VACANTE DE LA SANTA SEDE

El periodo entre la muerte o renuncia de un Papa y la elección de su sucesor, se denomina formalmente "Vacante de la Sede Apostólica". También puede denominarse "Interregno Papal”, del latín "entre el reinado (de un Papa y otro)". Es un periodo regido por el derecho papal, que no admite cambios en el gobierno de la Iglesia, ni en el patrimonio espiritual o material de San Pedro, salvo la elección de su sucesor.

1

Renuncia de un Papa

2

Cuando Muere un Papa

3

Periodo de Luto

4

Funeral y Entierro

5

Antes Del Cónclave

6

Entrada en el Cónclave

7

Pre-escrutinio

8

Disposiciones Particulares

9

Resultados de la Votación

Réquiem Aeternam

Antífona: Requiem aeternum dona eis Domine, et lux perpetua luceat eis. 
 
Te decet hymnus, Deus, in Sion, et tibi reddetur votum in Jerusalem: Antífona 
 
Exaudi orationem meam, ad te omnis caro veniet. Antífona

Antífona: Concédele, Señor, el descanso eterno y que brille para él la luz perpetua. 

 Es justo, oh Dios, cantarte un himno en Sión, y en Jerusalén hacerte un voto: Antífona 

 Tú escuchas nuestras plegarias, a ti debe acudir toda carne. Antífona 

En Paradisio

In paradisum deducant te angeli: 
 
in tuo adventu suscipiant te martyres, 
 
et perducant te in civitatem sanctam Jerusalem. 
 
Chorus angelorum te suscipiat, et cum Lazaro quondam paupere aeternam habeas 
requiem. 
 
Que los Ángeles te conduzcan al Paraíso: Y que a tu llegada te reciban los Mártires. Que 
te conduzcan a la Ciudad Santa de Jerusalén. 
 
Que un coro de Ángeles te reciba. Y que tú, con Lázaro, que una vez fue un pobre 
hombre, poseas la paz eterna. 

Renuncia de un Papa

Tras la renuncia del Papa Celestino V en 1294, el Papa Bonifacio VIII incluyó en el corpus 
del derecho canónico una disposición sobre la renuncia de un Papa. Cuando el derecho 
eclesiástico se organizó en un Código de Derecho Canónico en 1917, se incluyó esta ley. 
Igualmente pasó al Código de Derecho Canónico de 1983 promulgado por el Papa San 
Juan Pablo II. 
 
Canon 332, 2. Si sucediera que el Romano Pontífice renunciara a su cargo, se requiere 
para su validez que haga la renuncia libremente y que sea debidamente manifestada, 
pero no que sea aceptada por nadie. 
 
Este canon aplica al caso especial del Romano Pontífice los principios generales que 
rigen la renuncia al cargo (cf. cánones 187-189). Puesto que un Papa no está sujeto a 
ninguna autoridad terrena, incluidos el Colegio Cardenalicio y el Colegio Apostólico (los 
Obispos), no hay nadie que necesite, o incluso pueda, aceptarla, negarse a aceptarla o 
cambiar el carácter de sus términos. Basta que se haga libremente como acto interior de 
voluntad (sin fuerza ni coacción) y que se manifieste debidamente a la Iglesia. 

Benedicto XVI

El lunes 11 de febrero de 2013, el Papa Benedicto XVI manifestó públicamente su decisión de dejar las responsabilidades del oficio pontificio el jueves 28 de febrero a las 8 pm hora de Roma (2 pm hora de Miami). Ese día viajará a Castel Gondolfo, el palacio papal de verano en las colinas de Alban, al sur de Roma, y regresará en una fecha futura para vivir en el monasterio Mater Ecclesiae, situado dentro del recinto de la Ciudad del Vaticano. 
 
La Santa Sede también ha anunciado que el actual Pontífice no participará en el cónclave para elegir a su sucesor. Ese proceso se rige por la Universi Dominici Gregis, la ley especial sobre la elección del Papa. Requiere que el Cónclave comience el día 15 después de la vacante del 28 de febrero (o el 15 de marzo). Por razones graves, los cardenales pueden decidir posponerlo hasta el día 20 (20 de marzo). A menos que el Papa Benedicto establezca una fecha diferente, mientras siga siendo Papa, esta ley determinará el comienzo del Cónclave para elegir al sucesor de Benedicto. 

