Ángelus del miércoles 15 de agosto de 1984

Autor: Juan Pablo II

JUAN PABLO II

ÁNGELUS

Miércoles 15 de agosto de 1984
Solemnidad de la Asunción de la Madre de Dios

1. "Porque como por un hombre vino la muerte, también por un hombre vino la resurrección de los muertos. Pues así como en Adán mueren todos, así también en Cristo serán todos vivificados. Pero cada uno en su propio rango" (1 Cor 15, 21-23).

La Iglesia nos hace leer estas palabras de la primera Carta a los Corintios en la liturgia de hoy, solemnidad de la Asunción de la Madre de Dios.

2. "El Angel del Señor anunció a María...".

La Virgen de Nazaret fue hija de Adán, en el cual todos mueren.

La Virgen de Nazaret llegó a ser la Madre de Cristo:

El Angel del Señor anuncio a María.

Y concibió por obra del Espíritu Santo.

En Cristo todos serán vivificados.

La Virgen de Nazaret ―antes de llegar a ser Madre de Cristo― recibió la vida por medio de Cristo desde el primer instante de su concepción.

Era hija de Adán, exenta de la herencia del pecado de Adán por los méritos de Cristo, del Redentor. Fue Inmaculada. La Madre del Redentor debía ser la primera entre los redimidos.

3. Habiendo recibido la vida en Cristo desde el primer instante de su concepción terrena, pronunció su "fiat": "Hágase en mí según tu palabra" (Lc 1, 38).

Pronunció este "fiat" acogiendo toda la plenitud de la "vida en Cristo", en la que participan los hijos y las hijas de Adán por obra de la redención de Jesús.

Es por tanto la primera de los "vivificados", porque Ella más que nadie pertenece a Cristo en el tiempo de su venida.

Es la primera de los "vivificados" por obra de la resurrección de Cristo.

Toda la Iglesia venera y medita este misterio hoy, 15 de agosto, solemnidad de la Asunción.

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