Angelus 29 de diciembre
JUAN PABLO II
ÁNGELUS
Domingo 29 de diciembre de 2002
Amadísimos hermanos y hermanas:
1. Pocos días después de la Navidad, la liturgia nos invita este domingo a contemplar a la Sagrada Familia de Nazaret, modelo admirable de virtudes humanas y sobrenaturales para todas las familias cristianas. Meditemos en el misterio de esta singular familia, de la que podemos aprender valores y enseñanzas que, hoy más que nunca, son indispensables para dar fundamentos sólidos y estables a la sociedad humana.
2. Deseo fervientemente que en las familias de hoy reinen la serenidad, la concordia y el amor de la casa de Nazaret. En mi oración pido con insistencia al Señor que todos los padres cristianos sean conscientes de la tarea irrenunciable que han de desempeñar, tanto con respecto a sus hijos como con respecto a la sociedad. De ellos se espera un verdadero y eficaz testimonio evangélico.
Toda familia cristiana está llamada a dar "un ejemplo convincente de la posibilidad de un matrimonio vivido de manera plenamente conforme al proyecto de Dios y a las verdaderas exigencias de la persona humana: tanto de la de los cónyuges como, sobre todo, de la de los más frágiles, que son los hijos" (Novo millennio ineunte, 47).
Una familia unida, que camina siguiendo estos principios, supera con más facilidad las pruebas y las dificultades que encuentra en su camino. En el amor fiel de los padres, don que es preciso alimentar y conservar continuamente, los hijos pueden hallar las mejores condiciones para madurar ellos mismos, con la ayuda de Jesús, que "crecía en sabiduría, en estatura y en gracia" (Lc 2, 52).
3. A la Sagrada Familia de Nazaret le encomendamos hoy las familias del mundo entero, especialmente las que más sufren y las que se encuentran en dificultades. De modo particular, deseo poner bajo la protección especial de la Virgen santísima, de san José y del Niño Jesús el IV Encuentro mundial de las familias, que tendrá lugar en Manila (Filipinas) del 22 al 26 del próximo mes de enero. El tema elegido -"La familia cristiana: buena nueva para el tercer milenio"- expresa la misión propia de toda familia cristiana y la confianza que la Iglesia deposita en ella. Ojalá que esta cita tan importante produzca los deseados frutos espirituales para la Iglesia y para toda la humanidad.
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