En la reforma de la curia prevista en la Constitución Apostólica “Proclamad el Evangelio”, uno de los objetivos es “reducir el número de Dicasterios, uniendo aquellos que tenían una finalidad muy similar o complementaria, y racionalizar sus funciones con el fin de evitar superposiciones de competencias y hacer más eficaz el trabajo” (art. 11). En esta nueva estructura los órganos mayores se denominan “dicasterio”, en contraposición a Congregación o Consejo. La Constitución prevé que todos los “organismos” son jurídicamente iguales, ya que su poder es vicario, del Papa, no propio. Sin embargo, su orden refleja una cierta primacía, comenzando por la misión de la Iglesia de "ir y enseñar el Evangelio", que incluye la doctrina de la fe y el ministerio de la caridad, y luego todo lo relacionado con la comunión de la Iglesia. La Constitución prevé que esta estructura entre en vigor el 5 de junio de 2022, el día de Pentecostés.

Como decretó la Constitución Apostólica Praedicate evangelium (PE) del Papa Francisco, el 5 de junio de 2022 la Congregación para la Evangelización de los Pueblos y el Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización se unieron en un solo dicasterio llamado Dicasterio para la Evangelización. La temática de cada uno de los antiguos departamentos está representada en gran medida por las dos secciones que componen el nuevo dicasterio.

Pertenece a la primera sección que se ocupa de las "Cuestiones fundamentales de la evangelización mundial" (PE 55-60), es decir, la misión en general, y por tanto, "... estudiar... las cuestiones fundamentales de la evangelización y el desarrollo de un anuncio eficaz del Evangelio identificando formas, instrumentos y lenguajes adecuados... [En él] se recogen las experiencias más significativas en el campo de la evangelización y se ponen a disposición de toda la Iglesia... [Fomenta] la reflexión sobre la historia de la evangelización y de la misión, especialmente en sus relaciones con los acontecimientos políticos, sociales y culturales que han marcado y condicionado la predicación del Evangelio”. También son de su competencia la promoción y el apoyo a la piedad popular, el cuidado de los santuarios internacionales, de la catequesis en las iglesias particulares, incluida la confirmación de los catecismos (junto con el consentimiento del Dicasterio para la Doctrina de la Fe), el anuncio de la Divina Misericordia (para lo cual los Misioneros de la Misericordia son un instrumento particular), y la promoción de la libertad religiosa, así como el diálogo interreligioso.

Pertenece a la segunda sección “… apoyar el anuncio del Evangelio y la profundización de la vida de fe en los territorios de la primera evangelización y se ocupa de todo lo que concierne a la erección de circunscripciones eclesiásticas o sus modificaciones, así como a su dotación, y lleva a cabo las demás tareas del mismo modo que lo hace el Dicasterio para los Obispos en el ámbito de su competencia.

Este Dicasterio, antes llamado Congregación, tiene la misión específica de “promover y tutelar la doctrina sobre la fe y las costumbres en todo el orbe católico. Por tanto, le corresponde lo que de algún modo se refiere a esta materia. Cumpliendo la función de promover la doctrina, fomenta los estudios para que crezca la inteligencia de la fe y se pueda preparar, a la luz de la fe, una respuesta a las nuevas cuestiones que surgen del desarrollo de la ciencia y de la cultura humana. Es una ayuda a los obispos, tanto individualmente como reunidos en asambleas, en el ejercicio de la función por la que son constituidos auténticos maestros y doctores de la fe, así como del oficio por el que están llamados a tutelar y promover la integridad de esa fe. Reprende las doctrinas contrarias a los principios de la fe, estudia los libros que se le remiten y, si es necesario, los reprende. Examina también todo lo que concierne al «privilegio de la fe», tanto de derecho como de hecho, y tutela el sacramento de la penitencia.

Por último, el Prefecto del Dicasterio para la Fe es también el Presidente de la Pontificia Comisión Bíblica y de la Comisión Teológica Internacional. El Dicasterio tiene bajo su patrocinio también la Pontificia Comisión para la Protección de los Menores. Para más detalles sobre estas Comisiones, véase: Comisiones

El Dicasterio para el Servicio de la Caridad fue instituido el 5 de junio de 2022 por el Papa Francisco mediante su Constitución Apostólica Praedicate evangelium (19 de marzo de 2022). Asumió las responsabilidades de la Oficina de la Caridad Papal y las del Limosnero Papal, que ahora es su prefecto. Sus actividades están dirigidas a las personas más pobres, menos favorecidas y más marginadas de todo el mundo, administrando y atendiendo sus necesidades en nombre del Santo Padre con su presupuesto personal dedicado a la caridad.