Cuando Muere un Papa

Independientemente de las circunstancias, cuando un Papa muere deben seguirse ciertos procedimientos especificados en la ley de la Iglesia, específicamente en la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis. El primero de ellos es la certificación de que ha fallecido realmente. Esta tarea corresponde al Camarlengo de la Santa Iglesia Romana. 
 
En presencia del Maestro de las Ceremonias Litúrgicas Pontificias, de los Clérigos Prelados de la Cámara Apostólica, del Secretario y del Canciller de la Cámara Apostólica, el Camarlengo comprueba que el Papa ha muerto. Naturalmente, esto podría requerir la asistencia de personal médico. Una vez realizada esta comprobación, el Canciller de la Cámara Apostólica redacta el certificado oficial de defunción. A continuación, el Camerlengo sella el dormitorio y el estudio del Papa. Su desprecintado y la disposición de su contenido deben esperar a la elección de su sucesor. Si el Papa difunto ha dejado un testamento nombrando un albacea para sus bienes personales, el albacea es responsable de cumplir fielmente el testamento, y de dar cuenta de sus servicios al nuevo Papa. 
 
Una vez certificado el fallecimiento del Papa, el Camarlengo lo notifica al Arcipreste de la Basílica Vaticana y al Cardenal Vicario de la Diócesis de Roma. Es el Cardenal Vicario quien anuncia públicamente a la Ciudad de Roma que su Obispo ha fallecido. Entre el Camarlengo y el Prefecto de la Casa Pontificia, debe ser informado el Decano del Colegio Cardenalicio. El Decano, a su vez, notifica oficialmente a los demás Cardenales y los convoca en Roma. Notifica también al cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede y a los Jefes de Estado de las diversas naciones. El Camarlengo también debe custodiar los Palacios Apostólicos del Vaticano, el Palacio de Letrán y Castel Gondolpho, es decir, las distintas dependencias personales del Papa. 
 
Una vez que el cuerpo del Papa ha sido debidamente preparado, se traslada a la Capilla Sixtina para la veneración privada de la Casa Pontificia y de los Cardenales. Después se traslada a la Basílica Patriarcal del Vaticano, San Pedro, donde reposará. 

 

Periodo de Luto

El período de luto, al igual que el período del interregno o de la vacante, comienza cuando fallece un Papa. El día del fallecimiento se cuenta como el primer día de este período. El Colegio Cardenalicio también declarará un período de luto oficial de nueve días, llamado los Novendiales*, que durante la Vacante tras la muerte del Papa Juan Pablo II comenzó el día del funeral, contado como Día 1 de los Novendiales. En cada uno de los nueve días, un cardenal diferente celebra un rito fúnebre público por el Santo Padre, siguiendo el Ordo Exsequiarum Romani Pontificis (2000). 
 

Para los demás celebrantes, el Misal ofrece una fórmula de Misa "Por un Papa difunto", y la Liturgia de las Horas un Oficio de Difuntos, que pueden utilizarse durante este tiempo, si el tiempo litúrgico lo permite. En 2005, dado que el Papa Juan Pablo II falleció durante la Octava de Pascua (en la Vigilia del Domingo de la Divina Misericordia), los ritos iniciales celebrados por él observaron la precedencia litúrgica que tienen la Octava de Pascua, los Domingos de Pascua y Solemnidades que son Días Santos (la Anunciación había sido trasladada fuera de la Semana Santa en 2005, al 4 de abril). Sin embargo, excluyendo los domingos, la fórmula de la Misa por un Papa difunto, y el Oficio de Difuntos propiamente dicho, pudieron celebrarse durante el Tiempo Pascual. 

 

Antes de su entierro, y tras los ritos privados en la Capilla Sixtina, el Papa es velado en la Basílica de San Pedro, donde los fieles pueden presentarle sus respetos. En el caso del Papa Juan Pablo II, esto fue precedido por un periodo de visita para la Casa Pontificia, los Dignatarios Civiles y los Diplomáticos, que tuvo lugar en la Sala Clementina del Palacio Apostólico. 

 

Tras el funeral y el entierro, el período de luto continúa hasta que se completan los nueve días. 

 

*novendiales/novemdiales (latin) y novendiali (italiano): De novem (nueve) y dies (días), que significa que dura nueve días. Fiesta religiosa de nueve días de duración, o, las ceremonias en honor de un difunto, que en la antigua Roma terminaban el noveno día de la muerte con una fiesta fúnebre (los novendialis). La palabra novena en español, para nueve días de oración, comparte la misma raíz. 

