Misa Diaria y Lecturas

¿No puede asistir a la Santa Misa? EWTN le ofrece las lecturas del día para permitirle seguir la Misa diaria en su transmisión por televisión. Las lecturas también son ideales para hallar tiempo durante el día para la reflexión espiritual. Escuche, vea o lea desde la comodidad de su hogar. Esta página incluye las lecturas del día y videos en línea, un recurso para todo el que desee vivir la vida de fe que agrada a nuestro Señor.

Martes 27 de agosto de 2024

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Con textos en español y latín, la Guía para la Misa Global Televisada te guía a lo largo de la Misa diaria que ofrecemos en EWTN.

El Padre Joseph Mary Wolfe dice: «Hemos integrado este pequeño cuadernillo para ti, para ayudarte a unirte a la Iglesia Universal en todo el mundo a cantar las alabanzas del Señor mientras rezamos y cantamos juntos, unidos en el Sagrado Sacrificio de la Misa por EWTN».

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Santa Mónica (Memoria)

Primera Opción
Segunda Opción

Primera Lectura

2 Tesalonicenses 2:1-3, 14-17

1En cuanto a la venida de nuestro Señor Jesucristo y de nuestro encuentro con él, os rogamos, hermanos,
2que no se inquiete fácilmente vuestro ánimo ni os alarméis: ni por revelaciones, ni por rumores, ni por alguna carta que se nos atribuya, como si fuera inminente el día del Señor.
3Que de ningún modo os engañe nadie, porque primero tiene que venir la apostasía y manifestarse el hombre de la iniquidad, el hijo de la perdición,
14Para esto os llamó por medio de nuestro evangelio, para que alcancéis la gloria de nuestro Señor Jesucristo.
15Por eso, hermanos, manteneos firmes y observad las tradiciones que aprendisteis, tanto de palabra como por carta nuestra.
16Que nuestro Señor Jesucristo, y Dios nuestro Padre, que nos amó y gratuitamente nos concedió un consuelo eterno y una feliz esperanza,
17consuele vuestros corazones y los afiance en toda obra y palabra buena.

Salmo Responsorial

Salmo 96:10-13

10Decid a las naciones: «El Señor reina.
Él afianza el orbe, y no vacilará. Él juzga a los pueblos con rectitud».
11Alégrense los cielos y exulte la tierra,
brame el mar y cuanto lo llena;
12que se gocen los campos y cuanto hay en ellos.
Entonces exultarán todos los árboles del bosque
13ante el Señor, que ya viene,
que viene a juzgar la tierra: juzgará al mundo con justicia y a los pueblos con rectitud. 

Evangelio

Mateo 23:23-26

23»¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que pagáis el diezmo de la menta, del eneldo y del comino, pero habéis abandonado lo más importante de la Ley: la justicia, la misericordia y la fidelidad! Hay que hacer esto sin abandonar lo otro.
24¡Guías ciegos, que coláis un mosquito y os tragáis un camello!
25»¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que limpiáis por fuera la copa y el plato, mientras por dentro quedan llenos de rapiña y de inmundicia!
26Fariseo ciego, limpia primero lo de dentro de la copa, para que llegue a estar limpio también lo de fuera.

Primera Lectura

Eclesiástico 26:1-4, 13-16

1Dichoso el marido de una mujer virtuosa;
el número de sus días se duplicará.
2Una mujer fuerte es la alegría de su marido,
que cumplirá sus años en paz.
3Una mujer virtuosa es una buena fortuna,
que, como suerte de los que temen al Señor, será dada al marido por las buenas obras.
4Rico o pobre, su corazón es feliz,
y su cara siempre está alegre.
16El encanto de la mujer hacendosa deleita al marido,
y su buen saber le reconforta los huesos.
17Don del Señor es una mujer sensata y callada;
18una mujer educada no tiene precio.
19Gracia sobre gracia es una mujer santa y decorosa;
20no hay ponderación digna de un alma recatada.
21Sol naciente en el mundo sobre las alturas del Señor
es la mujer bella en el aderezo de la casa.

Salmo Responsorial

Salmo 131:1-3

1Canto de las subidas. De David.
Señor, mi corazón no se ha engreído, ni mis ojos se han alzado altivos. No he marchado en pos de grandezas, ni de portentos que me exceden.
2He moderado y acallado mi alma
como un niño en el regazo de su madre. Como niño satisfecho está mi alma.
3¡Espera, Israel, en el Señor,
desde ahora y para siempre! 

Evangelio

Lucas 7:11-17

11Después, marchó a una ciudad llamada Naín, e iban con él sus discípulos y una gran muchedumbre.
12Al acercarse a la puerta de la ciudad, resultó que llevaban a enterrar un difunto, hijo único de su madre, que era viuda. Y la acompañaba una gran muchedumbre de la ciudad.
13El Señor la vio y se compadeció de ella. Y le dijo:
—No llores.
14Se acercó y tocó el féretro. Los que lo llevaban se detuvieron. Y dijo:
—Muchacho, a ti te digo, levántate.
15Y el que estaba muerto se incorporó y comenzó a hablar. Y se lo entregó a su madre.
16Y se llenaron todos de temor y glorificaban a Dios diciendo: «Un gran profeta ha surgido entre nosotros», y «Dios ha visitado a su pueblo».
17Esta opinión sobre él se divulgó por toda Judea y por todas las regiones vecinas.