Website: https://www.elemosineria.va/

A partir del 5 de junio de 2022, este departamento curial pasa a llamarse Dicasterio para las Iglesias Orientales. Este dicasterio considera los asuntos que afectan a las Iglesias católicas orientales. Se trata de aquellas Iglesias que utilizan ritos litúrgicos antiguos propios (por ejemplo, los maronitas) o ritos comunes con las Iglesias ortodoxas (por ejemplo, los católicos ucranianos y rutenos), pero que, no obstante, están en comunión con el Sucesor de San Pedro. El dicasterio trata todas las cuestiones que se refieren a las personas, a la disciplina o a los ritos de estas Iglesias orientales. Los territorios en los que una parte importante de los cristianos pertenecen a ritos orientales están sujetos únicamente a esta Congregación. También en los territorios latinos supervisa atentamente a los fieles de rito oriental y provee lo más posible a sus necesidades espirituales, incluso estableciendo una jerarquía propia si el número de fieles y las circunstancias lo requieren.

A partir del 5 de junio de 2022 esta congregación se llama Dicasterio para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Tiene a su cargo lo que compete a la Sede Apostólica en cuanto a la moderación y promoción de la sagrada liturgia, especialmente de los sacramentos, quedando a salvo la competencia de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Fomenta y tutela la disciplina de los sacramentos, especialmente lo que pertenece a su celebración válida y lícita; además, concede favores y dispensas para lo que no está comprendido en las facultades de los obispos diocesanos en esta línea.

Desde el 5 de junio de 2022 esta congregación se llama Dicasterio para las Causas de los Santos. Su competencia se extiende a todo lo que de algún modo se refiere a la Beatificación de los Siervos de Dios, a la Canonización de los Beatos o a la Conservación de las Reliquias.

A partir de junio de 2022, esta congregación se llama Dicasterio para los Obispos. Examina lo que se refiere a la constitución y provisión de las iglesias particulares, así como al ejercicio de la función episcopal en la Iglesia latina, excepto lo que es competencia del Dicasterio para la Evangelización. Corresponde al Dicasterio para los Obispos proponer al Romano Pontífice, para su aprobación, la constitución de nuevas diócesis, provincias y regiones; dividirlas, unirlas y reorganizarlas después de consultar a las Conferencias Episcopales interesadas; se ocupa también de la erección de los ordinariatos militares y, previa consulta a la Conferencia Episcopal, de las prelaturas para ministerios pastorales especiales para diversas regiones o grupos sociales. Dispone, además, sobre el nombramiento de obispos, administradores apostólicos, coadjutores y auxiliares de los obispos, vicarios castrenses y otros y prelados que gozan de jurisdicción personal. Tiene competencia sobre todo lo que se refiere a los obispos y publica normas que, a través de la Conferencia Episcopal, proveen a las necesidades más urgentes de los fieles. El Prefecto es también el Presidente de la Comisión Pontificia para América Latina.

A partir del 5 de junio de 2022 esta congregación se llama Dicasterio para el Clero. Con el debido respeto a los derechos de los obispos y de sus conferencias, este dicasterio examina lo que concierne a los sacerdotes y diáconos del clero secular en lo que se refiere a sus personas, ministerio pastoral, asuntos que favorecen el ejercicio de estas funciones, y en todo esto proporciona una ayuda oportuna a los obispos. Tiene muchas funciones: estudia, propone e insta a los medios y ayudas con los que los sacerdotes tienden a la santidad. Este dicasterio también se ocupa de todo lo que concierne al trabajo y la disciplina del clero diocesano. En particular, promueve la predicación de la Palabra de Dios y las obras de apostolado y la organización de la catequesis, evalúa y aprueba los directorios pastorales y catequéticos, promueve los Congresos Catequéticos nacionales e internacionales e indica las normas oportunas para la instrucción religiosa de niños, jóvenes y adultos. El Dicasterio vela también por la conservación y administración de los bienes temporales de la Iglesia, sin perjuicio de los demás dicasterios que tienen bienes temporales encomendados a su vigilancia. La Comisión Pontificia para la Conservación del Patrimonio Artístico y Sacro depende directamente del Dicasterio para el Clero.

A partir del 5 de junio de 2022, esta congregación se llama Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica. Su función principal es promover y supervisar, en toda la Iglesia latina, la práctica de los consejos evangélicos tal como se ejercen en las formas aprobadas de vida consagrada y, al mismo tiempo, las actividades de las sociedades de vida apostólica, así como cuidar de los Institutos Seculares, cuyos miembros hacen una verdadera y completa profesión de los consejos evangélicos en el mundo.

