han recibido la consagración episcopal.

4. Digamos con el Profeta: ''¡Jerusalén: llega tu luz, la gloria del Señor amanece sobre ti... Jerusalén: levántate y revístete de luz!" (cf. Is 60, 1).

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