Despues del Escrutinio

Los escrutadores tabulan el recuento de votos que han registrado las personas que reciben los votos. Lo hacen en una hoja distinta de aquella en la que se hizo el recuento. A continuación, los escrutadores verifican los resultados. 

Funeral y Entierro

Entre el cuarto y el sexto día después del fallecimiento (es decir, el 5º, 6º o 7º día del período de luto) se celebra una Misa Solemne de Funerales en la Basílica de San Pedro por un Papa fallecido. En el caso de Juan Pablo II, el funeral y el entierro tuvieron lugar el viernes 8 de abril de 2005. El celebrante principal es siempre el Decano del Colegio Cardenalicio, que en el momento de la muerte de Juan Pablo II era el Cardenal Joseph Ratzinger, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe durante el pontificado de Juan Pablo II, y ahora Papa Benedicto XVI. 
 
La Misa solemne de exequias es concelebrada por los demás cardenales, los patriarcas, los arzobispos y obispos, los prelados de la Casa Pontificia, los abades, los religiosos y el clero romano. En la Misa de exequias se destacan el canto del Introito gregoriano "Requiem aeternam dona eis domine" (Concédele, Señor, el descanso eterno), el rito de la Encomienda (con la bendición e incensación del cuerpo) y la Despedida al final de la Misa con su himno "In Paradisum deducant te angeli" (Que los ángeles te lleven al paraíso). 
 
A continuación, se procede al entierro del Papa fallecido. Estas ceremonias incluyen la cobertura del rostro con un velo de seda blanca, la colocación a los pies del Papa fallecido de una bolsa de seda roja que contiene medallas de bronce y plata de cada año de su pontificado, la lectura y firma de la notificación oficial de inhumación, que se introduce en un tubo de plomo, se sella y se coloca en el ataúd. Una vez cerrado el ataúd, se sella y se coloca en un féretro de plomo, que a su vez se asienta en un ataúd exterior de roble. Por último, los ataúdes se cierran herméticamente y se colocan en el "suelo" (es decir, por debajo del nivel del suelo de la cripta), sobre el que se coloca una losa de mármol con el nombre del Papa. El Papa Juan Pablo II fue enterrado en las grutas de la Basílica de San Pedro. 

Antes Del Cónclave

Los días posteriores al funeral y antes de que comience el Cónclave ofrecen a los cardenales la oportunidad de debatir sobre el estado de la Iglesia. No pueden hacerlo de manera que constituya politiqueo o campaña electoral para obtener cargos o votos. 

"Los electores cardenales deberán ... abstenerse de cualquier forma de pacto, acuerdo, promesa u otro compromiso de cualquier tipo que pudiera obligarles a dar o negar su voto a una persona o personas" (UDG 81). 

Tampoco los Cardenales, 

"entrar en ninguna estipulación, comprometiéndose de común acuerdo a una determinada línea de conducta en caso de que uno de ellos fuera elevado al Pontificado" (UDG 82). 

Tales promesas serían, de hecho, nulas (ibid). 

Sin embargo, puede haber "durante el período en que la Sede está vacante, el intercambio de puntos de vista sobre la elección" (UDG 81). 

Si a pesar de la ley solemne de la Iglesia, y la pena de excomunión automática por la venta o el comercio de votos, la validez de la elección en sí no debe ser puesta en duda. Universi Dominici Gregis afirma, 

79. Si -Dios no lo quiera- en la elección del Romano Pontífice se perpetrara el delito de simonía, decreto y declaro que todos los culpables del mismo incurran en excomunión latae sententiae. Al mismo tiempo elimino la nulidad o invalidez de la misma disposición simoníaca, para que -como ya fue establecido por mis Predecesores- la validez de la elección del Romano Pontífice no pueda ser impugnada por este motivo. 

Entrada en el Cónclave

El día en que comienza el Cónclave es ordinariamente el decimoquinto día después de la muerte de un Papa, el decimosexto día del Interregno. Sin embargo, el Colegio Cardenalicio está facultado por Universi Dominici Gregis para aplazar su inicio "por motivos graves" hasta el vigésimo día después del fallecimiento (vigesimoprimer día de la Vacante). Debe comenzar ese día o antes. 
 
