Misa Diaria y Lecturas

¿No puede asistir a la Santa Misa? EWTN le ofrece las lecturas del día para permitirle seguir la Misa diaria en su transmisión por televisión. Las lecturas también son ideales para hallar tiempo durante el día para la reflexión espiritual. Escuche, vea o lea desde la comodidad de su hogar. Esta página incluye las lecturas del día y videos en línea, un recurso para todo el que desee vivir la vida de fe que agrada a nuestro Señor.

Lunes 3 de junio de 2024

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Con textos en español y latín, la Guía para la Misa Global Televisada te guía a lo largo de la Misa diaria que ofrecemos en EWTN.

El Padre Joseph Mary Wolfe dice: «Hemos integrado este pequeño cuadernillo para ti, para ayudarte a unirte a la Iglesia Universal en todo el mundo a cantar las alabanzas del Señor mientras rezamos y cantamos juntos, unidos en el Sagrado Sacrificio de la Misa por EWTN».

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San Carlos Lwanga y Compañeros, Mártires (Memoria)

Primera Opción
Segunda Opción

Primera Lectura

2 Pedro 1:2-7

2gracia y paz en abundancia para vosotros, mediante el conocimiento de Dios y de Jesús, Señor nuestro.
3Su divino poder nos ha concedido cuanto se refiere a la vida y a la piedad, mediante el conocimiento del que nos ha llamado por su propia gloria y potestad:
4con ello nos ha regalado los preciosos y más grandes bienes prometidos, para que por éstos lleguéis a ser partícipes de la naturaleza divina, tras haber escapado de la corrupción que reina en el mundo a causa de la concupiscencia.
5Por esa razón, debéis poner de vuestra parte todo esmero en añadir a vuestra fe la virtud, a la virtud el conocimiento,
6al conocimiento la templanza, a la templanza la paciencia, a la paciencia la piedad,
7a la piedad el amor fraterno, al amor fraterno la caridad.

Salmo Responsorial

Salmo 91:1-2, 14-16

1El que habita al amparo del Altísimo
morará a la sombra del Omnipotente.
2Dice al Señor: «Refugio mío,
fortaleza mía, Dios mío en quien confío».
14Porque se ha unido a Mí, lo libraré,
porque reconoce mi Nombre, lo engrandeceré.
15Me invocará y Yo le escucharé;
con él estaré en la tribulación, lo libraré y lo glorificaré.
16Le saciaré de muchos días
y le haré ver mi salvación. 

Evangelio

Marcos 12:1-12

1Y comenzó a hablarles con parábolas:
—Un hombre plantó una viña, la rodeó de una cerca, excavó un lagar, edificó una torre, la arrendó a unos labradores y se marchó lejos de allí.
2A su debido momento envió un siervo a los labradores, para recibir de éstos los frutos de la viña.
3Pero ellos lo agarraron, lo golpearon y lo despacharon con las manos vacías.
4De nuevo les envió otro siervo, y a éste le hirieron en la cabeza y lo ultrajaron.
5Y envió otro y lo mataron; y a otros muchos, de los cuales a unos los herían y a otros los mataban.
6Todavía le quedaba uno, su hijo amado; y lo envió por último a ellos, pensando: «A mi hijo lo respetarán».
7Pero aquellos labradores se dijeron: «Éste es el heredero. Vamos, lo mataremos y será nuestra la heredad».
8Y lo agarraron, lo mataron y lo arrojaron fuera de la viña.
9¿Qué hará, pues, el amo de la viña? Vendrá, exterminará a los labradores y entregará la viña a otros.
10¿No habéis leído esta escritura:
La piedra que rechazaron los constructores, ésta ha llegado a ser piedra angular.
11Es el Señor quien ha hecho esto,
y es admirable a nuestros ojos?
12Y trataban de prenderlo, pero tuvieron miedo a la multitud: comprendieron que había dicho aquella parábola por ellos. Y dejándole, se fueron.

Primera Lectura

2 Macabeos 7:1-2, 9-14

1Sucedió asimismo que siete hermanos, que habían sido detenidos con su madre, eran obligados por el rey a comer carne de cerdo prohibida, flagelándoles con látigos y vergajos.
2Uno de ellos, haciendo de portavoz, habló así:
—¿Qué quieres preguntarnos o saber de nosotros? Estamos dispuestos a morir antes que transgredir las leyes de nuestros padres.
9Estando en el último suspiro dijo:
—Tú, malvado, nos borras de la vida presente, pero el rey del mundo nos resucitará a una vida nueva y eterna a quienes hemos muerto por sus leyes.
10Después de éste comenzó a ser torturado el tercero, y, cuando se lo mandaron, sacó inmediatamente la lengua y extendió voluntariamente las manos.
11Y dijo con dignidad:
—De Dios he recibido estos miembros, y, por sus leyes, los desprecio; pero espero obtenerlos nuevamente de Él.
12De esta forma el rey mismo y los que le acompañaban quedaron admirados de la valentía del joven, como si no diera ninguna importancia a los tormentos.
13Muerto éste, empezaron a torturar al cuarto aplicándole los mismos tormentos;
14y cuando estaba en las últimas habló de este modo:
—Es preferible morir a manos de los hombres con la esperanza que Dios da de ser resucitados de nuevo por Él; para ti, en cambio, no habrá resurrección a la vida.

Salmo Responsorial

Salmo 124:2-5, 7-8

2si el Señor no hubiera estado a favor nuestro
cuando los hombres se alzaron contra nosotros,
3nos habrían tragado vivos
en el ardor de su ira;
4nos habrían arrastrado las aguas,
el torrente nos habría sumergido;
5nos habrían sumergido las aguas impetuosas.
7Nuestra alma, como un pájaro,
se escapó del lazo de los cazadores: el lazo se rompió y nosotros escapamos.
8Nuestro auxilio es el Nombre del Señor,
el que hizo cielo y tierra. 

Evangelio

Mateo 5:1-12

1Al ver Jesús a las multitudes, subió al monte; se sentó y se le acercaron sus discípulos;
2y abriendo su boca les enseñaba diciendo:
3—Bienaventurados los pobres de espíritu, porque suyo es el Reino de los Cielos.
4»Bienaventurados los que lloran, porque serán consolados.
5»Bienaventurados los mansos, porque heredarán la tierra.
6»Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque quedarán saciados.
7»Bienaventurados los misericordiosos, porque alcanzarán misericordia.
8»Bienaventurados los limpios de corazón, porque verán a Dios.
9»Bienaventurados los pacíficos, porque serán llamados hijos de Dios.
10»Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque suyo es el Reino de los Cielos.
11»Bienaventurados cuando os injurien, os persigan y, mintiendo, digan contra vosotros todo tipo de maldad por mi causa.
12Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo: de la misma manera persiguieron a los profetas de antes de vosotros.