Misa Diaria y Lecturas
¿No puede asistir a la Santa Misa? EWTN le ofrece las lecturas del día para permitirle seguir la Misa diaria en su transmisión por televisión. Las lecturas también son ideales para hallar tiempo durante el día para la reflexión espiritual. Escuche, vea o lea desde la comodidad de su hogar. Esta página incluye las lecturas del día y videos en línea, un recurso para todo el que desee vivir la vida de fe que agrada a nuestro Señor.
Jueves 1 de octubre de 2026
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El Padre Joseph Mary Wolfe dice: «Hemos integrado este pequeño cuadernillo para ti, para ayudarte a unirte a la Iglesia Universal en todo el mundo a cantar las alabanzas del Señor mientras rezamos y cantamos juntos, unidos en el Sagrado Sacrificio de la Misa por EWTN».

Santa Teresita del Niño Jesús, Virgen, Doctora de la Iglesia (Memoria)
Primera Opción
Segunda Opción
Primera Lectura
Job 19:21-27
21Tened piedad, tened piedad de mí,
vosotros mis amigos, que la mano de Dios me ha herido.
vosotros mis amigos, que la mano de Dios me ha herido.
22¿Por qué me perseguís como me persigue Dios,
y no os sentís ya hartos de mi carne?
y no os sentís ya hartos de mi carne?
23¡Quién me diera poder escribir mis palabras!
¡Quien me diera poderlas grabar sobre bronce!
¡Quien me diera poderlas grabar sobre bronce!
24¡Y con punzón de hierro y plomo
esculpirlas en la roca para siempre!
esculpirlas en la roca para siempre!
25Bien sé yo que mi defensor vive
y que Él, el último, se alzará sobre el polvo.
y que Él, el último, se alzará sobre el polvo.
26Y después de que mi piel se haya destruido,
desde mi carne veré a Dios.
desde mi carne veré a Dios.
27Yo lo veré por mí mismo,
mis ojos lo contemplarán y no otro. Dentro de mí desfallecen mis entrañas.
mis ojos lo contemplarán y no otro. Dentro de mí desfallecen mis entrañas.
Salmo Responsorial
Salmo 27:7-9, 13-14
7Escucha mi voz, Señor: yo te invoco;
ten piedad de mí, respóndeme.
ten piedad de mí, respóndeme.
8De ti piensa mi corazón:
«Busca su rostro». Tu rostro, Señor, buscaré.
«Busca su rostro». Tu rostro, Señor, buscaré.
9No me escondas tu rostro.
No rechaces con ira a tu siervo. Tú eres mi auxilio: no me rechaces, no me abandones, Dios de mi salvación.
No rechaces con ira a tu siervo. Tú eres mi auxilio: no me rechaces, no me abandones, Dios de mi salvación.
13Seguro estoy de ver la bondad del Señor
en la tierra de los vivos.
en la tierra de los vivos.
14Espera en el Señor, sé recio,
que se reanime tu corazón. ¡Espera en el Señor!
que se reanime tu corazón. ¡Espera en el Señor!
Evangelio
Lucas 10:1-12
1Después de esto designó el Señor a otros setenta y dos, y los envió de dos en dos delante de él a toda ciudad y lugar adonde él había de ir.
2Y les decía:
—La mies es mucha, pero los obreros pocos. Rogad, por tanto, al señor de la mies que envíe obreros a su mies.
—La mies es mucha, pero los obreros pocos. Rogad, por tanto, al señor de la mies que envíe obreros a su mies.
3Id: mirad que yo os envío como corderos en medio de lobos.
4No llevéis bolsa ni alforja ni sandalias, y no saludéis a nadie por el camino.
5En la casa en que entréis decid primero: «Paz a esta casa».
6Y si allí hubiera algún hijo de la paz, descansará sobre él vuestra paz; de lo contrario, retornará a vosotros.
7Permaneced en la misma casa comiendo y bebiendo de lo que tengan, porque el que trabaja merece su salario. No vayáis de casa en casa.
8Y en la ciudad donde entréis y os reciban, comed lo que os pongan;
9curad a los enfermos que haya en ella y decidles: «El Reino de Dios está cerca de vosotros».
10Pero en la ciudad donde entréis y no os acojan, salid a sus plazas y decid:
11«Hasta el polvo de vuestra ciudad que se nos ha pegado a los pies lo sacudimos contra vosotros; pero sabed esto: el Reino de Dios está cerca».
12Os digo que en aquel día Sodoma será tratada con menos rigor que aquella ciudad.
Primera Lectura
Isaías 66:10-14
10¡Alegraos con Jerusalén y regocijaos por ella
cuantos la amáis; exultad de gozo con ella cuantos le hacíais duelo!
cuantos la amáis; exultad de gozo con ella cuantos le hacíais duelo!
11Pues os amamantaréis hasta saciaros
del pecho de sus consuelos, beberéis hasta deleitaros de la ubre de su gloria.
del pecho de sus consuelos, beberéis hasta deleitaros de la ubre de su gloria.
12Porque esto dice el Señor:
«Mirad: Yo hago discurrir hacia ella, como un río, la paz, y, como un torrente desbordado, la gloria de las naciones. Os amamantaréis, seréis llevados en brazos, y acariciados sobre las rodillas.
«Mirad: Yo hago discurrir hacia ella, como un río, la paz, y, como un torrente desbordado, la gloria de las naciones. Os amamantaréis, seréis llevados en brazos, y acariciados sobre las rodillas.
13Como alguien a quien su madre consuela,
así Yo os consolaré, y en Jerusalén seréis consolados.
así Yo os consolaré, y en Jerusalén seréis consolados.
14Lo veréis y se alegrará vuestro corazón,
y vuestros huesos florecerán como la hierba. La mano del Señor se manifestará a sus siervos, y su furor, a sus enemigos».
y vuestros huesos florecerán como la hierba. La mano del Señor se manifestará a sus siervos, y su furor, a sus enemigos».
Salmo Responsorial
Salmo 131:1-3
1Canto de las subidas. De David.
Señor, mi corazón no se ha engreído, ni mis ojos se han alzado altivos. No he marchado en pos de grandezas, ni de portentos que me exceden.
Señor, mi corazón no se ha engreído, ni mis ojos se han alzado altivos. No he marchado en pos de grandezas, ni de portentos que me exceden.
2He moderado y acallado mi alma
como un niño en el regazo de su madre. Como niño satisfecho está mi alma.
como un niño en el regazo de su madre. Como niño satisfecho está mi alma.
3¡Espera, Israel, en el Señor,
desde ahora y para siempre!
desde ahora y para siempre!
Evangelio
Mateo 18:1-4
1En aquella ocasión se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron:
—¿Quién es pues el mayor en el Reino de los Cielos?
—¿Quién es pues el mayor en el Reino de los Cielos?
2Entonces llamó a un niño, lo puso en medio de ellos
3y dijo:
—En verdad os digo: si no os convertís y os hacéis como los niños, no entraréis en el Reino de los Cielos.
—En verdad os digo: si no os convertís y os hacéis como los niños, no entraréis en el Reino de los Cielos.
4Pues todo el que se humille como este niño, ése es el mayor en el Reino de los Cielos;