En la mañana del primer día en que debe comenzar el Cónclave, los Cardenales Electores se reúnen en la Basílica de San Pedro, o en otro lugar que determine el Colegio, para celebrar una Misa Votiva por la Elección del Papa. 
 
Por la tarde se reúnen en la Capilla Paulina del Palacio Apostólico. Invocando la asistencia del Espíritu Santo con el Veni Creator Spiritu, procesionan hacia la Capilla Sixtina. (Para el Cónclave de abril de 2005, procesaron en cambio desde la Sala de la Bendición, debido a las renovaciones en curso en la Capilla Paulina). Una vez llegados a la Capilla Sixtina, juran solemnemente en latín observar las prescripciones de la ley que rige la elección, guardar el secreto obligado y no ayudar a ningún poder secular que pueda intentar influir en la elección. También juran que, si son elegidos, desempeñarán fielmente el Oficio Petrino y protegerán los derechos espirituales y temporales de la Santa Sede. En abril de 2005, los cardenales permitieron que la procesión y el juramento fueran retransmitidos por televisión y radio. 
 
Después de que el último Cardenal Elector haya prestado juramento, el Maestro de Ceremonias Litúrgicas Pontificias da la orden Extra omnes, ordenando a todas las personas no autorizadas a permanecer en el Cónclave que abandonen la Capilla. Además de los Electores, sólo quedan el Maestro de Ceremonias Litúrgicas Papales y el eclesiástico elegido de antemano para dar una meditación a los Cardenales sobre la seriedad de sus deberes. Una vez concluida la meditación, ambos abandonan la Capilla Sixtina. 
 
Después de que los Cardenales recen las oraciones previstas en el Ordo propio para el Cónclave, el Cardenal Decano pregunta si algún Elector tiene dudas sobre las normas y procedimientos. Una vez aclaradas éstas, por decisión mayoritaria de los Cardenales se puede proceder a la elección. 
 
Sólo los Cardenales Electores pueden permanecer en la Capilla Sixtina durante la votación propiamente dicha, que según la ley es desde después de que se hayan distribuido las papeletas hasta después de que hayan sido tabuladas y comprobadas. Fuera del momento de la votación propiamente dicha, el Secretario del Colegio, el Maestro de Ceremonias Litúrgicas Pontificias y los 2 Maestros de Ceremonias están presentes para asistir al Cónclave. 
 
En este primer día del Cónclave, sólo se permite una votación. Los demás días del Cónclave, se permiten dos votaciones en la sesión de la mañana y dos en la sesión de la tarde. 

 

Pre-escrutinio

Durante el Pre-Escrutinio se preparan y distribuyen las papeletas, y, 9 Electores son elegidos por sorteo para servir como 3 Escrutadores, 3 Infirmarii y 3 Revisores. 
 
Los escrutadores son tres cardenales electores elegidos por sorteo para recoger y contar los votos. Permanecen junto al altar mientras los Electores suben individualmente a depositar sus votos. Uno de ellos recoge también los votos de los presentes que no pueden subir físicamente al altar. Después, sentados en una mesa frente al altar, tabulan las papeletas para determinar si se ha producido una elección. 
 
Los Infirmarii son tres Cardenales Electores elegidos por sorteo para llevar las papeletas a los Electores que, aunque se encuentran dentro del recinto del Cónclave, están demasiado enfermos para estar presentes en la Capilla Sixtina. Llevan consigo una caja cerrada con llave que, una vez mostrada vacía a los demás Electores, recibe los votos de los enfermos. La devuelven sin abrir a los escrutadores. 
 

Los Revisores son 3 Cardenales Electores elegidos por sorteo para comprobar el recuento de las papeletas y las notas de los Escrutadores para determinar si la tabulación de las papeletas se ha realizado con exactitud y fidelidad

Escrutinio

Una vez depositadas todas las papeletas, incluidas las traídas por los Enfermeros, el 1er escrutador agita varias veces el recipiente para mezclar las papeletas. A continuación, el 3er escrutador las cuenta y las deposita en un segundo recipiente vacío. Si el número de papeletas no es igual al número de electores, se queman y se procede inmediatamente a una segunda votación. En caso contrario, los escrutadores proceden a la tabulación de los votos. 
 
