Angelus 7 de julio

Autor: Juan Pablo II

JUAN PABLO II

ÁNGELUS

Domingo 7 de julio de 2002 

Amadísimos hermanos y hermanas: 1. Hace cien años, el 6 de julio de 1902, moría María Goretti, herida gravemente el día anterior por la ciega violencia de quien la había agredido. Mi venerado predecesor, el siervo de Dios Pío XII, la proclamó santa en 1950, proponiéndola a todos como modelo de valiente fidelidad a la vocación cristiana, hasta el sacrificio supremo de la vida.

He querido recordar este importante aniversario con un mensaje especial dirigido al obispo de Albano, subrayando la actualidad de esta mártir de la pureza, que espero sea más conocida por los adolescentes y los jóvenes.

Santa María Goretti es un ejemplo para las nuevas generaciones, amenazadas por una mentalidad de apatía, que no comprende la importancia de valores sobre los que jamás es lícito hacer componendas.

2. Aunque era pobre y carecía de instrucción escolar, María, que no había cumplido doce años, poseía una personalidad fuerte y madura, formada por la educación religiosa recibida en su familia.
Esto le permitió no sólo defender su persona con castidad heroica, sino incluso perdonar a su asesino.

Su martirio recuerda que el ser humano no se realiza siguiendo los impulsos del placer, sino viviendo la propia vida con amor y responsabilidad.

Queridos jóvenes, sé bien cuán sensibles sois a estos ideales. A la espera de encontrarme con vosotros dentro de dos semanas en Toronto, quisiera repetiros hoy:  no dejéis que la cultura del tener y del placer aletargue vuestra conciencia. Sed "centinelas" despiertos y vigilantes, para ser auténticos protagonistas de una nueva humanidad.

3. Nos dirigimos ahora a la Virgen, cuyo nombre llevaba santa María Goretti. Que la más pura entre las criaturas ayude a los hombres y a las mujeres de nuestro tiempo, especialmente a los jóvenes, a redescubrir el valor de la castidad y a vivir las relaciones interpersonales en el respeto recíproco y en el amor sincero.

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