Angelus domingo 17 de cotubre
JUAN PABLO II
ÁNGELUS
Domingo 17 de octubre de 2004
1. En la ciudad mexicana de Guadalajara se concluye hoy el Congreso eucarístico internacional. Durante ocho días la Eucaristía ha sido celebrada y adorada como "luz y vida del nuevo milenio". "Luz", porque en el misterio eucarístico se irradia la presencia de Cristo, luz del mundo; "vida", porque en la Eucaristía Jesús se nos ha entregado a sí mismo, Pan de la vida.
Esta tarde, en la basílica de San Pedro, presidiré una celebración eucarística, en unión espiritual con la gran asamblea de Guadalajara. De este modo, daré solemne inicio al Año de la Eucaristía, que durará hasta octubre de 2005.
2. En la línea del concilio Vaticano II y del gran jubileo del año 2000, el Año de la Eucaristía quiere ser un tiempo fuerte de encuentro con Cristo, presente en el sacramento de su Cuerpo y de su Sangre. En este misterio él actualiza sacramentalmente su sacrificio pascual, con el que ha redimido a la humanidad de la esclavitud del pecado y ha instaurado el reino divino de amor, de justicia y de paz.
De la Pascua de Cristo nace la Iglesia, y por eso "vive de la Eucaristía", como recuerdo en la encíclica Ecclesia de Eucharistia (cf. n. 1).
3. Invoquemos juntos a la Virgen María, para que ayude al pueblo cristiano a vivir este Año de la Eucaristía como un tiempo de profunda conversión a Cristo y de intenso compromiso en el anuncio de su mensaje de salvación.
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Después del Ángelus Deseo expresar profunda gratitud a cuantos, con ocasión del aniversario de mi elección a la cátedra de Pedro, me han dirigido sus felicitaciones y me han asegurado sus oraciones.
A la vez que pido al Señor que conforte a cada uno con la abundancia de sus dones, me encomiendo a él e invoco, por intercesión de la Virgen santísima, su constante ayuda para un ejercicio fructuoso de mi ministerio en la Iglesia.
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