A un grupo de Patrocinadores de las artes en los Museos vaticanos
ALOCUCIÓN DEL PAPA BENEDICTO XVI
A UN GRUPO DE PATROCINADORES DE LAS ARTES
EN LOS MUSEOS VATICANOS
Jueves 1 de junio de 2006
Eminencias;
excelencias;
queridos amigos:
Me complace saludar a los Patrocinadores de las artes en los Museos vaticanos con ocasión de vuestra peregrinación a Roma para el V centenario de la fundación de los Museos vaticanos.
Al mismo tiempo, os agradezco vuestro continuo interés, motivado no sólo por un sentido de administración del incomparable patrimonio cultural de los Museos vaticanos, sino también por un compromiso generoso con la misión evangelizadora de la Iglesia. En todas las épocas los cristianos han tratado de expresar la visión de fe de la belleza y el orden de la creación de Dios, la nobleza de nuestra vocación como hombres y mujeres creados a su imagen y semejanza, y la promesa de un cosmos redimido y transfigurado por la gracia de Cristo.
Los tesoros artísticos que nos rodean no son simplemente monumentos impresionantes de un pasado lejano. Más bien, para cientos de miles de visitantes que los contemplan año tras año, son como un testimonio perenne de la fe inmutable de la Iglesia en Dios trino que, según la memorable frase de san Agustín, él mismo es "belleza siempre antigua y siempre nueva" (Confesiones, X, 27).
Queridos amigos, que vuestro apoyo a los Museos vaticanos dé abundantes frutos espirituales en vuestra vida y ayude a la misión de la Iglesia de llevar a todos los hombres a conocer y amar a Jesucristo, "imagen de Dios invisible" (Col 1, 15), en cuyo Espíritu eterno toda la creación es reconciliada, restaurada y renovada.
A vosotros, a vuestras familias y a vuestros socios imparto cordialmente mi bendición apostólica como prenda de alegría y paz duraderas en el Señor.
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