Misa Diaria y Lecturas

¿No puede asistir a la Santa Misa? EWTN le ofrece las lecturas del día para permitirle seguir la Misa diaria en su transmisión por televisión. Las lecturas también son ideales para hallar tiempo durante el día para la reflexión espiritual. Escuche, vea o lea desde la comodidad de su hogar. Esta página incluye las lecturas del día y videos en línea, un recurso para todo el que desee vivir la vida de fe que agrada a nuestro Señor.

Sábado 1 de julio de 2023

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Con textos en español y latín, la Guía para la Misa Global Televisada te guía a lo largo de la Misa diaria que ofrecemos en EWTN.

El Padre Joseph Mary Wolfe dice: «Hemos integrado este pequeño cuadernillo para ti, para ayudarte a unirte a la Iglesia Universal en todo el mundo a cantar las alabanzas del Señor mientras rezamos y cantamos juntos, unidos en el Sagrado Sacrificio de la Misa por EWTN».

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San Junípero Serra, OFM, Presbítero (Memoria Libre)

Primera Lectura

Génesis 18:1-15

1El Señor se manifestó a Abrahán junto a la encina de Mambré, cuando estaba sentado a la puerta de la tienda en lo más caluroso del día.
2Abrahán alzó la vista y vio que tres hombres estaban de pie junto a él. Apenas los vio, corrió a su encuentro desde la puerta de la tienda y se postró en tierra
3diciendo:
—Mi Señor, si he hallado gracia a tus ojos, no pases sin detenerte junto a tu siervo.
4Haré que traigan un poco de agua para que os lavéis los pies, y descansaréis bajo el árbol;
5entretanto, traeré un trozo de pan para que reparéis vuestras fuerzas, y luego seguiréis adelante, pues por algo habéis pasado junto a vuestro siervo.
Contestaron: —Sí, haz como has dicho.
6Abrahán corrió a la tienda donde estaba Sara y le dijo:
—Date prisa, amasa tres seim de flor de harina y haz unas tortas.
7Él fue corriendo a la vacada, tomó un hermoso ternero recental y lo entregó a su siervo que se dio prisa en prepararlo.
8Luego tomó cuajada, leche, y el ternero que había preparado, y lo sirvió ante ellos; y permaneció en pie a su lado, bajo el árbol, mientras ellos comían.
9Después le preguntaron:
—¿Dónde está Sara, tu mujer? Él contestó: —Ahí en la tienda.
10Y uno le dijo:
—Sin falta volveré a ti la próxima primavera, y Sara tu mujer habrá tenido un hijo. Sara lo oyó desde la entrada de la tienda, pues estaba detrás del que hablaba.
11Abrahán y Sara eran ancianos, de edad avanzada, y a Sara le había cesado la regla de las mujeres.
12Sara se sonrió por dentro, diciendo: «¿Después de estar consumida, y con mi marido anciano, voy a sentir placer?»
13El Señor dijo a Abrahán:
—¿Por qué se ha reído Sara, diciendo: «¿De veras voy a dar a luz siendo anciana?».
14¿Es que hay algo difícil para el Señor? En el tiempo señalado, la próxima primavera, volveré a ti y Sara habrá tenido un hijo.
15Sara lo negó diciendo:
—No me he reído —pues tenía miedo. Pero Él le contestó: —No es cierto, te has reído.

Salmo Responsorial

Lucas 1:46-50, 53-55

46María exclamó:
—Engrandece mi alma al Señor,
47y se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador:
48porque ha puesto los ojos
en la humildad de su esclava; por eso desde ahora me llamarán bienaventurada todas las generaciones.
49Porque ha hecho en mí cosas grandes
el Todopoderoso, cuyo nombre es Santo;
50su misericordia se derrama de generación
en generación sobre los que le temen.
53Colmó de bienes a los hambrientos
y a los ricos los despidió vacíos.
54Auxilió a Israel su siervo,
recordando su misericordia,
55como había prometido a nuestros padres,
Abrahán y su descendencia para siempre.

Evangelio

Mateo 8:5-17

5Al entrar en Cafarnaún se le acercó un centurión que le rogó:
6—Señor, mi criado yace paralítico en casa con dolores muy fuertes.
7Jesús le dijo:
—Yo iré y le curaré.
8Pero el centurión le respondió:
—Señor, no soy digno de que entres en mi casa. Pero basta que lo digas de palabra y mi criado quedará sano.
9Pues también yo soy un hombre que se encuentra bajo disciplina y tengo soldados a mis órdenes. Le digo a uno: «Vete», y va; y a otro: «Ven», y viene; y a mi siervo: «Haz esto», y lo hace.
10Al oírlo Jesús se admiró y les dijo a los que le seguían:
—En verdad os digo que en nadie de Israel he encontrado una fe tan grande.
11Y os digo que muchos de oriente y occidente vendrán y se sentarán a la mesa con Abrahán, Isaac y Jacob en el Reino de los Cielos,
12mientras que los hijos del Reino serán arrojados a las tinieblas de afuera: allí habrá llanto y rechinar de dientes.
13Y le dijo Jesús al centurión:
—Vete y que se haga conforme has creído. Y en aquel momento quedó sano el criado.
14Al llegar Jesús a casa de Pedro vio a la suegra de éste en cama, con fiebre.
15Le tocó de la mano y le desapareció la fiebre; entonces ella se levantó y se puso a servirle.
16Al atardecer, le trajeron muchos endemoniados; expulsó a los espíritus con su palabra y curó a todos los enfermos,
17para que se cumpliera lo dicho por medio del profeta Isaías:
Él tomó nuestras dolencias y cargó con nuestras enfermedades.