Misa Diaria y Lecturas

¿No puede asistir a la Santa Misa? EWTN le ofrece las lecturas del día para permitirle seguir la Misa diaria en su transmisión por televisión. Las lecturas también son ideales para hallar tiempo durante el día para la reflexión espiritual. Escuche, vea o lea desde la comodidad de su hogar. Esta página incluye las lecturas del día y videos en línea, un recurso para todo el que desee vivir la vida de fe que agrada a nuestro Señor.

Martes 31 de enero de 2023

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Con textos en español y latín, la Guía para la Misa Global Televisada te guía a lo largo de la Misa diaria que ofrecemos en EWTN.

El Padre Joseph Mary Wolfe dice: «Hemos integrado este pequeño cuadernillo para ti, para ayudarte a unirte a la Iglesia Universal en todo el mundo a cantar las alabanzas del Señor mientras rezamos y cantamos juntos, unidos en el Sagrado Sacrificio de la Misa por EWTN».

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San Juan Bosco, Presbítero (Memoria)

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Primera Lectura

Hebreos 12:1-4

1Por consiguiente, también nosotros, que estamos rodeados de una nube tan grande de testigos, sacudámonos todo lastre y el pecado que nos asedia, y continuemos corriendo con perseverancia la carrera emprendida:
2fijos los ojos en Jesús, iniciador y consumador de la fe, que, despreciando la ignominia, soportó la cruz en lugar del gozo que se le proponía, y está sentado a la diestra del trono de Dios.
3Por eso, pensad atentamente en aquel que soportó tanta contradicción por parte de los pecadores, para que no desfallezcáis ni decaiga vuestro ánimo.
4No habéis resistido todavía hasta la sangre al combatir contra el pecado

Salmo Responsorial

Salmo 22:26-28, 30-32

26Te alabaré ante la gran asamblea.
Cumpliré mis votos delante de quienes le temen.
27Los pobres comerán hasta saciarse,
alabarán al Señor los que le buscan. ¡Que vuestro corazón viva por siempre!
28Se acordarán y se convertirán al Señor
los enteros confines de la tierra; se postrarán en su presencia todas las familias de las naciones,
30Ante Él solo se postrarán los que duermen en la tierra,
ante Él doblarán la rodilla cuantos bajan al polvo. Pero mi alma vivirá para Él.
31Mi descendencia le servirá,
hablará del Señor a la generación venidera,
32y proclamarán su justicia
al pueblo que ha de nacer: «Así lo hará el Señor». 

Evangelio

Marcos 5:21-43

21Y tras cruzar de nuevo Jesús en la barca hasta la orilla opuesta, se congregó una gran muchedumbre a su alrededor mientras él estaba junto al mar.
22Viene uno de los jefes de la sinagoga, que se llamaba Jairo. Al verlo, se postra a sus pies
23y le suplica con insistencia diciendo:
—Mi hija está en las últimas. Ven, pon las manos sobre ella para que se salve y viva.
24Se fue con él, y le seguía la muchedumbre, que le apretujaba.
25Y una mujer que tenía un flujo de sangre desde hacía doce años,
26y que había sufrido mucho a manos de muchos médicos y se había gastado todos sus bienes sin aprovecharle de nada, sino que iba de mal en peor,
27cuando oyó hablar de Jesús, vino por detrás entre la muchedumbre y le tocó el manto
28—porque decía: «Con que toque sus ropas, me curaré»—.
29Y de repente se secó la fuente de sangre y sintió en su cuerpo que estaba curada de la enfermedad.
30Y al momento Jesús conoció en sí mismo la fuerza salida de él y, vuelto hacia la muchedumbre, decía:
—¿Quién me ha tocado la ropa?
31Y le decían sus discípulos:
—Ves que la muchedumbre te apretuja y dices: «¿Quién me ha tocado?».
32Y miraba a su alrededor para ver a la que había hecho esto.
33La mujer, asustada y temblando, sabiendo lo que le había ocurrido, se acercó, se postró ante él y le dijo toda la verdad.
34Él entonces le dijo:
—Hija, tu fe te ha salvado. Vete en paz y queda curada de tu dolencia.
35Todavía estaba él hablando, cuando llegan desde la casa del jefe de la sinagoga, diciendo:
—Tu hija ha muerto, ¿para qué molestas ya al Maestro?
36Jesús, al oír lo que hablaban, le dice al jefe de la sinagoga:
—No temas, tan sólo ten fe.
37Y no permitió que nadie le siguiera, excepto Pedro, Santiago y Juan, el hermano de Santiago.
38Llegan a la casa del jefe de la sinagoga, y ve el alboroto y a los que lloraban y a las plañideras.
39Y al entrar, les dice:
—¿Por qué alborotáis y estáis llorando? La niña no ha muerto, sino que duerme.
40Y se burlaban de él. Pero él, haciendo salir a todos, toma consigo al padre y a la madre de la niña y a los que le acompañaban, y entra donde estaba la niña.
41Y tomando la mano de la niña, le dice:
—Talitha qum —que significa: «Niña, a ti te digo, levántate».
42Y enseguida la niña se levantó y se puso a andar, pues tenía doce años. Y quedaron llenos de asombro.
43Les insistió mucho en que nadie lo supiera, y dijo que le dieran a ella de comer.

Primera Lectura

Filipenses 4:4-9

4Alegraos siempre en el Señor; os lo repito, alegraos.
5Que vuestra comprensión sea patente a todos los hombres. El Señor está cerca.
6No os preocupéis por nada; al contrario: en toda oración y súplica, presentad a Dios vuestras peticiones con acción de gracias.
7Y la paz de Dios que supera todo entendimiento custodiará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.
8Por lo demás, hermanos, cuanto hay de verdadero, de honorable, de justo, de íntegro, de amable y de encomiable; todo lo que sea virtuoso y digno de alabanza, tenedlo en estima.
9Lo que aprendisteis y recibisteis, lo que oísteis y visteis en mí, ponedlo por obra; y el Dios de la paz estará con vosotros.

Salmo Responsorial

Salmo 103:1-4, 8-9, 13-14, 17-18

1De David.
Bendice, alma mía, al Señor, y todo mi ser a su Nombre santo.
2Bendice, alma mía, al Señor,
no olvides ninguno de sus beneficios.
3Él es quien perdona tus culpas,
quien sana tus enfermedades.
4Quien rescata tu vida de la fosa,
quien te corona de misericordia y compasión.
8El Señor es compasivo y misericordioso,
lento a la ira y rico en misericordia.
9No dura siempre su querella,
ni guarda rencor perpetuamente.
13Como se apiada un padre de sus hijos,
así el Señor tiene piedad de los que le temen.
14Pues Él conoce de qué estamos hechos,
recuerda que somos polvo.
17Pero la misericordia del Señor dura desde siempre
y para siempre con los que le temen; y su justicia, con los hijos de los hijos,
18con los que guardan su alianza
y recuerdan sus mandatos y los cumplen.

Evangelio

Mateo 18:1-5

1En aquella ocasión se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron:
—¿Quién es pues el mayor en el Reino de los Cielos?
2Entonces llamó a un niño, lo puso en medio de ellos
3y dijo:
—En verdad os digo: si no os convertís y os hacéis como los niños, no entraréis en el Reino de los Cielos.
4Pues todo el que se humille como este niño, ése es el mayor en el Reino de los Cielos;
5y el que reciba a un niño como éste en mi nombre, a mí me recibe.