Sentado en una mesa delante del altar, el 1er Escrutador lee en silencio el nombre en una papeleta, la pasa al 2º Escrutador que hace lo mismo, y luego la pasa al 3er Escrutador, que lee el nombre en voz alta y luego lo anota. Cada elector lo anota también en una hoja prevista a tal efecto. A continuación, la papeleta se perfora con una aguja a través de la palabra eligo (elijo) y se coloca en un hilo para mayor seguridad. 
 
Una vez leídas todas las papeletas, se hace un nudo con los extremos del hilo y se depositan las papeletas en un receptáculo situado en un extremo de la mesa. 

 

Disposiciones Particulares

En caso de dificultad para elegir, entendida como tres días de votación sin elección, la votación se suspende hasta un día completo, pero sin excederlo, para permitir la oración y el debate. A continuación, se reanuda la votación durante siete votaciones. Tales suspensiones seguidas de siete votaciones pueden ser necesarias hasta que el Papa sea elegido. 
 
En el momento de la elección del Papa Benedicto XVI, los Electores tenían la facultad de votar para elegir por mayoría absoluta, en lugar de dos tercios, o, votar entre los dos más votados de una votación anterior, con elección por mayoría absoluta (UDG 75), si la elección estaba en punto muerto. Sin embargo, esta disposición ha sido revocada por el Papa Benedicto XVI en De Aliquibus Mutationibus. Para elegir, cualquier votación debe ser por mayoría de 2/3. 
 
Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis 
 
74. En el caso de que los Cardenales electores tengan dificultades para ponerse de 
acuerdo sobre la persona que debe ser elegida, después de que la votación se haya llevado a cabo durante tres días en la forma descrita anteriormente (en los números 62ff) sin resultado, la votación se suspenderá por un máximo de un día para permitir una pausa para la oración, la discusión informal entre los votantes, y una breve exhortación espiritual dada por el Cardenal decano en la Orden de Diáconos. La votación se reanuda de la manera habitual y, tras siete votaciones, si no se ha producido la elección, se hace otra pausa para la oración, el debate y una exhortación del Cardenal decano de la Orden Sacerdotal. A continuación, se realiza otra serie de siete votaciones y, si sigue sin haber elección, se hace una nueva pausa para la oración, el debate y la exhortación del Cardenal decano en el Orden de los Obispos. A continuación, se reanuda la votación de la manera habitual y, a menos que se produzca la elección, se continúa durante siete votaciones. 
 
[Revocado: 75. Si el escrutinio no da lugar a una elección, incluso después de haberse cumplido las disposiciones del n. 74, los Cardenales electores serán invitados por el Camarlengo a expresar su opinión sobre la forma de proceder. La elección procederá entonces de acuerdo con lo que decida la mayoría absoluta de los electores. 
 
No obstante, no se puede renunciar a la exigencia de que una elección válida sólo tenga lugar por mayoría absoluta de los votos o bien votando únicamente los dos nombres que en la votación inmediatamente anterior hayan obtenido el mayor número de votos; también en este segundo caso sólo se exige la mayoría absoluta]. 
 
76. En caso de que la elección se efectúe en forma distinta de la prescrita en la presente Constitución, o de que no se observen las condiciones aquí establecidas, la elección es por esta misma razón nula, sin necesidad de declaración alguna al respecto; en consecuencia, no confiere ningún derecho al elegido. 

 

Resultados de la Votación

Cuando los escrutadores han tabulado los resultados y los revisores los han verificado, se anuncian. Para la elección se requiere una mayoría de dos tercios de los votantes, a menos que se hayan invocado las disposiciones especiales para una elección difícil. 
 
NO HAY ELECCIÓN 
Si se han emitido menos de dos tercios de los votos para la misma persona, o menos de la mayoría requerida por las disposiciones especiales para un cónclave en punto muerto, no se ha producido una elección. Si se trata de la primera votación de la sesión, los Electores proceden a votar de nuevo. Tras la segunda votación se queman las papeletas de ambas sesiones, tanto si se produce una elección como si no. 
 
SI HAY ELECCIÓN 
Si dos tercios de los votos han sido emitidos para la misma persona, o la mayoría requerida por las disposiciones especiales para un cónclave en punto muerto, se ha producido una elección. Los escrutadores, con la asistencia del Secretario del Cónclave y de los Maestros de Ceremonia, que en este momento son readmitidos en el Cónclave, proceden a quemar las papeletas. 

