Misa Diaria y Lecturas

¿No puede asistir a la Santa Misa? EWTN le ofrece las lecturas del día para permitirle seguir la Misa diaria en su transmisión por televisión. Las lecturas también son ideales para hallar tiempo durante el día para la reflexión espiritual. Escuche, vea o lea desde la comodidad de su hogar. Esta página incluye las lecturas del día y videos en línea, un recurso para todo el que desee vivir la vida de fe que agrada a nuestro Señor.

Lunes 6 de febrero de 2023

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El Padre Joseph Mary Wolfe dice: «Hemos integrado este pequeño cuadernillo para ti, para ayudarte a unirte a la Iglesia Universal en todo el mundo a cantar las alabanzas del Señor mientras rezamos y cantamos juntos, unidos en el Sagrado Sacrificio de la Misa por EWTN».

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San Pedro Bautista, OFM, Pablo Miki y Compañeros, Mártires (Memoria)

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Primera Lectura

Génesis 1:1-19

1En el principio creó Dios el cielo y la tierra.
2La tierra era caos y vacío, la tiniebla cubría la faz del abismo y el espíritu de Dios se cernía sobre la superficie de las aguas.
3Dijo Dios:
—Haya luz. Y hubo luz.
4Vio Dios que la luz era buena, y separó Dios la luz de la tiniebla.
5Dios llamó a la luz día, y a la tiniebla llamó noche. Hubo tarde y hubo mañana: día primero.
6Dijo Dios:
—Haya un firmamento en medio de las aguas que separe unas aguas de las otras.
7Dios hizo el firmamento y separó las aguas de debajo del firmamento de las aguas de encima del firmamento. Y así fue.
8Dios llamó al firmamento cielo. Hubo tarde y hubo mañana: día segundo.
9Dijo Dios:
—Que se reúnan las aguas de debajo del cielo en un solo lugar, y aparezca lo seco. Y así fue.
10Llamó Dios a lo seco tierra, y a la reunión de aguas la llamó mares. Y vio Dios que era bueno.
11Dijo Dios:
—Produzca la tierra hierba verde, plantas con semilla, y árboles frutales sobre la tierra que den fruto según su especie, con semilla dentro. Y así fue.
12La tierra produjo hierba verde, plantas con semilla según su especie, y árboles que dan fruto con semilla, según su especie. Y vio Dios que era bueno.
13Hubo tarde y hubo mañana: día tercero.
14Dijo Dios:
—Haya lumbreras en el firmamento del cielo para separar el día de la noche, y que sirvan de señales para las estaciones, los días y los años;
15que haya lumbreras en el firmamento del cielo para alumbrar la tierra.
Y así fue.
16Dios hizo las dos grandes lumbreras —la lumbrera mayor para regir el día, y la lumbrera menor para regir la noche— y las estrellas.
17Y Dios las puso en el firmamento de los cielos para alumbrar la tierra,
18para regir el día y la noche, y para separar la luz de la oscuridad. Y vio Dios que era bueno.
19Hubo tarde y hubo mañana: día cuarto.

Salmo Responsorial

Salmo 104:1-2, 5-6, 10, 12, 24, 35

1Bendice, alma mía, al Señor.
¡Señor, Dios mío, qué grande eres! Te vistes de majestad y esplendor.
2Te envuelves de luz como de un manto,
extiendes los cielos como una tienda.
5Asentaste la tierra sobre sus bases:
no vacilará jamás.
6El abismo la cubría como un vestido;
sobre los montes permanecían las aguas;
10Tú haces afluir las fuentes en los arroyos,
y a través de los montes se abren camino las aguas.
12Sobre ellas habitan las aves del cielo,
que emiten sus trinos entre la fronda.
24¡Qué numerosas son tus obras, Señor!
Todas las hiciste con sabiduría. Llena está la tierra de tus criaturas.
35Que desaparezcan de la tierra los pecadores,
que no existan más los impíos. Bendice, alma mía, al Señor. ¡Aleluya! 

Evangelio

Marcos 6:53-56

53Acabaron la travesía hasta la costa, llegaron a Genesaret y atracaron.
54Cuando bajaron de la barca, enseguida lo reconocieron.
55Y recorrían toda aquella región, y adonde oían que estaba él le traían sobre las camillas a todos los que se sentían mal.
56Y en cualquier lugar que entraba, en pueblos o en ciudades o en aldeas, colocaban a los enfermos en las plazas, y le suplicaban que les dejase tocar al menos el borde de su manto; y todos los que le tocaban quedaban sanos.

