Audiencia general del 19 de febrero de 1992
JUAN PABLO II
AUDIENCIA GENERAL
Miércoles 19 de febrero de 1992
Dirijo a vosotros, peregrinos de lengua italiana, mi afectuoso saludo, mientras me dispongo a emprender un nuevo viaje apostólico que durará hasta el próximo 26 de febrero. Iré por octava vez a África y visitaré, si Dios quiere, las amadas poblaciones de Senegal, Gambia y Guinea.
Estoy contento de encontrar a las jóvenes comunidades cristianas de aquellos países y confortarlas en la fe, compartiendo con ellas la comunión viva y ferviente de la única Iglesia de Cristo.
El ministerio petrino me lleva a difundir el evangelio de la esperanza a todos los rincones de la tierra y a proclamar el anuncio salvífico a la entera humanidad. Ésta es la razón por la que, peregrino de paz y de caridad evangélica, me encamino también ahora hacia el continente africano, con el único objetivo de servir a la cusa de Cristo, redentor del hombre y de todo hombre.
Os suplico me acompañéis con la plegaria. Queridísimos hermanos y hermanas, seguidme con vuestro constante recuerdo, ofreciendo al Señor con esta finalidad vuestros sufrimientos y pruebas diarios. Sobre todo, invocad la materna protección de la Virgen Santa, cuyo santuario de Poponguine (Senegal) visitaré en particular. Rogad para que María, estrella de la nueva evangelización, guíe siempre a los pueblos e Iglesias de África, cuyo camino está marcado, en nuestro tiempo, por crecientes preocupaciones y grandes esperanzas.
Os doy las gracias por vuestro apoyo espiritual e imparto a cada uno de los aquí presentes mi bendición.
Saludos
Deseo presentar mi más cordial saludo de bienvenida a esta audiencia a todos los peregrinos y visitantes de lengua española.
Conscientes de la universalidad de la Iglesia, os invito a uniros en la oración a nuestros hermanos del continente africano a quienes, con la ayuda de Dios, voy a tener el gozo de visitar durante estos días.
A todas las personas, familias y grupos procedentes de los diversos países de América Latina y de España imparto con particular afecto la bendición apostólica.
© Copyright 1992 - Libreria Editrice Vaticana