Pensamientos del Padre Pío
No amar es como ...
No amar es como herir a Dios en la pupila de Su ojo.
Carecer de caridad es ...
Carecer de caridad es como faltar contra la naturaleza.
El amor que no ...
El amor que no se basa en la verdad y la justicia, no es amor.
La Bondad Divina no ...
La Bondad Divina no solo no rechaza a los arrepentidos, sino que busca incluso a los obstinados.
La beneficiencia, de cualquier ...
La beneficiencia, de cualquier parte que provenga, siempre es hija de la misma madre: de la providencia.
No te aplaste la ...
No te aplaste la Cruz. Si su peso te hace tambalear, su potencia te sostiene.
La Cruz es la ...
La Cruz es la bandera de los elegidos. No nos separemos de ella y cantaremos victoria en toda batalla.
Recuerda que el diablo ...
Recuerda que el diablo tiene una sola puerta para penetrar en nuestro interior: la voluntad. No hay otras puertas secretas o escondidas.
No hay pecado si ...
No hay pecado si no ha habido voluntad de cometerlo.
El miedo es peor ...
El miedo es peor que el mal mismo.
Hay que ser valientes ...
Hay que ser valientes para ser grandes: es nuestro deber. La vida es una lucha que no podemos abandonar, pero hay que vencer.
Aprended a odiar vuestros ...
Aprended a odiar vuestros defectos, pero siempre con serenidad.
El Corazón de Nuestro ...
El Corazón de Nuestro Divino Maestro no conoce otra ley que la de la dulzura, de la humildad y del amor....
La oración es nuestra ...
La oración es nuestra mejor arma. Es la llave del corazón de Dios.
A veces el Señor ...
A veces el Señor permite que experimente el peso de la Cruz.
El que carece de ...
El que carece de amor hiere a Dios en lo más delicado de su Ser.
Confiad en la Divina ...
Confiad en la Divina Providencia. Estad seguros de que antes pasarán, creedme, el cielo y la tierra, a que os falte la protección del Señor.
Apóyate, como la Virgen, ...
Apóyate, como la Virgen, en la Cruz de Cristo, y hallarás alivio.
Aborreced las tentaciones y ...
Aborreced las tentaciones y no os entretengáis en ellas.
El Credo más hermoso ...
El Credo más hermoso es el que florece en tus labios en los momentos más negros, más sacrificados, más dolorosos, en los que continua animándote una infalible voluntad de superación. Es el Credo que, cual relámpago, disipa las tinieblas de tu alma, el que en lo más recio de la tempestad, te eleva y conduce a Dios.
La clave de la ...
La clave de la perfección es el amor. Quien vive de amor, vive en Dios, pues Dios es amor, como dice el Apóstol.
La Caridad es la ...
La Caridad es la reina de las virtudes. Como las piedras de un collar están engarzadas por un hilo, así las demás virtudes por la caridad. Si se rompe el hilo, las perlas se dispersan; lo mismo le sucede a las virtudes si falta la caridad.
Subamos al Calvario con ...
Subamos al Calvario con la Cruz a cuestas. No dudemos. Nuestra Ascensión terminará con la visión celeste del dulcícimo Salvador
Si el demonio todavía ...
Si el demonio todavía ronda rabioso en derredor vuestro, alegraos, es muy buena señal.
El diablo es como ...
El diablo es como un perro rabioso amarrado. Mas allá del radio que le permite la cadena, no puede morder a nadie. Manténte lejos de él. Si te acercas demasiado, te morderá.
Caminad con sencillez por ...
Caminad con sencillez por el sendero del Señor y no atormentéis vuestro espíritu.
Sé dócil a los ...
Sé dócil a los impulsos de la gracia, siguiendo sus inspiraciones.
Caminad entre vientos y ...
Caminad entre vientos y mareas pero con Jesús.
El alma es como ...
El alma es como un campo de batalla, donde Dios y Satanás no cesan de luchar. Es necesario abrir al Señor las puertas de nuestra alma de par en paré entregársela totalmente, fortificarla con toda clase de armamento, iluminarla con Su Luz para combatir las tinieblas del terror, revestirla de Jesús, con su verdad y justicia, con el escudo de la fe, con la Palabra de Dios, solo así triunfaremos contra el enemigo. Para revestirse de Jesús es necesario despojarse de sí mismos.
Ni con el pensamiento ...
Ni con el pensamiento ni en la confesión hay que recordar las culpas ya manifestadas en anteriores confesiones. Por nuestra contrición, Jesús las perdonó en el Tribunal de la penitencia.
Las almas que aman ...
Las almas que aman a Jesús deben tratar de asemejarse a su eterno y divino modelo. Jesús llegó a sentirse solo. En Su humanidad quiso experimentar la incomprensible pena de sentirse abandonado hasta de Su Padre Celestial.
Si Jesús se manifiesta, ...
Si Jesús se manifiesta, agradécelo. Si se esconde, agradécelo también. Son juegos del amor. ¡Que la Virgen, clemente y piadosa, continoe obteniendoos, de la inefable bondad del Señor, fuerza para afrontar hasta el final las pruebas de amor que os sobrevengan!
Si llegáramos a saber ...
Si llegáramos a saber los méritos que obtenemos por las tentaciones sufridas con paciencia y vencidas, casi exclamaríamos: ¡Señor, envíanos tentaciones!
¿Hay algo más delicado ...
¿Hay algo más delicado que la pupila?