Misa Diaria y Lecturas
¿No puede asistir a la Santa Misa? EWTN le ofrece las lecturas del día para permitirle seguir la Misa diaria en su transmisión por televisión. Las lecturas también son ideales para hallar tiempo durante el día para la reflexión espiritual. Escuche, vea o lea desde la comodidad de su hogar. Esta página incluye las lecturas del día y videos en línea, un recurso para todo el que desee vivir la vida de fe que agrada a nuestro Señor.
Martes 22 de abril de 2025
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El Padre Joseph Mary Wolfe dice: «Hemos integrado este pequeño cuadernillo para ti, para ayudarte a unirte a la Iglesia Universal en todo el mundo a cantar las alabanzas del Señor mientras rezamos y cantamos juntos, unidos en el Sagrado Sacrificio de la Misa por EWTN».

Martes de la Octava de Pascua
Divine Mercy Novena Day 5; Gloria
Primera Lectura
Hechos 2:36-41
36»Por tanto, sepa con seguridad toda la casa de Israel que Dios ha constituido Señor y Cristo a este Jesús, a quien vosotros crucificasteis.
37Al oír esto se dolieron de corazón y les dijeron a Pedro y a los demás apóstoles:
—¿Qué tenemos que hacer, hermanos?
—¿Qué tenemos que hacer, hermanos?
38Pedro les dijo:
—Convertíos, y que cada uno de vosotros se bautice en el nombre de Jesucristo para perdón de vuestros pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo.
—Convertíos, y que cada uno de vosotros se bautice en el nombre de Jesucristo para perdón de vuestros pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo.
39Porque la promesa es para vosotros, para vuestros hijos y para todos los que están lejos, para todos los que quiera llamar el Señor Dios nuestro.
40Con otras muchas palabras dio testimonio y les exhortaba diciendo:
—Salvaos de esta generación perversa.
—Salvaos de esta generación perversa.
41Ellos aceptaron su palabra y fueron bautizados; y aquel día se les unieron unas tres mil almas.
Salmo Responsorial
Salmo 33:4-5, 18-20, 22
4La palabra del Señor es recta,
y hace con fidelidad todas sus obras.
y hace con fidelidad todas sus obras.
5Él ama la justicia y el derecho:
la tierra está llena de su misericordia.
la tierra está llena de su misericordia.
18Los ojos del Señor velan por quienes le temen,
por los que esperan en su misericordia,
por los que esperan en su misericordia,
19para librar sus almas de la muerte,
y hacerlos subsistir en la penuria.
y hacerlos subsistir en la penuria.
20Nuestra alma espera en el Señor,
Él es nuestro socorro y nuestro escudo;
Él es nuestro socorro y nuestro escudo;
22Que tu misericordia, Señor, esté sobre nosotros,
que hemos puesto en Ti nuestra esperanza.
que hemos puesto en Ti nuestra esperanza.
Evangelio
Juan 20:11-18
11María estaba fuera, llorando junto al sepulcro. Mientras lloraba se inclinó hacia el sepulcro,
12y vio a dos ángeles de blanco, sentados uno a la cabecera y otro a los pies, donde había sido colocado el cuerpo de Jesús.
13Ellos dijeron:
—Mujer, ¿por qué lloras? —Se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto —les respondió.
—Mujer, ¿por qué lloras? —Se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto —les respondió.
14Dicho esto, se volvió hacia atrás y vio a Jesús de pie, pero no sabía que era Jesús.
15Le dijo Jesús:
—Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas? Ella, pensando que era el hortelano, le dijo: —Señor, si te lo has llevado tú, dime dónde lo has puesto y yo lo recogeré.
—Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas? Ella, pensando que era el hortelano, le dijo: —Señor, si te lo has llevado tú, dime dónde lo has puesto y yo lo recogeré.
16Jesús le dijo:
—¡María! Ella, volviéndose, exclamó en hebreo: —¡Rabbuni! —que quiere decir: «Maestro».
—¡María! Ella, volviéndose, exclamó en hebreo: —¡Rabbuni! —que quiere decir: «Maestro».
17Jesús le dijo:
—Suéltame, que aún no he subido a mi Padre; pero vete donde están mis hermanos y diles: «Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios».
—Suéltame, que aún no he subido a mi Padre; pero vete donde están mis hermanos y diles: «Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios».
18Fue María Magdalena y anunció a los discípulos:
—¡He visto al Señor!, y me ha dicho estas cosas.
—¡He visto al Señor!, y me ha dicho estas cosas.