Primera Lectura

Gálatas 2:19-20

19Porque yo por la Ley he muerto a la Ley, a fin de vivir para Dios. Con Cristo estoy crucificado:
20vivo, pero ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí. Y la vida que vivo ahora en la carne la vivo en la fe del Hijo de Dios, que me amó y se entregó a sí mismo por mí.

Salmo Responsorial

Salmo 126:1-6

1Canto de las subidas.
Cuando el Señor hizo volver a los cautivos de Sión, nos parecía soñar.
2Se nos llenaba de risas la boca,
la lengua, de cantares de alegría. Entonces se decía entre las naciones: «El Señor ha hecho con ellos cosas grandes».
3El Señor ha hecho con nosotros cosas grandes:
estamos llenos de alegría.
4Haz volver, Señor, a nuestros cautivos
como los torrentes del Négueb.
5Los que siembran con lágrimas
cosechan entre cantares de alegría.
6Al marchar iban llorando,
llevando las semillas. Al volver vienen cantando, trayendo sus gavillas. 

Evangelio

Mateo 28:16-20

16Los once discípulos marcharon a Galilea, al monte que Jesús les había indicado.
17Y en cuanto le vieron le adoraron; pero otros dudaron.
18Y Jesús se acercó y les dijo:
—Se me ha dado toda potestad en el cielo y en la tierra.
19Id, pues, y haced discípulos a todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo;
20y enseñándoles a guardar todo cuanto os he mandado. Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo.
From the Franciscan Lectionary

Primera Lectura

Romanos 8:31-39

31¿Qué diremos a esto? Si Dios está con nosotros, ¿quién contra nosotros?
32El que no perdonó a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará con él todas las cosas?
33¿Quién presentará acusación contra los elegidos de Dios? ¿Dios, el que justifica?
34¿Quién condenará? ¿Cristo Jesús, el que murió, más aún, el que fue resucitado, el que además está a la derecha de Dios, el que está intercediendo por nosotros?
35¿Quién nos apartará del amor de Cristo? ¿La tribulación, o la angustia, o la persecución, o el hambre, o la desnudez, o el peligro, o la espada?
36Como dice la Escritura:
Por tu causa somos llevados a la muerte todo el día, somos considerados como ovejas destinadas al matadero.
37Pero en todas estas cosas vencemos con creces gracias a aquel que nos amó.
38Porque estoy convencido de que ni la muerte, ni la vida, ni los ángeles, ni los principados, ni las cosas presentes, ni las futuras, ni las potestades,
39ni la altura, ni la profundidad, ni cualquier otra criatura podrá separarnos del amor de Dios, que está en Cristo Jesús, Señor nuestro.

Salmo Responsorial

Salmo 31:3-4, 6-8, 16-17

3Inclina tu oído hacia mí,
date prisa en socorrerme. Sé para mí la roca de refugio, el alcázar firme de mi salvación;
4porque Tú eres mi peña, mi fortaleza:
por honor de tu Nombre, dirígeme y guíame;
6En tus manos encomiendo mi espíritu:
Tú, Señor, Dios fiel, me has rescatado.
7Detestas a los que veneran ídolos vanos.
Yo confío en el Señor.
8Me alegraré y me gozaré en tu misericordia,
pues te has fijado en mi miseria, has comprendido la angustia de mi alma,
16Mi suerte está en tu mano;
líbrame de la garra de mis enemigos y de mis perseguidores.
17Haz brillar tu rostro sobre tu siervo;
por tu misericordia, sálvame.

Evangelio

Mateo 16:24-27

24Entonces les dijo Jesús a sus discípulos:
—Si alguno quiere venir detrás de mí, que se niegue a sí mismo, que tome su cruz y que me siga.
25Porque el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mí, la encontrará.
26»Porque, ¿de qué le servirá al hombre ganar el mundo entero si pierde su vida?, o ¿qué podrá dar el hombre a cambio de su vida?
27Porque el Hijo del Hombre va a venir en la gloria de su Padre acompañado de sus ángeles, y entonces retribuirá a cada uno según su conducta.