Regina Caeli 12 de abril
JUAN PABLO II
"REGINA CAELI"
Lunes del Ángel, 12 de abril de 2004
1. "Regina caeli laetare, alleluia!". Durante el tiempo pascual, la tradicional plegaria del Ángelus se sustituye con el canto del Regina caeli, que expresa la alegría de María por la resurrección de su Hijo divino. Así, María se convierte en modelo de la comunidad cristiana, que se "alegra" por la Pascua de su Señor, fuente de auténtica alegría para todos los creyentes. En efecto, el Resucitado es el manantial y la razón última de este gozo espiritual, que ninguna sombra puede y debe ofuscar. La liturgia de la octava de Pascua lo repite constantemente: "Cristo ha resucitado como lo había prometido". Así proclamamos también en el Regina caeli, plegaria tan entrañable para la piedad popular.
La Iglesia, consciente de este acontecimiento salvífico que ha cambiado el curso de la historia, se une a María, la mujer que vivió más de cerca la pasión, la muerte y la resurrección de Jesús, y le pide que sostenga su fe: "Ora pro nobis Deum", "Ruega por nosotros al Señor".
2. Amadísimos hermanos y hermanas, que en este lunes del Ángel, prolongación del día de Pascua, cada uno de nosotros se detenga junto al sepulcro vacío para meditar en el supremo prodigio de la resurrección de Cristo.
La Virgen María, testigo silenciosa de este misterio, nos confirme en la adhesión personal a Cristo, que murió y resucitó por la salvación de todos los hombres. Que sea nuestra maestra y nuestra guía en la fe; que nos sostenga en los momentos de duda y tentación; que nos obtenga la serenidad interior que ningún miedo puede destruir, porque está arraigada en la certeza de que verdaderamente Cristo ha resucitado.
Con esta certeza, renuevo a todos mi felicitación por la santa Pascua, mientras encomiendo a la Madre de Jesús crucificado y resucitado las expectativas y las esperanzas, así como las preocupaciones y los temores del mundo entero.
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