 

Aceptación

Después de que el Cardenal Diácono menor haya readmitido al Secretario del Colegio y al Maestro de Ceremonias Litúrgicas Pontificias, el Cardenal Decano, o, el Cardenal que sea primero en orden y antigüedad, se dirige al elegido y le pregunta, 
 
¿Acepta su elección canónica como Sumo Pontífice? 
 
Al dar su consentimiento, el elegido, siempre que ostente el orden episcopal, se convierte inmediatamente en Obispo de Roma y Sumo Pontífice. Si el elegido no está presente, deberá ser convocado. Si no es obispo, deberá ser ordenado obispo antes de proceder. 
 
El cardenal decano pregunta a continuación, 
 
¿Cómo quiere que le llamen? 
 
El Maestro de Ceremonias Litúrgicas Pontificias, con el testimonio de los dos Maestros de Ceremonias (que ahora son convocados), redacta un documento que certifica el consentimiento del elegido y el nombre que ha elegido. 
 
Siguiendo ciertas formalidades prescritas en el ritual del Cónclave, cada Cardenal se adelanta por turno y hace un acto de homenaje y obediencia al nuevo Papa. A continuación, todos los presentes realizan un acto de acción de gracias. 

 

Anuncio del Protodiácono

Tras la investidura del Papa, el cardenal diácono mayor anuncia al nuevo Papa desde la logia de la basílica de San Pedro a los reunidos en la plaza y a los que escuchan o ven en todo el mundo. Dice (utilizando el ejemplo del anuncio del Papa Benedicto): 
 
Annuntio vobis gaudium magnum. Habemus papam. 
 
Eminentissimum ac Reverendissimum Dominum, Dominum Iosephum, Sanctae Romanae Ecclesiae Cardinalem Ratzinger 
 
Qui sibi nomen imposuit Benedictum XVI. 
 
[Os anuncio una gran alegría. Tenemos un Papa. El Eminentísimo y Reverendísimo Señor, Señor Joseph, Cardenal de la Santa Iglesia Romana, Ratzinger, que ha tomado el nombre de Benedicto XVI]. 
 

Para la elección del sucesor del Papa Juan Pablo II el Protodiácono fue Jorge Arturo Cardenal Medina Estévez. 

 

A continuación, el Papa recién elegido sale para dirigirse a la Ciudad y al Mundo y bendecirlos (Urbi et Orbi). 

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¿QUÉ SIGNIFICA INTERREGNO PAPAL?

Interregno papal es una expresión derivada del latín que significa entre los reinados, de un Papa y otro. En los documentos eclesiásticos se denomina formalmente Vacante de la Sede Apostólica. Comienza en el momento en que un Papa muere, o renuncia, y termina en el momento en que su sucesor consiente en ser elegido Papa.  

¿QUÉ OCURRE CUANDO MUERE EL PAPA?

Se avisa al Cardenal Camarlengo de la Santa Iglesia Romana. En presencia del Maestro de las Ceremonias Litúrgicas Pontificias, de los Clérigos Prelados de la Cámara Apostólica, del Secretario y del Canciller de la Cámara Apostólica, constata oficialmente la muerte del Papa. El Canciller redacta el certificado oficial de defunción y el Camarlengo sella el dormitorio y el estudio del Papa. Lo notifica al Arcipreste de la Basílica Vaticana y al Cardenal Vicario de la Diócesis de Roma, que lo anuncia al Pueblo de Roma. El Camarlengo asume la custodia de los Palacios Apostólicos del Vaticano, del Palacio Lateranense y del Castillo Gondolpho. Después de los funerales del Papa, sella el Apartamento Papal (dondequiera que residiera), habiendo encontrado alojamiento para los que habían residido allí para servir al Papa. 

¿QUÉ OCURRE DURANTE EL INTERREGNO?

El día de la muerte del Papa se cuenta como el primer día de la Vacante de la Santa Sede, o Interregno. Se pueden identificar tres fases. 
 

