Misa Diaria y Lecturas

¿No puede asistir a la Santa Misa? EWTN le ofrece las lecturas del día para permitirle seguir la Misa diaria en su transmisión por televisión. Las lecturas también son ideales para hallar tiempo durante el día para la reflexión espiritual. Escuche, vea o lea desde la comodidad de su hogar. Esta página incluye las lecturas del día y videos en línea, un recurso para todo el que desee vivir la vida de fe que agrada a nuestro Señor.

Sábado 6 de diciembre de 2025

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Con textos en español y latín, la Guía para la Misa Global Televisada te guía a lo largo de la Misa diaria que ofrecemos en EWTN.

El Padre Joseph Mary Wolfe dice: «Hemos integrado este pequeño cuadernillo para ti, para ayudarte a unirte a la Iglesia Universal en todo el mundo a cantar las alabanzas del Señor mientras rezamos y cantamos juntos, unidos en el Sagrado Sacrificio de la Misa por EWTN».

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San Nicolás, Obispo (Memoria Libre)

IC Novena Day 8
Primera Opción
Segunda Opción

Primera Lectura

Isaías 30:19-21, 23-26

19Pueblo de Sión, que habitas en Jerusalén: no tendrás que llorar más. Él te concederá gracia a la voz de tu súplica. Tan pronto la oiga, te responderá.
20El Señor te dará pan tasado y agua escasa, pero tu maestro no se ocultará más, sino que tus ojos verán a tu maestro
21y tus oídos oirán a tus espaldas estas palabras: «Éste es el camino, marchad por él». No os desviéis a la derecha ni a la izquierda.
23Entonces te dará lluvia para la semilla que hayas sembrado en la tierra, y será abundante y sustancioso el pan que te produzca la tierra. Aquel día tu ganado pastará en anchas praderas,
24los bueyes y asnos que labran tu tierra comerán forraje salado, aventado con bieldo y criba.
25En todo monte alto y toda colina elevada habrá arroyos y corrientes de agua el día de la gran matanza, cuando caigan las torres.
26La luz de la luna será como la luz del sol de mediodía, y la luz del sol de mediodía será multiplicada por siete, como la luz de siete días, el día en que el Señor vende la herida de su pueblo y cure la fractura que le hizo.

Salmo Responsorial

Salmo 147:1-6

1¡Aleluya!
Alabad al Señor: es bueno entonar salmos a nuestro Dios, es bella y dulce la alabanza.
2El Señor edifica Jerusalén,
Él reúne a los dispersos de Israel.
3Sana a los contritos de corazón,
venda sus heridas.
4Él lleva la cuenta de las estrellas
y llama a cada una por su nombre.
5Grande es nuestro Señor, de inmenso poder,
su inteligencia no tiene límite.
6El Señor sustenta a los humildes,
y humilla hasta el suelo a los impíos.

Evangelio

Mateo 9:35--10:1, 5-8

9
35Jesús recorría todas las ciudades y aldeas enseñando en sus sinagogas, predicando el Evangelio del Reino y curando todas las enfermedades y dolencias.
36Al ver a las multitudes se llenó de compasión por ellas, porque estaban maltratadas y abatidas como ovejas que no tienen pastor.
37Entonces les dijo a sus discípulos:
—La mies es mucha, pero los obreros pocos.
38Rogad, por tanto, al señor de la mies que envíe obreros a su mies.
10
1Habiendo llamado a sus doce discípulos, les dio potestad para expulsar a los espíritus impuros y para curar todas las enfermedades y dolencias.
5A estos doce los envió Jesús, después de darles estas instrucciones:
—No vayáis a tierra de gentiles ni entréis en ciudad de samaritanos;
6sino id primero a las ovejas perdidas de la casa de Israel.
7Id y predicad: «El Reino de los Cielos está al llegar».
8Curad a los enfermos, resucitad a los muertos, sanad a los leprosos, expulsad los demonios. Gratuitamente lo recibisteis, dadlo gratuitamente.

Primera Lectura

Isaías 6:1-8

1El año de la muerte del rey Uzías vi al Señor sentado en un trono excelso y elevado. El vuelo de su manto llenaba el Templo.
2Unos serafines se mantenían por encima de Él. Cada uno tenía seis alas: con dos se cubrían el rostro, con dos se cubrían los pies, y con dos volaban.
3Clamaban entre sí diciendo:
—¡Santo, Santo, Santo es el Señor de los ejércitos! ¡Llena está toda la tierra de su gloria!
4Retemblaron los soportes de los dinteles por el estruendo del clamor, mientras el Templo se llenaba de humo.
5Entonces me dije:
—¡Ay de mí, estoy perdido, pues soy un hombre de labios impuros, que habito en medio de un pueblo de labios impuros, y mis ojos han visto al Rey, al Señor de los ejércitos!
6Entonces voló hacia mí uno de los serafines portando una brasa que había tomado del altar con unas tenazas,
7tocó mi boca y dijo:
—Mira: esto ha tocado tus labios, tu culpa ha sido quitada, y tu pecado, perdonado.
8Entonces oí la voz del Señor, que decía:
—¿A quién enviaré? ¿Quién irá de nuestra parte? Y respondí: —Aquí estoy. Envíame a mí.

Salmo Responsorial

Salmo 40:2, 4, 7-11

2Esperaba confiadamente en el Señor;
Él se inclinó a mí y escuchó mi clamor.
4Ha puesto en mi boca un cántico nuevo,
una alabanza a nuestro Dios. Muchos, al verlo, temerán y esperarán en el Señor.
7No quisiste sacrificio ni ofrenda,
pero me abriste el oído. No pediste holocausto ni sacrificio de expiación;
8entonces dije: «Aquí estoy
—como está escrito acerca de mí en el Libro—
9para hacer tu voluntad, Dios mío».
Ése es mi querer, pues llevo tu Ley dentro de mí.
10He anunciado la justicia en la gran asamblea;
no he cerrado mis labios, Señor, Tú lo sabes bien.
11No he escondido tu justicia dentro de mi corazón;
he proclamado tu fidelidad y tu salvación, no he ocultado tu bondad y tu lealtad a la gran asamblea.

Evangelio

Lucas 10:1-9

1Después de esto designó el Señor a otros setenta y dos, y los envió de dos en dos delante de él a toda ciudad y lugar adonde él había de ir.
2Y les decía:
—La mies es mucha, pero los obreros pocos. Rogad, por tanto, al señor de la mies que envíe obreros a su mies.
3Id: mirad que yo os envío como corderos en medio de lobos.
4No llevéis bolsa ni alforja ni sandalias, y no saludéis a nadie por el camino.
5En la casa en que entréis decid primero: «Paz a esta casa».
6Y si allí hubiera algún hijo de la paz, descansará sobre él vuestra paz; de lo contrario, retornará a vosotros.
7Permaneced en la misma casa comiendo y bebiendo de lo que tengan, porque el que trabaja merece su salario. No vayáis de casa en casa.
8Y en la ciudad donde entréis y os reciban, comed lo que os pongan;
9curad a los enfermos que haya en ella y decidles: «El Reino de Dios está cerca de vosotros».