A un curso del Instituto para la reconstrucción industrial, IRI, 3 de julio de 1998
PALABRAS DEL SANTO PADRE JUAN PABLO II
A LOS PARTICIPANTES EN UN CURSO DEL INSTITUTO
PARA LA RECONSTRUCCIÓN INDUSTRIAL ITALIANO
Viernes 3 de julio de 1998
Gentiles señoras y señores:
Me alegra daros mi cordial bienvenida al término del Curso de perfeccionamiento en funciones técnicas y directivas empresariales. Saludo al profesor Gian Maria Gros-Pietro, presidente del Instituto para la reconstrucción industrial, y le agradezco las corteses palabras que me ha dirigido.
Rápidos y profundos son los cambios que están transformando las relaciones entre los hombres y las naciones en nuestro tiempo. De particular relieve es el fenómeno de la globalización de la economía, que va abriendo escenarios inéditos para el futuro de la humanidad, con singulares oportunidades de programación y desarrollo, pero también con riesgos de graves injusticias con los países más pobres. En este ámbito, la solidaridad, más que un deber es una exigencia que nace de la misma red objetiva de las interconexiones y de la necesidad de poner los procesos productivos al servicio del hombre. La diligente iniciativa promovida por el IRI junto con el Consorcio para la formación internacional, a fin de formar equipos técnicos y directivos al servicio de los países en vías de desarrollo y en transición hacia la economía de mercado, quiere responder a esta exigencia.
Al expresar mi aprecio, deseo que el clima de atención y diálogo que se ha creado durante el curso constituya una significativa premisa de relaciones cada vez más respetuosas y pacíficas entre los pueblos. Con estos sentimientos, invoco sobre cada uno de vosotros y sobre vuestras familias la bendición de Dios, munífico dador de todo bien.
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