Jubileo políticos, 5 de noviembre
JUAN PABLO II
JUBILEO DE LOS GOBERNANTES, PARLAMENTARIOS Y POLÍTICOS
ÁNGELUS
Domingo 5 de noviembre de 2000
1. Antes de la bendición conclusiva, deseo dar las gracias a cuantos han colaborado en la preparación de este acontecimiento jubilar. A todos os renuevo la exhortación a profundizar y difundir el conocimiento de santo Tomás Moro, nuevo patrono de los gobernantes y los políticos. Para esta finalidad, su figura es realmente muy adecuada. En efecto, Tomás Moro vivió plenamente la identidad cristiana en el estado laical, como marido, padre ejemplar y gran estadista. Hombre plenamente íntegro, con tal de permanecer fiel a Dios y a su conciencia, renunció a todo: a los honores, a los afectos e incluso a la vida; pero adquirió así el bien más valioso: el reino de los cielos, desde donde vela por cuantos se dedican generosamente al servicio de la familia humana en las instituciones civiles y políticas.
2. En este marco, quisiera recordar que hoy se celebra en Italia la Jornada para la investigación sobre el cáncer. Animo a todas las personas que sufren a causa de esta enfermedad, y deseo que cada uno encuentre en la fe el sólido fundamento de su esperanza. A cuantos, de diferentes maneras, trabajan por lograr que el cáncer sea cada vez menos peligroso, les expreso la estima y la solidaridad de la Iglesia, la cual desde siempre trata de servir a Cristo en los enfermos, junto a los profesionales de la salud.
3. Saludo cordialmente a los gobernantes, parlamentarios y políticos que celebran su jubileo, así como a todos los peregrinos francófonos presentes en esta celebración. Deseo que el encuentro personal con Cristo proporcione a cada uno la fuerza para su misión diaria. Con la bendición apostólica.
Saludo a los peregrinos y visitantes de lengua inglesa, especialmente a los que participan en el jubileo de los gobernantes, parlamentarios y políticos. Que por intercesión de santo Tomás Moro todos los hombres y mujeres comprometidos en la vida pública se preocupen por el bien común y actúen siempre de acuerdo con la verdad y su conciencia. Invoco sobre vosotros y sobre vuestras familias la gracia y la paz de nuestro Señor Jesucristo.
Me dirijo a los peregrinos de los países de lengua alemana, en particular a los hombres y a las mujeres que han asumido responsabilidades en el ámbito político. El poder que se os ha otorgado implica, ante todo, servicio al hombre. Os deseo que tengáis siempre un corazón puro en el ejercicio de vuestras altas funciones. Respetad la dignidad de cada uno, aun cuando sea débil desde el punto de vista social, económico y de la salud. Que la bendición de Dios os acompañe a todos.
Saludo con afecto a los parlamentarios y políticos de lengua española. Que esta peregrinación jubilar sea un estímulo para emprender nuevos caminos de esperanza que, respetando plenamente la dignidad de la persona, atiendan las necesidades materiales, sociales y espirituales de todos los ciudadanos.
Un saludo deferente a los gobernantes y políticos de lengua portuguesa, con la certeza de mi oración y mi bendición para que vuestra noble misión de servicio haga realidad las numerosas esperanzas que los ciudadanos más pobres y desprotegidos tienen puestas en vosotros.
Saludo a los parlamentarios de Polonia que participan en este encuentro jubilar. Vuestra presencia hoy testimonia que deseáis construir vuestra vida personal y la actividad política según la enseñanza del Evangelio. Que la gracia de Jesucristo os conforte. El Espíritu Santo os acompañe siempre con su luz por el camino del servicio cristiano al hombre y a la sociedad. Dios os bendiga.
4. Con el Ángelus encomendamos nuestras intenciones a la intercesión de María santísima. De modo especial, quisiera invitaros a orar por el encuentro que, en los próximos días, tendré con el Catholicós de todos los armenios, Su Santidad Karekin II. Durante una solemne celebración ecuménica en San Pedro, el próximo día 10 de noviembre, tendré la alegría de entregarle una reliquia de san Gregorio el Iluminador, patrono de Armenia. Quiera Dios que este acontecimiento ecuménico, en el clima jubilar, contribuya a acelerar el camino de la comunión plena entre todos los cristianos. Oremos por esta intención.
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