Con el Motu Proprio Sedula Mater del 15 de agosto de 2015, el Papa Francisco ha unido las actividades del Consejo Pontificio para la Familia y del Consejo Pontificio para los Laicos en un único dicasterio, bajo la nueva categoría de “Dicasterio”. El Dicasterio está presidido por un prefecto y asistido por un secretario y dos subsecretarios laicos y entre sus miembros y consultores se encuentran hombres y mujeres fieles laicos, solteros y casados, de diferentes ámbitos de actividad y de diversas partes del mundo. Tiene la responsabilidad de promover el desarrollo de la vida y del apostolado de los fieles laicos, la atención pastoral de los jóvenes, la familia y su misión según el plan de Dios, y la protección y el apoyo de la vida humana.

El Dicasterio fomenta la presencia activa y responsable de los fieles laicos en la vida parroquial y diocesana y en los órganos consultivos de gobierno de la Iglesia universal, como consecuencia de su corresponsabilidad en la vida y misión de la Iglesia en virtud del sacramento del Bautismo y según los diversos carismas recibidos, para que todos puedan construir juntos la Iglesia. Por tanto, le corresponde promover la vocación y la misión de los fieles laicos en la Iglesia y en el mundo, tanto como individuos como miembros de asociaciones, movimientos y comunidades, así como evaluar las peticiones de las conferencias episcopales para que se constituyan nuevos ministerios y cargos eclesiásticos según las necesidades de las Iglesias particulares, y erigir asociaciones de fieles y movimientos eclesiales internacionales, y aprobar o reconocer sus estatutos.

El 5 de junio de 2022 este consejo se convirtió en el Dicasterio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos. Su función es concentrarse de manera adecuada en las iniciativas y actividades ecuménicas para la restauración de la unidad entre los cristianos. Se encarga de las relaciones con las de otras comunidades; considera la correcta interpretación y observancia de los principios del ecumenismo; promueve los grupos católicos y coordina los esfuerzos por la unidad, tanto a nivel nacional como internacional; instituye coloquios sobre cuestiones ecuménicas y actividades con Iglesias y comunidades eclesiales separadas de la Santa Sede; envía observadores católicos a los congresos cristianos; invita a las reuniones católicas a observadores de los hermanos separados; ordena la puesta en práctica de los decretos conciliares sobre cuestiones ecuménicas.

Para promover las relaciones entre católicos y judíos, en el Dicasterio existe la Comisión para las Relaciones Religiosas con el Judaísmo, dirigida por el Prefecto.

El 5 de junio de 2022 este consejo se convirtió en el Dicasterio para el Diálogo Interreligioso. Su tarea es fomentar y moderar las relaciones con los miembros y organismos de religiones que no llevan el nombre de cristianas, así como con aquellos que de alguna manera poseen una sensibilidad religiosa (cf. Pastor bonus 159). Fomenta los estudios y promueve las relaciones con los no cristianos para lograr un aumento del respeto mutuo y busca modos de establecer un diálogo con ellos; recibe y evalúa atentamente los deseos de los Ordinarios; provee a la formación de quienes participan en el diálogo.

Con el fin de promover las relaciones con los miembros de diferentes creencias religiosas, se establecen Comisiones en el Dicasterio, bajo la guía del Prefecto. La Comisión para las Relaciones Religiosas con los Musulmanes, por ejemplo, busca mantener un diálogo teológico positivo con el Islam.

El 5 de junio de 2022 el Consejo para la Cultura se fusionó con la Congregación para la Educación Católica y se convirtió en el Dicasterio para la Cultura y la Educación. Trabaja “por el desarrollo de los valores humanos en las personas en el horizonte de la antropología cristiana, contribuyendo a la plena realización del seguimiento de Jesucristo” (PE art. 153). “El Dicasterio está formado por la Sección para la Cultura, que se dedica a la promoción de la cultura, a la animación pastoral y a la valorización del patrimonio cultural, y por la Sección para la Educación, que desarrolla los principios fundamentales de la educación con referencia a las escuelas, a los institutos superiores de estudios católicos y eclesiásticos y a la investigación, y es competente para las apelaciones jerárquicas en estas materias” (ibíd.).