  1. Nueve días de luto (Novendiales). El Papa es velado en la Basílica de San Pedro, lo que permite a los fieles presentar sus respetos. Cada día, los cardenales celebran una misa conmemorativa. Entre el cuarto y el sexto día de este periodo, el Decano del Colegio Cardenalicio celebra un funeral solemne en la Basílica de San Pedro con los demás Cardenales. A continuación, el Papa fallecido es enterrado, probablemente en la cripta de San Pedro. El periodo de luto continúa hasta que se completan los nueve días. 
  2. La preparación del Cónclave. Desde el día 10 hasta el inicio del Cónclave. 
  3. El Cónclave. Desde que los Cardenales entran en el Cónclave hasta que el elegido acepta su elección. 
Novendiales

El Novendiales es el periodo de nueve días de luto por un Papa fallecido. Durante este tiempo, los cardenales celebran diariamente en Roma las exequias y se ofician misas por el descanso de su alma en todo el mundo. El cuerpo del Papa reposa en la Basílica de San Pedro entre el cuarto y el sexto día después de su muerte, a menos que circunstancias inusuales obliguen a los cardenales a elegir una fecha diferente. Entonces se celebran sus funerales y es enterrado según sus deseos. 

¿QUÉ PASA CON LOS QUE ESTÁN EN EL CARGO CUANDO MUERE EL PAPA?

Dado que la suprema autoridad docente, legislativa y judicial reside en el Papa, todos los asuntos de la Santa Sede, excepto los más ordinarios, se detienen. Los más altos cargos, como los Cardenales y otros Prefectos de Dicasterios y Presidentes de Comisiones y Comités, pierden todos sus cargos con la muerte del Papa. Hay dos excepciones: (1) el Cardenal que es Camarlengo de la Santa Iglesia Romana, un cargo que se ocupa principalmente del periodo del Interregno Papal o Vacante, y (2) el Cardenal que es el Penitenciario Mayor, y responsable de los asuntos concernientes al foro interno de conciencia (por ejemplo, absolución de excomuniones reservadas a la Santa Sede). 

OFICINA DEL CAMARLENGO

La Oficina del Camarlengo, históricamente conocida como la Cámara Apostólica, es responsable de asegurar el funcionamiento continuado de la Santa Sede tras la muerte del Papa. Está dirigida por el Camarlengo, o Chambelán, de la Santa Iglesia Romana, asistido por el Vice-Camarlengo, que al igual que el Camarlengo es nombrado por el Papa. Les ayudarán tres Cardenales Asistentes, uno de los cuales es el Cardenal Coordinador del Consejo, y otros dos, cuyos nombramientos se establecen en las normas relativas a la Vacante de la Sede Apostólica y a la elección del Romano Pontífice.    
 
Durante el periodo de la Vacante, el Camarlengo y sus asistentes recogen los informes de los departamentos de la Santa Sede, incluidos los relativos a presupuestos y finanzas, para que el Colegio Cardenalicio pueda gestionar los asuntos ordinarios de la Iglesia. Esto es necesario porque todos los jefes de departamento pierden sus cargos con la Vacante de la Sede Apostólica, excepto el Camarlengo y el Penitenciario Mayor. 

¿QUIÉN ES EL MAYOR PENITENCIARIO?

La Penitenciaría Mayor está a cargo de la Penitenciaría Apostólica, el dicasterio de la Santa Sede responsable de las indulgencias, de la provisión de confesores para las basílicas patriarcales de Roma y de juzgar las cuestiones de conciencia, llamadas fuero interno, sometidas a la decisión de la Santa Sede. Estas últimas incluyen las dispensas y la absolución de sanciones, como la excomunión, reservadas por ley a la Santa Sede (por ejemplo, un sacerdote que rompe el sello de la confesión). Esta labor ordinaria continúa durante la Vacante de la Sede Apostólica, para que las almas puedan seguir beneficiándose. El Penitenciario Mayor es uno de los dos jefes de departamento curiales que no pierden sus cargos durante una Vacante. El otro es el Camarlengo. 

"UNIVERSI DOMINICI GREGIS"

Promulgada por el Papa San Juan Pablo II en 1996, la Constitución Apostólica Universi Dominici gregis es la ley actual de la Iglesia que rige todo el periodo de una Vacante, desde la muerte del Papa hasta la elección de su sucesor. En general, esta Constitución continúa las prácticas tradicionales de elección, con algunos cambios, como la eliminación de las elecciones por aclamación y por consenso. Explica detalladamente la autoridad del Colegio Cardenalicio, prohíbe todos los asuntos de la Santa Sede, salvo los más ordinarios, y prevé sanciones si se infringen sus normas. Como Constitución Apostólica, tiene la máxima autoridad posible para un documento papal. El Papa Benedicto la modificaría para prever las dimisiones papales.