Coordina también la actividad de algunas Academias Pontificias, algunas de las cuales son de antigua fundación, . . . . actualmente: la Pontificia Academia de Bellas Artes y Letras de los Virtuosos en el Panteón; la Pontificia Academia Romana de Arqueología; la Pontificia Academia de Teología; la Pontificia Academia de Santo Tomás; la Pontificia Academia Mariana Internacional; la Pontificia Academia Cultorum Martyrum; la Pontificia Academia de Latinidad." (PE art. 162)

El desarrollo no puede limitarse al crecimiento económico. Para ser auténtico, debe ser integral, debe favorecer el desarrollo de cada hombre y de todo el hombre. (Papa San Pablo VI, Encíclica Populorum progressio)

El Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral fue erigido por el Papa Francisco el 17 de agosto de 2016 mediante Carta Apostólica en forma de Motu proprio y con las responsabilidades de cuatro entidades vaticanas: el Consejo Pontificio Justicia y Paz, el Consejo Pontificio “Cor Unum”, el Consejo Pontificio para la Pastoral de los Emigrantes e Itinerantes y el Consejo Pontificio para los Agentes Pastorales de la Salud.

Según sus estatutos, el Dicasterio expresa la preocupación del Santo Padre por las cuestiones de justicia y paz, incluidas las relacionadas con la migración, la salud, las obras de caridad y el cuidado de la creación. También promueve el desarrollo humano integral a la luz del Evangelio y en la tradición de la enseñanza social de la Iglesia. Finalmente, expresa la solicitud del Santo Padre por la humanidad que sufre, incluidos los necesitados, los enfermos y los excluidos, y presta especial atención a las necesidades y problemas de quienes se ven obligados a huir de su patria, los apátridas, los marginados, las víctimas de conflictos armados y desastres naturales, los encarcelados, los desempleados, las víctimas de formas contemporáneas de esclavitud y tortura, y otras personas cuya dignidad está en peligro, incluidos los refugiados y los migrantes.

Con estos fines estudia la enseñanza social de la Iglesia y trabaja para que sea ampliamente conocida y aplicada, y para que las relaciones sociales, económicas y políticas estén cada vez más imbuidas del espíritu del Evangelio. Recoge asimismo información e investigaciones en los ámbitos de la justicia y la paz, el desarrollo de los pueblos, la promoción y defensa de la dignidad humana y de los derechos humanos, como los derechos relacionados con el trabajo, incluido el de los menores; el fenómeno de las migraciones y la explotación de los migrantes; la trata de seres humanos y la esclavitud; el encarcelamiento, la tortura y la pena de muerte; el desarme y el control de armamentos, así como los conflictos armados y sus efectos sobre la población civil y el medio ambiente natural (derecho humanitario). Evalúa estos datos e informa a los organismos episcopales de las conclusiones extraídas, para que puedan intervenir directamente en caso necesario. Colabora también con organismos y asociaciones públicas y privadas, gubernamentales y no gubernamentales, con el fin de promover el estudio, la profundización del conocimiento y la sensibilización del público sobre las cuestiones y preocupaciones de su competencia.

El 5 de junio de 2022 el Consejo para la Interpretación de los Textos Legislativos se convirtió en el Dicasterio para los Textos Legislativos. Su función consiste especialmente en interpretar las leyes de la Iglesia, especialmente el Código de Derecho Canónico. Para ello consulta a los demás dicasterios romanos apropiados para las cuestiones particulares que se le plantean y, recibido el consentimiento del Pontífice, emite interpretaciones autorizadas y vinculantes para la Iglesia. También resuelve las cuestiones que surgen sobre la conformidad de las leyes de las autoridades menores con el derecho general de la Iglesia, así como asiste a otros dicasterios, obispos y conferencias episcopales, así como en cuestiones jurídico-legales.

El 27 de junio de 2015, el Papa Francisco instituyó la Secretaría para la Comunicación mediante una Carta Apostólica en forma de Motu Proprio, unificando el Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales y "todas las realidades que, de diversas maneras, hasta ahora se han ocupado de la comunicación" para "responder cada vez mejor a las exigencias de la misión de la Iglesia". En una carta del 5 de julio de 2018, el Papa cambió el nombre de la Secretaría por el de Dicasterio para la Comunicación.

El Dicasterio incluye los siguientes medios de comunicación: Oficina de Prensa de la Santa Sede, Servicio Internet Vaticano, Radio Vaticano, Centro Televisivo Vaticano, L'Osservatore Romano (diario en italiano y semanario en inglés y otros idiomas), Servicio Fotográfico, Imprenta Vaticana, Prensa Políglota Vaticana. También es responsable del sitio web de la Santa Sede (vatican.va) y del servicio Twitter del Sumo Pontífice (@pontifex).

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